domingo, 18 de marzo de 2018

Rock peruano: los orígenes

Por Francisco Melgar Wong

El rock peruano nació diez años y trece días después del final de la Segunda Guerra Mundial: el 15 de setiembre de 1955. Ese día se estrenó en cines locales Blackboard Jungle, o según la traducción castellana: Semilla de maldad. Gracias a una canción de Bill Haley que sonaba en la película, el éxito del filme entre los jóvenes limeños fue explosivo e inmediato. No pasaría mucho tiempo para que el sello discográfico El Virrey editara la canción —“Rock Around the Clock”— en versión nacional, en clásico formato de carbón para velocidad de 45 r.p.m. Poco después, cuando el tema ya era parte de la programación habitual de las radios locales, la verdad se hizo aún más evidente: el rock and roll no se iba a ir tan rápido de Lima. En realidad, no se iba a ir nunca.

Bajo la estela cinematográfica de Blackboard Jungle y el poderoso sonido de Bill Haley, dos bandas locales empezaron a practicar el nuevo ritmo: La Orquesta de Eulogio Molina y Los Millonarios del Jazz. Es importante anotar que en ambos casos la etiqueta de “rock and roll” no refiere ni a un estilo de vida ni a una subcultura juvenil, sino únicamente a la elección de un estilo musical. La banda de Eulogio Molina, por ejemplo, interpretaba éxitos tropicales en las fiestas más exclusivas de la época —el famoso ochenio del general Odría— y sus músicos eran curtidos profesionales que podían pasar de meditativos temas de bossa nova a sones de La Sonora Matancera. Esto le permitió al grupo acomodarse rápidamente —aunque de un modo un tanto artificial— al nuevo ritmo de moda. De hecho, el primer disco de rock and roll hecho en el Perú fue grabado por La Orquesta de Eulogio Molina, y fue editado por el sello MAG el 22 de enero de 1957.

Los primeros rock and rollers
Antes de grabar el disco fundacional del rock nacional, la orquesta de Molina cambió su nombre a Eulogio Molina y sus Rock & Rollers, y convocó al cantante Mike Oliver (Michael Ángel Olivera Bauza, según registros oficiales) para que le diera voz a los dos temas de Bill Haley que integrarían la placa: “Mambo Rock” y “Razzle Dazzle”. 
     
Si comparamos la versión de “Mambo Rock” que grabaron los Rock & Rollers con la versión original de Haley, podemos empezar a darle sentido a los primeros pasos del rock en el Perú. De arranque, Dick Boccelli, el baterista de Haley, tiene un toque mucho más simple que el baterista de los Rock & Rollers, Adolfo Bonariva, quien, en lugar de mantenerse en el ritmo básico de 4/4, sale en busca de espacios abiertos para hacer fills, muy parecidos a los que se escuchaban en las bandas de bebop a finales de los años 40. Por otro lado, Mike Oliver canta con una tonalidad parecida a la de Haley, pero se le escucha un tanto distante, como si estuviera leyendo la letra tipografiada en un papel bond. Todo esto hace que la versión de Haley suene mucho más contundente y ordenada, lo que le permitió a sus músicos deslizar detalles que sorprenden y estimulan al oyente, como, por ejemplo, una serie de inspirados glissandos que suenan a disparos de película del oeste. 

Al escuchar ambas grabaciones, uno se queda con la sensación de que la banda de Haley ya había encontrado un estilo depurado y maduro para su versión country swing del rock and roll, quizás porque ellos mismos habían inventado el estilo; mientras los Rock & Rollers apelaban a distintas influencias y recursos musicales para enunciar algo legible. Para decirlo de otra manera. Si la versión de Haley tiene la definición prístina de una fotografía en blanco y negro de los años cincuenta, la de Molina tiene la textura de un daguerrotipo francés del siglo XIX: uno tiene que imaginar los contornos para hacerse una idea de la figura que hay en él.

Del jazz al rock
El segundo disco de rock and roll grabado en el Perú, y editado pocas semanas después del disco de los Rock & Rollers, lo hicieron Los Millonarios del Jazz. Su disco abre otro camino en la historia del rock hecho en el Perú. Para empezar, los Rock & Rollers eran músicos profesionales; y los Millonarios eran, más bien, amateurs. Este hecho, como veremos, fue crucial para su sonido, y también para su original aproximación al rock and roll.
     
Los Millonarios del Jazz fueron formados en 1956 por Pat Reid, un irlandés fanático del jazz que llegó al Perú como técnico naval, contratado por el gobierno del general Odría. Al igual que otros melómanos, Reid no era un músico profesional, sino un aficionado con enormes habilidades musicales. Si bien en algunas ocasiones llegó a fungir de cantante de la banda, el instrumento que lo caracterizaba era la batería, con la que se lucía con un peculiar estilo, similar al de los bateros de las grandes bandas de swing y del jazz primigenio de Nueva Orleans. El resto del grupo lo conformaban el contrabajista Guillermo Vergara, el cantante Francescoli Quintana, el guitarrista Elías Ponce, el pianista José Morelli y el clarinetista argentino Jorge Mirkin, quienes frecuentaban el Club Astoria de Miraflores, punto de encuentro de los limeños aficionados al jazz, ubicado en el sótano de un edificio en la quinta cuadra de la avenida Diagonal.

 Gracias a los contactos de Elías Ponce con los dueños de las radios locales, la banda fue contratada por radio El Sol para tocar canciones de jazz en un programa dedicado a la música anglosajona. Fue en esta época feliz de la banda que Ponce y Mirkin tuvieron la idea de versionar “Rock Around the Clock”, la canción de Bill Haley que en ese entonces causaba furor entre los jóvenes limeños. El hecho de que el estilo country swing de “Rock Around the Clock” estuviera musicalmente emparentado con las sonoridades del jazz que practicaban los Millonarios explica la rapidez con que el grupo hizo suyo este formato, incluso llegaron a componer una canción con el sonido de la banda de Haley.
     
Este es un dato importante. Si bien los Rock & Rollers fueron los primeros en grabar un disco de rock and roll en el Perú, los Millonarios fueron los primeros en componer una canción del género. El tema “Rock With Us”, escrito por  Morelli y Reid, fue grabado por la banda en el verano de 1957. 

Esta canción fue el único tema original incluido en el primer y último álbum de larga duración de la banda, conocido simplemente como Los Millonarios del Jazz y editado por el sello Sono Radio en 1957. El resto de la placa lo completan clásicos del pop americano y del jazz, todos interpretados con júbilo, convicción y elegancia, siguiendo el estilo western swing pauteado por la banda de Haley.
     
Aquí vale la pena hacer un excurso. El estilo western swing estándar, que la banda de Haley llevaba consigo como parte de su ADN, consiste en un patrón rítmico de 4/4 sobre el cual van apareciendo riffs de una sencillez contundente —imaginen a un elefante borracho tratando de caminar sobre una línea pintada en la vereda—, todos tocados por la guitarra eléctrica, el saxofón o el clarinete, aunque en ocasiones también podían intervenir el piano y el violín. Si bien hay un componente rhythm and blues en este estilo, su base principal se halla en el swing de los años 40, en especial la versión que hizo famosa la banda de Lionel Hampton. Dado que las habilidades musicales de los Millonarios estaban enraizadas en su fanatismo por el jazz, adaptarse al estilo de Haley les costó mucho menos trabajo que a los Rock & Rollers. Y el resultado fue evidentemente superior.

Y es que a diferencia del vidrio empañado a través del cual intentamos percibir la música de los Rock & Rollers, los Millonarios constituyen una vista panorámica del género en su más clara expresión. Reid lleva el ritmo con absoluta consistencia, consciente de que las canciones necesitan persistencia y no adornos: la labor del baterista en una banda como esta es pavimentar el camino sobre el cual van a dialogar el saxo y la guitarra, y cualquier intento por sobresalir acaba difuminando y evaporando la solidez de la canción. Por ello, el conocimiento del género que poseían los Millonarios fue crucial para concretar su propuesta musical. Así, con el tiempo y el ritmo asegurados por la batería de Reid, Elías Ponce y Jorge Mirkin pudieron despacharse a sus anchas en sus respectivos instrumentos, creando riffs y líneas melódicas que se seguían una detrás de otra con sincronizada inspiración. El interés que los melómanos locales deberían mostrar por el primer disco de Los Millonarios del Jazz no es meramente histórico, arqueológico o sociológico, ya que hay material con un valor musical propio, que todavía espera ser redescubierto.

Unos meses después, en febrero de 1958, la disquera Sono Radio lanzó Potpourri Carnavalesco, un LP que incluía dos canciones catalogadas como rock and roll: “San Louis Rock”, interpretada por Los Millonarios del Jazz; y “El Rock and Roll”, interpretada por el dúo cubano Marfil Morales. La canción de los Millonarios era una versión de un blues escrito por W. C. Handy en 1914, aunque interpretada al estilo de la banda de Bill Haley. La canción de Marfil Morales era esencialmente una guaracha que narraba la llegada del rock and roll al Caribe.
     
Tras la disolución de la Los Millonarios del Jazz, el guitarrista Elías Ponce fundó uno de los estudios de grabación más conocidos en Lima, donde se registrarían algunos de los discos de rock más populares de los años 80. Reid, por su parte, se quedó en el Perú y continuó animando esporádicamente conciertos de jazz tradicional.

El Haley pasa por Lima
Si hay una influencia alrededor de la cual gravitó la primera escena del rock en el Perú esa fue la de Bill Haley. Esta enorme fuerza gravitatoria declinó poco tiempo después de que el propio Haley llegara a Lima, en octubre de 1960.
     
En 1958 los canales de televisión nacional ya habían abierto sus señales y los programas musicales eran una parada obligatoria para todo grupo que buscara ser masivo. Haley y su banda llegaron a Lima para presentarse en Panamericana TV, entonces Canal 13, en un programa conducido por Pablo de Madalengoitia. Debe recordarse que en 1960 el número de aparatos televisivos vendidos en Lima ya superaba las 50.000 unidades; además, los programas musicales como El Hit de la una, Cancioncísima, La hora de Pablo, El clan del 4 y Villa Twist permitieron que el rock and roll siguiera vigente y que expandiera su audiencia. Sin la influencia de la televisión nacional es difícil imaginar la aparición de la enorme cantidad de bandas que surgieron en el Perú entre 1962 y 1964. Pero esa ya es otra historia.
      
Al decaer el estilo de Haley, un nuevo ritmo de moda, el twist, empezó a propagarse por las radios y la televisión peruana. Buscando imitar el éxito que las versiones de Haley habían tenido en el pasado, el joven director musical Luis Delgado Aparicio seleccionó a un puñado de músicos locales y fabricó a Los Astoria Twisters, un quinteto que interpretaba versiones en español de los grandes éxitos del twist.
     
El nombre de la banda era un guiño al popular club miraflorino donde solían presentarse Los Millonarios del Jazz, que para entonces ya se había convertido en un local donde escuchar y bailar el nuevo ritmo de moda. Los Astoria Twisters no fueron una banda original. Tanto por su origen como por la calidad de su música se parecían más a los Rock & Rollers de Eulogio Molina que a Los Millonarios del Jazz. Su reinado en la escena local culminaría en 1962, cuando el ídolo más grande del twist, Chubby Checker, llegó a cantar a Lima, lo que volvió innecesarias sus réplicas.

La venganza de los amateurs
Si hacemos a un lado a Los Millonarios del Jazz, el rock peruano de 1955 a 1962 se caracterizó por las iniciativas comerciales de productores televisivos, directores de orquesta y músicos profesionales que buscaban sacarle provecho a los ritmos juveniles del momento. Dentro de esta modalidad comercial vale la pena rescatar al cantante Jorge Botteri.
     
En 1959, poco después de culminar sus estudios en el colegio Leoncio Prado, Jorge Botteri participó en la adaptación tropical que la orquesta de Lucho Macedo hizo de “Little Devil”, uno de los primeros éxitos internacionales de Paul Anka. Después de esta grabación, Botteri optó por alejarse de la orquesta, decidido a convertirse en un cantante de rock and roll. En 1961, contratado por MAG, grabó un 45 y dos LP con versiones de las canciones de rock más populares del momento. En estas grabaciones, en las que Botteri estuvo acompañado por el grupo Duraznito —en el que Pablo “Melcochita” Villanueva fungía de músico de apoyo— ya se nota un estilo de rock and roll distinto al de Haley y más cercano a Little Richard y al rockabilly de Elvis Presley. De hecho, en una de sus mejores canciones, la frenética “Presumida”, Botteri canta sobre Elvis Presley: “son elegantes tus fiestas, y, caray, que va gente”, se queja Botteri, para luego añadir: “todos hablando de hombres ilustres, ¡y de Elvis Presley nadie habla jamás!”.
     
Aunque fueron concebidos por MAG como un lote de versiones locales de éxitos foráneos, los discos de Botteri destellan una vitalidad ausente en casi todos sus predecesores. Duraznito suena como una banda de rock and roll cuyo estilo está situado justo en el límite que separa la alegría y el arrebato. Botteri, por su parte, se deja llevar por sus poderosas y singulares interpretaciones, que ya anuncian al contingente de músicos aficionados que a partir de 1962 irrumpiría en la escena, una horda de amateurs decididos a dejar su marca personal en la historia del rock peruano.
     
Es revelador darse cuenta de que ya en este primer período del rock peruano, la producción musical avanzaba en dos caminos paralelos. El primero, en el que podemos incluir a Eulogio Molina y sus Rock & Rollers y a Los Astoria Twisters, lo constituyen bandas de músicos profesionales, fabricadas por productores y directores musicales con la intención de reinterpretar éxitos foráneos en una versión local. El segundo, en el que podemos incluir a Los Millonarios del Jazz y a Jorge Botteri, abarca a melómanos que se volvieron músicos a partir de su pasión por un género musical. Esta segunda línea, en la que ya encontramos temas propios, es la que continuarán bandas como Los Saicos y Los Yorks, ya a mediados de los años sesenta. A menudo se suele empezar a contar la historia del rock peruano desde aquí, desde la aparición del primer single de Los Saicos. Pero la historia, como ya hemos visto, arranca diez años atrás.

lunes, 9 de febrero de 2015

Los Aguilas: Los 70' fueron suyos (Trujillo latin pop)


Por Abrepuertas (blog)

En el norte de Peru a fines de los 60’ existia un fuerte movimiento juvenil de musicos. Influenciados por el rock and roll y la nueva ola, algunos de ellos ya empezaban a insertar composiciones propias entre los faciles covers de la epoca. Y como sucedia en todas partes fueron los heroes locales. Preguntale a tu mama, tio, primo, o acuerdate si ya dejaste la adolescencia hace lustros. Menciona los Aguilas y veras como se escapa una sonrisa nostalgica, que tu conoces bien pero no ves siempre, en esos rostros veteranos, y, claro que fue mas loco de lo que imaginas o de lo que jamas te van a contar.

Luces sicodelicas, novedoso sonido estereo  cuadrafonico, ropas de colores, pantalones acampanados, flores, eso  que llamaban antes amor (o romanticismo cursi seguro piensas meneando la cabeza). Sin sida, ni control de la natalidad, sin muertos famosos por drogas aun, ni shocks, terrorismo , inflacion estratosferica, etc, esas maldiciones que les  toco a los que llegaban despues. Happy life...

Alli estos muchachos salian en la television local todas las semanas , llenaban cuanto lugar en que tocaban y alcanzaron el sueño de grabar en Lima, discos de vinilo 45 rpm, LP.  Se apoderaron del gusto juvenil y a mediados de los años 70’ estaban en su punto mas alto. Tuvieron que cambiar su antiguo nombre (Holys) porque un grupo nuevaolero ya lo estaba usando, y terminaron con uno como el de la gran banda americana (The Eagles) aunque dicen que fue por Trujillo (el escudo?). Kike Saavedra (Guitarra, teclados, voz, etc.) era un admirador de The Ventures y se considera una influencia , luego esta el toque latino que les daria su sello grupal.

Muchas historias en su haber como aquella que cuenta el maestro de la bateria, Samuel Llanos, cuando ante un lleno de bandera que abarrotaba el coliseo Gran Chimu el bajista se desmayo al inicio de la performance al ver semejante muchedumbre esperandolos, o de las cientos de giras, las grouppies, o las sorpresivas bodas, ellos eran figuras junto a otras bandas esforzadas de la epoca. Pero este espacio les toca hoy. Y para que tenga sentido esta mencion incluimos un par de sus hits que podrian hacer el milagro de hacer que tus viejos bailen por primera vez en sus vidas frente a la computadora, y que tu puedas verlos en directo para tener algo bueno que contar a los nietos (dale clic al player de la barra del lado). El sonido del sintetizador en el intro es una marca imborrable en la memoria de muchos fans eternos, a veces esos detalles definen una carrera. Los Aguilas volaron alto con su sonido distintivo y personalidad.


martes, 20 de enero de 2015

Free Love System


Por Repsychled

Giovanni Apaza (voz, batería), Salvador Cabana (guitarra), José Melgar (guitarra, coros), Carlos del Carpio (bajo) y Enrique Astete (teclados).

El grupo nace a fines de 1969, con una onda entre la música hippie y la psicodelia, bajo el nombre de Free Love.

Free Love estaba formado inicialmente por Maiky García (voz), Hugo Zea (guitarra), Germán Jordan (bajo), Enrique Arias (batería) y Enrique Astete (teclados); luego ingresaría Carlos del Carpio (bajo). Astete y Carpio venían del grupo Los Incógnitos.

A fines de 1973 ingresan al grupo Giovanni, Salvador y José, que traen una onda más cercana al rock progresivo. Durante el verano de 1974 tienen la oportunidad de viajar a Lima para grabar cuatro temas en los estudios del sello Sono Radio, bajo el nuevo nombre de Free Love System.

El sello editó un disco de 45 rpm con los temas “Un paseo por el recuerdo” y “Correteando añoranzas”. Quedaron sin ser editados los temas “Déjenme seguir” –una versión del grupo argentino Ave Rock- y “En la ruta del silencio”, un tema propio.

En diciembre de 1974, Free Love System realizó un concierto en el Coliseo de Arequipa junto a Sacramento y Costa Arenosa, con la idea de recaudar fondos para fabricar su segundo disco de 45 rpm. El segundo disco nunca se fabricó pues la grabación presentaba un ruido de origen.

Hoy, luego de 35 años, sus cuatro temas pueden ser escuchados.


Texto que aparece en “Rock en Arequipa 1969-1974”, CD Repsychled

jueves, 15 de enero de 2015

Tarkus


Por Andrés Tapia del Río

Telegraph Avenue editó en julio de 1971 su primer disco, obteniendo las mejores ventas de ese año. Meses después Walo Carrillo se separa de la banda quedando disponible para nuevos proyectos musicales. Enero de 1972, Walo regresa a casa y encuentra una carta enviada desde Argentina por Guillermo Van Lacke, en la cual anunciaba su retorno a Lima acompañado de su joven amigo Darío Gianella. Ellos vinieron en bus desde Buenos Aires, solo con una guitarra Les Paul y algo de ropa en mano. Su viaje tenía como objetivo formar una banda y estaban en búsqueda de un baterista. Walo tenía interés de tocar rock fuerte. Así, los tres amigos formarían una nueva banda. Guillermo se encarga un bajo que se lo envían desde Casa Daiam (Argentina) y comienzan a tocar juntos. En búsqueda de cantante, Alex Nathanson se sumaría a ellos, mientras los demás integrantes de Telegraph Avenue trataban de reagruparse sin éxito.

En abril se realiza la última presentación como Telegraph Avenue, ese día Walo anuncia a la prensa el nacimiento de esta nueva banda: Tarkus, en referencia al álbum de Emerson, Lake & Palmer. Guillermo y Darío se hospedaban en casa de Walo, donde se compusieron más de veinte temas en un periodo muy corto de tiempo. Solamente ocho de estos alcanzaron los surcos del vinilo. El álbum se grabó en los Estudios MAG y fue prensado en julio de 1972 con una caratula muy sobria diseñada por Walo.

Tarkus tuvo contadas presentaciones en vivo. La primera de ellas fue en la Unión Church para una kermesse del colegio Roosevelt, donde la presentación escénica era con los músicos vestidos de monjes en un escenario casi a oscuras. Alex meneaba un farol de mano durante la interpretación de "Tema para Lilus" -emulando al personaje al interior de la carátula del álbum Led Zeppelin IV- impactando sobremanera al público. En este concierto se presentó el disco. Además, realizaron una corta gira en provincias tocando en Chimbote y Trujillo, así como en una anecdótica fiesta privada.

Para esos días, los integrantes de la banda estaban más enfocados en sus actividades personales que en continuar con la grabación de un segundo álbum, sabiendo de antemano que sería muy fuerte para la escena limeña de 1972. Por otro lado, Darío se encontraba muy descuidado debido a la agitada vida que llevaba en Lima. . Así, en búsqueda de su tranquilidad espiritual, decidió formar parte de "Los Niños de Dios", una congregación religiosa cuyos votos le impedían tocar música que no estuviese destinada a alabar al señor. Con la partida de Darío, la banda entró en un descanso que sería eterno. Guillermo parte hacia Argentina en búsqueda de un nuevo guitarrista. Mientras tanto, Walo (batería) y Alex (bajo y coros) empiezan a ensayar junto a Germán Cabieses (guitarra y coros) y Melissa Griffiths (voz). Ellos formaron Ganímedes, una banda de corte pesado con voz femenina melódica. Desafortunadamente no existe grabación alguna registrada. Cuatro meses después, Guillermo regresa acompañado de un nuevo guitarrista: Carlos Salomón, pero para ese momento ya se estaba reagrupando Telegraph Avenue para la grabación de su segundo álbum, lo que se dio con el ingreso de un quinto integrante: Germán Cabieses. Guillermo regresa a Argentina y toca fugazmente con La Banda del Oeste y Aguafuerte pero no logra grabar con ellos. Darío y Alex se reagruparían en 1976 y graban un disco de música religiosa para su congregación "Los Niños de Dios". Así, la posibilidad de volver a formar Tarkus quedó definitivamente descartada.

35 años después de aquella fugaz incursión sonora, este álbum representa un predecesor del rock pesado en el Perú. Tarkus es reeditado en una segunda edición por Repsychled Records, respetando el arte original, pero incluyendo además fotos e información adicional que no se tenía al momento de la primera edición. Este CD fue rescatado utilizando las cintas matrices y siendo estas mejoradas a través de un proceso muy delicado de remasterización a tubos que le permite conservar la fuerza del álbum original. Este disco debe tocarse en alto volumen.

martes, 13 de enero de 2015

Entrevista a Saúl Cornejo


Por revista Rock (Lima, setiembre 1972)

¿En qué corriente musical está identificada su música?

La intención de We All Together es hacer música y no un determinado tipo de música. En consecuencia, no se le puede identificar dentro de una corriente específica.

¿Crees que existe un rock auténticamente nacional?

Creo que sí puesto que la mayoría de grupos nacionales de rock son autodidactas y no han tenido la misma educación musical, mejor dicho, se basan en la misma en que se basan los grupos de rock extranjeros. Digamos entonces que cada país tiene un rock auténticamente nacional.

¿Cuál fue el aporte de Laghonía a la afirmación de un rock nacional auténtico?

El de interpretar nuestras propias composiciones, y entonces esa música desde ya tiene algo de peruano, ahora que ir marcando el acento nacional a nuestra música es tarea cuidadosa que se ha llevado sin exagerar. (Trouble Child, I’m a Niger, Lonely People, etc). Hay que tener en cuenta que música peruana no solo es el huayno, eso podría ser un punto de vista muy extranjero.

¿Tienen influencias de algún grupo extranjero?

Claro que sí, todos los músicos del mundo de diferentes géneros la tienen, pero no de uno solo, pues como hacer música es consecuencia de escuchar música, entonces algo de lo escuchado se refleja en lo creado. Es como las diferentes culturas de los pueblos, mas grandes o pequeños, tienen influencia de otros pueblos. ¿Quién puede hablar de una cultura auténtica propia? Todo es producto de influencia y de aporte personal.

Al ser el “beat sound” un lineamiento ya superado ¿no crees que el encuadrarse en esa línea es una forma de estancamiento?

Estancarse sería quedarse en una sola línea, el “beat sound” es una manera más de música que, como cualquier otra, se puede volver a aprovechar en cualquier momento, como el jazz, el afrocubano, la música clásica, etc. Están siempre a la mano para disponer de ellas cuando lo necesitemos; entonces a veces encontramos que lo que nos parece ser “nuevo” resulta ser lo “antiguo”, pero con el aporte personal del músico que lo utiliza.

¿Por qué solo componen en inglés?

Porque el inglés es más adaptable a nuestra música, hasta el momento. Puede que si una composición nuestra necesita el castellano o el árabe, lo apliquemos, como también puede ser que no le pongamos ni una sola palabra.

Generalmente ¿cuál es la temática de sus canciones?

El tema depende del tipo de melodía que creamos. Hasta ahora el tema del que más hemos tratado ha sido el de la actitud humana ante los estímulos de la vida (Lonely People, Everybody en Monday, Neighbourd, I’m a Niger, etc.).

¿Qué opinas de las temáticas intrascendentes de algunas canciones?

Siempre y cuando sea sinceramente lo que represente la melodía, entonces sí hay razón para este tipo de temática.

¿Qué es lo negativo de la llamada “música complaciente”?

Lo negativo está en que al ser capturada fácilmente por el público, acapara preferencias y es explotada, mermando posibilidades a la música que necesita de una análisis por parte del oyente, que por lo general no acostumbra a hacerlo.

¿Qué grupos nacionales crees que han superado este tipo de música?

Debido a que el medio ambiente artístico para los grupos peruanos son las fiestas, muchos de ellos se han visto obligados a hacer siempre música complaciente, ya que si trataran de hacer música, el público se aleja de ellos, dando preferencia a los que hacen música para fiestas, ya que el público se ha acostumbrado a bailar y no a escuchar; con esto cualquier grupo que quiera hacer música con trascendencia se ve muy limitado.

¿Qué nos puedes decir sobre la calidad de grabación de nuestras disqueras?

En este aspecto hay muchos factores para lograr buena calidad en una grabación. Los dividiré en dos: equipo y personal técnico.
a.-  En cuanto a equipo, creo que dista mucho con el de los países que van a la vanguardia en grabaciones, sin embargo estoy en condiciones de afirmar que el mejor equipo de grabación es el de MAG, siendo la única en nuestro medio que graba en 8 canales.
b.- El otro aspecto importante es el factor personal de grabación. En nuestro medio hay pocos técnicos que estén capacitados para captar al músico, haciendo que la grabación sea exactamente lo que requiere el tema que se ejecuta. El proceso de grabación no es solo tocar y apretar un botón para que la máquina grabe. Es una labor minuciosa y sacrificada.

¿Cuáles son las diferencias musicales entre los New Juggler Sound del pasado, Laghonía y el actual We All Togheter?

New Juggler Sound era un conjunto con más influencia “beat”, siempre tratando de avanzar y crear algo propio en una época en la que el público no gustaba de las canciones en inglés. We All Togheter es un grupo con más experiencia y con miras a abarcar un mayor ámbito musical.
¿A qué se debió que los New Juggler Sound –a pesar de su calidad- nunca hicieron hits ni alcanzaron la popularidad?

New Juggler Sound en sus comienzos hizo música sin fines de popularidad, pero al notar que esta idea se distorsionaba dejó de existir para dar paso a Laghonía.

¿Por qué sus presentaciones públicas son limitadas?

La finalidad del grupo no es tocar en fiestas, por eso limitamos las presentaciones en las fiestas. En las fiestas se baila pero no se escucha. El grupo está ahora dedicado a las grabaciones.

¿Crees que la juventud peruana está actualmente preparada para asimilar cualquier tipo de música?

Lamento decir que no, pues la mayoría todavía se rige por lo que está de moda o en la onda, como se ha dado en llamar ahora. Es un grupo reducido, como en cualquier lugar o época, el que está preparado para asimilar la música en todos sus aspectos.

Publicado en setiembre de 1972 en la revista peruana “Rock"

Los Golden Stars


Por Richard Osores

Hubo un paréntesis muy corto para mi terminado el grupo Golden Boys, pues decido buscar a Jorge Ponce, Carlos Risco y Gilbert Guzmán  para recomponer el grupo y sugiero que se llamaría Golden Stars. "Golden" porque yo ya había sido un Golden antes y "Stars" porque todos deberíamos de llegar a ser estrellas y no uno mas del montón. Era lo que yo pensaba en ese momento. La historia ya algunos la saben: formé el grupo Golden Stars con la misma gente que eran de "los Dakotas". El organista del grupo, Jorge Ponce, al que cariñosamente conocíamos como el gordo Ponce, era uno de los famosos 5 hermanos Ponce, todos hijos del famoso escritor de humorismo Pedrin Chispa y productor del programa juvenil “El Clan del 4”, que estuvo muchos años en el aire.  Esta era una de las razones que siempre estábamos en el programa de los sábados. Más tarde los hermanos Ponce pusieron sus estudios de grabación y muchos de nuestros discos fueron registrados allí. Los Golden Stars fue uno de los buenos grupos que salió en esa época y sus temas mas conocidos fueron  "Pasto Verde"  y "Ángel", del LP  "Ángel", para FTA- RCA Víctor.

El bajista de Los Golden Stars, Gilbert Guzmán falleció en 1981, el baterista Carlos Risco y el organista Jorge Ponce viven en la ciudad de Los Ángeles desde hace muchos años. La última vez que nos vimos fue en Lima, en 1995, para el aniversario de bodas de Jorge. Fue una fiesta a todo dar en Monterrico con toda su familia y más de 300 invitados, y hasta algunos periodistas que nos tomaron fotos.

Les cuento que yo vivía en Miraflores, a la altura de la cuadra 40 de la Av Arequipa y Petit thuars, en la Calle Carlos Tenaud, mi antigua casa desde la niñez. En esta misma cuadra también vivían Los hermanos Barrera, que mas tarde conformarían Los Shains. Al frente de mi casa en la misma cuadra ensayaba uno de los grupos mas antiguos que yo conozco, Los Zodiacs, que creo no los mencionan; y también muy cerca de mi casa existía un grupo -que creo nació en 1958- llamado Los Sunset, que para mi es el primer grupo peruano que existió. En la calle Carlos Tenaud solo hay 4 cuadras, en la 2da cuadra ensayaron mas tarde Los Traffic Sound, grupo que apareció en el 69, y en la 4ta cuadra vivía Enrique Ego Aguirre, primera guitarra de Los Shains. En fin, el nacimiento de los años 60 con pura música y grandes valores que salieron de esa Calle.