Por Andrés Tapia
y Luis Alvarado
Naturalmente, el
rock and roll es el baile de la desintegración. Así se expresa uno de los
personajes de un relato publicado por el arquitecto y escritor peruano Héctor
Velarde en 1958, titulado justamente con el nombre de esa nueva moda que por
entonces había sacudido Lima: el “Rock and roll”.
Cuatro años antes
había sido lanzada al mercado internacional la primera radio portátil. Con ello
ocurrió una revolución en los hábitos de escucha: la familia ya no tenía que
reunirse en torno a la radio para compartir la misma experiencia, ahora los
hijos podían encerrarse en sus habitaciones para escuchar su propia música. Esa
separación generó l a creación de toda una cultura de consumo en torno a ese
nuevo sujeto social: el joven. Y el rock
será la banda sonora por excelencia de esa revolución que va a dividir en dos
la historia del siglo XX.
El rock en el
Perú, sin embargo, tuvo que esperar
hasta 1963 para jugársela por un estilo de rock propiamente dicho, y
diferenciarse así del ambiente de orquestas, foxtrot y baladas, que fue la
manera en cómo el rock dio sus primeras manifestaciones en toda Latinoamérica.
En 1957, la agrupación Los Millonarios del Jazz hizo la primera grabación de un
tema de rock and roll en el Perú. En 1963, The Beatles publicaron su álbum
debut y la influencia mundial que ejercieron ayudó también a consolidar una
escena rock en nuestro país.
Para 1965 el
nuevo ritmo ya había contagiado a la juventud. Los Incas Modernos, Los Sunset,
Los Steivos, y en especial Los Saicos, son algunos de los grupos que generaron
la identidad y los inicios de un rock nacional.
Por aquela época
fue el sonido ligero de la Nueva Ola
el que permitió forjar una nueva industria musical para jóvenes y adultos. La
música rock empezó a ocupar también un lugar en los catálogos de disqueras como
IEMPSA, Sono Radio, MAG y El Virrey, además del sello independiente Dis-Perú y
otros pequeños sellos discográficos. Tanto nuevaoleros como músicos de rock
realizaron presentaciones en conjunto en las famosas matinales que se hacían en
paralelo en diversos cines de la ciudad.
En estos años,
como recuerdan muchos de sus protagonistas, “las cosas pasaban muy rápido”. La
televisión mostraba el fenómeno del rock desde sus inicios, apuntando al público
joven en sketches cómicos y secciones musicales dentro de programas de
variedades. Años después, a fines de la década de los 60, el fenómeno de la
psicodelia terminaba de explosionar. Bandas como Los Holys, Traffic Soun,
Laghonía, El Polen, El Álamo, entre otros,
son algunos grupos que definen su sonido influenciado por esta corriente
musical. En la actualidad se vienen descubriendo nuevas grabaciones de grupos
pioneros de estos sonidos como The Mads y The New Juggler Sound. Todas estas
bandas han sido reeditadas por el sello nacional independiente Repsychled.
“Pantalones boca
ancha y afiches psicodélicos para luz negra” ofrecían las nacientes tiendas de
accesorios, como La Casa
del Hippie, “donde viste la nueva generación”. Light shows, efectos sonoros,
fusiones, polos despintados, pantalones rotos y hasta una comunidad hippie en
Cusco. El arte pop, los happenings y la música electrónica ya se habían
difundido en la Lima
de estos años, que lucía moderna y vanguardista.
Pero toda esta
efervescencia tiene como telón de fondo político diversas posiciones ideológicas
enfrentadas que van a traer como consecuencia el golpe de estado del general
Juan Velasco Alvarado en 1968, con lo cual se inaugura el Gobierno
Revolucionario de las Fuerzas Armadas y la crisis del Estado Oligárquico. Por
entonces las migraciones a la capital se intensificaron con el consecuente
desborde urbano. Las costumbres y
sonidos de la provincia, que ya gozaban de un público y una industria,
empezaron a mezclarse con la psicodelia. La promoción de la música peruana del
gobierno velasquista, así como la llamada “teoría de las raíces nacionales” y
la política antiimperialista. Tienen su mejor imagen en la creación del Taller
de la Canción Popular
(1974) de Celso Garrido-Lecca.
Son los signos de
una nueva escena musical, en donde el folklore y la nueva canción, y por otro
lado, la cumbia y la música tropical, dominan y cubren el espacio que el rock
peruano empieza a dejar para 1975. Esta muestra quiere exponer todos esos
sucesos.
Publicado en el
folleto de presentación de la muestra “Salvaje / los inicios del rock en el Perú
(1963-1975)”.