domingo, 29 de noviembre de 2009
Un Troglodita en Do Mayor, por favor...
Por Arturo Vigil
Madrugada del 29 de Julio del presente año, Lima dormía y algunos todavía seguían festejando el feriado de Fiestas Patrias. Y en esos instantes de frío extremo que sacudía la capital, la vida de nuestro amigo Enrique Telleria Dávila (59) años, más conocido por todos como Jean Paul “El Troglodita”, se extinguía, y poco a poco su vida se apagaba, hasta llegar el momento del desenlace fatal. El artista, el ídolo juvenil de los años sesenta, el loco querido de siempre termino de expirar. Y dejar este convulso mundo para siempre, y un gran vacío en las personas que supimos quererlo y estimarlo hasta la idolatría, ante todo, por su autenticidad.
Jean Paul, desde niño tuvo a la música como su principal afición, ya que a la edad de 10 años su tío Adolfo Tellería Solari lo grababa en viejas cintas de carrete, mientras el pequeño troglodita cantaba, tiempo después pertenecería al coro del colegio militar “Leoncio Prado” donde concluyó la secundaria, aunque sus padres siempre se opusieron a que se dedicara al canto y a todo lo concerniente a la vida artística.Pero el rocanrol y la rebeldía juvenil de los primeros años sesentas se impusieron, y poco a poco lo fueron convirtiendo en un personaje y después en toda una celebridad de la nueva ola y del rock nacional de aquel entonces.
En sus inicios en el mundo de la música, sería amigo del nuevaolero Enzo Roldán y juntos formarían parte de la pandilla de “Los Gatopardos” de Miraflores, aquellos muchachos que paraban en motocicletas y enfundados en casacas de cuero.
Jean Paul prontamente participaría en cuanto festival se le presentase, y en el cual ganaría un concurso musical realizado en el antiguo Canal 2 de propiedad de la empresa de radiodifusión Radio Victoria, los cuales posteriormente lo contratarían como artista exclusivo de dicho canal en 1962. La música de Elvis Presley, Little Richard y después Los Beatles lo conmoverían y es entre los años 1964 y 1965, donde empieza el boom llamado “Troglodita”, pero algunos años antes, había sido primera voz del grupo Los Delfines del Callao.
El destacado periodista Guido Monteverde, ya desaparecido, lo bautizaría artísticamente como “El Troglodita” y de paso la película “Europa de noche”, serviría de marco refencial para la creación de su personaje, y Jean Paul anotaría el hecho, ya que en dicho film el actor central era un cavernícola beatnik que salía cantando rocanrol con un mazo en la mano, en un escenario alucinante, donde al final terminaba destrozando todo y a su vez agrediendo a quienes estaban a su alrededor.Con este personaje de ficción, simplemente Jean Paul se sentiría rápidamente identificado y lo llevaría a la realidad, y a un escenario juvenil sediento de emociones fuertes y que antes de la llegada del Troglo, era sinceramente súper aburrido.Como lo haría dramáticamente real en una recordada presentación en el Canal 4, donde destruyó todo el decorado del escenario, volando sillas y todo lo que encontraba en su camino.Es decir,la música rock asumida en su mas cavernosa interpretación, y cuyos arrebatos conmocionarían y preocuparían a la opinión pública de aquel entonces, al ver a un joven enfundado en un traje de leopardo y posteriormente al hippie psicodélico que pareciera haber salido del mismo Carnaby Street. Para muestra, remitámonos a la revista “Ecran” de 1968 en la que se decía: “Jean Paul esta vestido con un pantalón azul eléctrico, una camisa rosada con vistosos estampados, unos lentes gigantes y una corbata ploma ¡pobre Ringo Starr!”…
Pero sigamos con los inicios del Troglo en la música, mucho antes en 1965 en el sello DisPerú conocería a la primera promotora del rock peruano la cual se llamaba Rebeca Llave y que fue su manager personal, ya que le daba muchos consejos y además le proporcionaba canciones y discos que llegaban a esa casa discográfica, para que pueda estudiarlos e hiciera versiones al particular estilo de “El Troglodita”.
En esos días grabaría “El tema del troglodita” y “El dólar agujereado”, temas que marcarían el inicio de su ascendente carrera.Rebeca Llave tiempo después se convertiría en gerente de producción del sello, y descubriría a Los Saicos y a Los Golden Boys, con quienes Jean Paul compartiría muchas veces escenario, ya que Erwin Flores vocalista de Los Saicos,fue muy amigo del Troglodita y con quienes a veces cantaba en restaurantes del centro de Lima como “El Marios” y “La Gruta Azurra”, creando una especie de improvisadas peñas roqueras.
El primer larga duración de Jean Paul se llamaría “Tengo un Mustang”,en el cual habría excelentes versiones de Los Hollies y Los Animals y de toda la magia del sonido beat de aquel entonces, para lo cual contó con el aporte musical de Frank Privette y Los Steivos, como banda de apoyo para la elaboración de este disco.
Ya la fama, la televisión y todo iba en ascenso mas las noches de bohemia, en locales como “El Neptuno” y “El Dragón” donde siempre llegaban excéntricos personajes extranjeros, que le darían una atmósfera especial al ambiente.En dicho recinto, había un pianista de jazz llamado Miguelito Reyes que en más de una ocasión, disfrutaría de interminables cesiones musicales junto con Jean Paul y en donde también tocaba Mario Pastor quien era baterista de Los Steivos, quien una noche su novia se separaría definitivamente de él y lo cual motivaría que este, terminase con su vida metiéndose un balazo.Asi fueron estas historias… y mientras tanto Jean Paul, quien tocaba la guitarra horas tras horas escuchando a su ídolo Bob Dylan, al que siempre manifestó su total admiración.
En esos días, juntaba dinero para viajar a Europa y tratar de continuar con su carrera musical, ya que en el Perú las cosas se ponían un poco duras.Y el pelo largo y la extravagancia que siempre identificó a Jean Paul, le traería más de un problema y es en 1969 donde se lo llevarían detenido a Seguridad del Estado, en plena época del gobierno del general Velasco, por lo cual también detendrían a muchos hippies criollos…
Ya la permanencia del Troglodita en el Perú, se hacia difícil y por eso decide viajar primero a Centroamérica a fines de 1969 y después trasladarse a México, donde conocería al maestro Javier Bátiz (solista de rock y blues).Y es en donde recibiría la influencia del rock mexicano de ese momento, lo cual lo llevaría a realizar excelentes versiones del grupo Peace and Love y que se vería reflejado en el disco “Vudú” en 1972. Sus constantes viajes por Ecuador, Colombia, Guatemala, Honduras, Nicaragua donde llevaría su música y a su vez tener la oportunidad de participar en festivales internacionales, con los cuales impactarían al público por sus explosivas presentaciones.
Ya de regreso al Perú seria contratado por el sello MAG, para grabar el tema “Barba Azul”, después vendrían”Mi primer juguete”,”Soy un hombre”, que muestran a un Jean Paul mucho mas sólido y con una fuerza descomunal junto a arrolladoras descargas eléctricas, que envueltas en su voz lo convertirían en el primer solista roquero de nuestro país, ya que vivió en el literal extremo de su existencia, con su auténtica personalidad.
Vendría después su larga duración “Vudú”, y para lo cual contó con la participación de destacados músicos de la escena local como Ernesto Samamé de Laghonia y algunos músicos del Ayllu que apoyaron en instrumentos de vientos. En este disco, Samamé recrea excelentemente con su guitarra, el tema “Vudú” y cuya letra Jean Paul, escribiría para “defenderse de sus demonios internos” y que definitivamente lo convierten en todo un clásico del rock nacional de todos los tiempos. Además temas como “Any time”,”Te amo mas”,”Everything is gonna chance” y “Pórtense bien” son muestra de esta importante obra musical.
Lástima que este trabajo y los mencionados anteriormente, nunca tuvieran difusión masiva y solamente hayan sido irradiados en los programas de la desaparecida Sra. Nelly Mendivil vía Radio Miraflores.Ya con el tiempo, El Troglo pasaría por distintos sellos discográficos como El Virrey y Sono Radio, en las que grabaría algunas bonitas baladas en que las que registraría para la posterioridad estupendas interpretaciones, como también temas de su autoría.
Pasarían ya los años, y Jean Paul volvería siempre a la búsqueda de su estrella, que siempre la supo alumbrar, cantando en todos los lugares que podía y recobrar el brillo de sus primeros éxitos en la vuelta de las matinales, allá en la mitad de los años ochentas y seguir como viejo profeta del Beat Nacional y anhelar por siempre, el querer tener una banda de rocanrol a su disposición,y poder darle vida a sus muchas composiciones y así como también poder cantar temas de Los Saicos,con su estilo aguardentoso y de ultratumba, que pudimos constatar en grabaciones caseras que el realizaba,además de interpretar viejos clásicos del rock entre otros…
Hoy querido Troglo, ya estarás en este momento viajando en tu viejo Mustang del 65 por todo el celeste camino y para toda la eternidad, ya que siempre fuiste un eterno adolescente, que en silencio recorrerás todas las noches Jesús Maria, tu distrito de siempre y al que nunca pudiste volver, pero hoy ya lo podrás hacer.Por eso solo podemos decirte, vive y corre por siempre con nosotros, leyenda del rock peruano…
PUBLICADO EN LA REVISTA ESQUINA Y FANZINE ONLY SIXTIES (VERANO DEL 2005)
sábado, 28 de noviembre de 2009
Traffic Sound: Meshkalina / Simple (1970)
Entre los grupos nacionales conocidos y poco versionados; que para algunos debieron cantar en castellano (como los grupos argentinos de los setentas) y, para otros estuvieron bien en sus líricas (posición que compartimos); se encuentran los Traffic Sound, quienes surgen de dos bandas de los sesentas. Por un lado, Los Mads, quienes no llegaron a culminar su álbum en SONO RADIO (pese a su avance) pero que van a ser incluidos en un recopilatorio realizado por discos El Virrey con el tema de Los Rolling Stones: “ The Last Time”, y a quienes se le relaciona con Manuel Sanguinetti (futuro vocalista de Traffic Sound).[1] Esta banda, considerada psicodélica, tocaría en auditorio del colegio Santa Ursula en 1970, el cual sería su concierto de despedida antes de disolverse[2]. Por otro lado; “Los Hang Ten’s, de los cuales encontramos mayor información, tendrán como integrantes a José y Freddy Rizo-Patrón quienes tras la disolución del grupo y junto a Manuel Sanguinetti serían los gestores de Traffic Sound pero antes de ello grabarían su único 45 RPM, bajo el sello Odeon en Noviembre de 1966 con los temas:"Till the end of the day" / "These boots were made for walking" ("Hasta el final del día" / "Estas botas fueron hechas para caminar"). De este modo, la disolución de dichas bandas van a derivar en la formación inicial de Traffic Sound que fuera integrada por: Manuel Sanguinetti (1ra voz, percusión), Willy Barclay (1ra guitarra, voces), Freddy Rizo Patrón (Guitarra, bajo, voces); Willy Thorne ( bajo, órgano, piano, guitarras y voces), Luis Nevares (batería, vibráfono, percusión, Voces); Jean Pierre Magnet (Saxo, Clarinete, Flauta, tumbadora, Voces) y que hacia 1967, empezarán grabando versiones de temas pertenecientes a bandas como: Jimi Hendrix Expirence, Cream, entre otros[4]. Así, en esta fecha se grabarán los primeros singles (bajo el sello MAG)[5] tomando la línea de versiones de temas extranjeros con un toque latino[6], lo cual para 1968 va a traer su primer álbum (mini LP) con los temas grabados y titulado “A bailar Go-Go”. Posteriormente, y es el tema que hemos querido tocar, van a grabar uno de los álbumes mejor logrados en la historia del Rock Peruano. Nos referimos al álbum “Virgin” de los cuales salieron diferentes 45 rpm, pero que en esta oportunidad vamos a tomar aquel 45 rpm que incluyó los temas: Lado A: Meshkalina / Lado B: Simple, temas que pertenecen a éste álbum grabado (entre 1969 - Enero de 1970) y seguramente lanzado en Enero y Febrero de 1970 pues los 45 rpm figuran como fecha de fabricación (Febrero de 1970). Es así como, este álbum va a ser reeditado en nuestro país hace unos años (por el Sello Repsychled), pero vendido más caro que en el extranjero en muchas tiendas grandes de música (cosa extraña cuando ha sido producido aquí); fuera de ello, reconocemos que fue una sorpresa escuchar el cd y encontrar un buen trabajo en la re-masterización del álbum, hecho poco frecuente en muchas reediciones de varias bandas legendarias. Así mismo, entendemos que ello se debe al trabajo de gente relacionada con el tema como es la presencia de Saúl Cornejo (miembro de los grupos legendarios “The New Jougler Sound” y “Laghonia”)[7] en esta labor y que va a garantizar el conocimiento del tema; junto a él también figuran: Miguel Yance y Andrés Tapia (creador del Sello Repsychled). No debemos obviar que este grupo fue incluido en recopilatorios, como los del sello (Español) Vampi Soul y los álbumes: Back to Peru: The Most Complete Compilation of Peruvian Underground 64-7 y, Yellow Sea Years: Peruvian Psych-Rock-Soul 1968 to 1971; así mismo, encontramos el recopilatorio “Traffic Sound – Gratest Hits –“ del sello Discos Hispanos (Perú), entre otros. Teniendo esta referencia, los temas aludidos e incluidos en este 45 rpm van a tener; en primer lugar, un orden nada esperado en la posición de los temas ya que era frecuente encontrar los temas más salvajes en la cara B, pero esto no paso aquí. Es así como, la sorpresa de la cara A la da el tema “Meshkalina” que esta recortado en todos los pasajes más psicodélicos y que entendemos podía haberse dado por el tiempo lo cual no permitía su difusión o por el simple hecho de guardar el misterio para adquirir el LP, no lo sabemos. Pero lo que si podemos apreciar en el 45 rpm es que ambos temas son considerados Go-Go, algo frecuente en las producciones nacionales que no utilizaban los términos (como psicodelia) para definir muchos temas de este género.
Así, el lado B, nos ofrece un tema de letra sencilla, armonioso y acústico en la base, con el tiempo y estilo contemporáneo de finales de los 60s en la batería; uso de intrumentos oriundos de América en detalles (como es el uso del Palo de Agua) que se fusiona con los arpegios de la segunda guitarra y los arreglos de clarinete tocados muy tenuemente a cargo de Magnet lo que hace de este tema una pieza muy bella y uno de los mejores temas de este disco que tuviera en la primera voz a Willy Barclay y que a nuestro parecer es completo. Por otra parte, el lado A (tomando la versión del álbum) nos va a traer el tema más característico de esta banda, quizás por la contradicción entre la temática “nacionalista” que apoyaba el gobierno y la crítica al mismo que erró en proponer una política de asimilación del nacionalismo prohibiendo el rock, entre otras expresiones culturales, por ser considerados expresiones alienantes. Así, el tema de esta canción será la exaltación de uno de los gobernantes Inca llamado Yawar Huaca (cuyo nombre verdadero fue Titu Cusi Huallpa) que iniciara su gobierno en 1.380, antes de la expansión Imperial a cargo de su hijo Wiracocha (Hatun Topa Inca), pero que en cuyo gobierno tuvo que enfrentar conflictos con grupos étnicos como los Chancas (caracterizados por su gran fuerza y violencia) que, paradójicamente en este tiempo, invaden el Cuzco (Capital Imperial Inca) junto con otros grupos étnicos.[8]
Así, la temática alude las proezas de este gobernante Inca que luchará contra los Ayarmarcas y que finalmente llegaría a sentar las bases de un gran imperio (Inca), pero también se relaciona con pasajes poéticos que exaltan el uso de la Meshkalina o Mescalina (substancia alucinogena) lo cual va a estar acorde con estos años y el consumo de alucinógenos en la era de la contracultura del Movimiento Hippie. El tema va a tener una clara influencia latina, donde la guitarra eléctrica con wha-wha va a marcar las notas características del tema; la batería con un tiempo muy original, acompañado del bajo y piano, contribuirán a mantener la base frente a los excelentes arreglos de guitarra fuzztoneada y saxo o trompeta salvajemente latino, como los guapeos sueltos del cantante y aquellos efectos de voz (la parte más psicodélica del tema) que acaba en gritos como de indígenas guerreros y un juego de tumbadoras y saxo hacia el final del tema, nos llevará a definirlo como unos de los mejores trabajos logrados en nuestra patria.
En la información encontrada por nuestros colaboradores existen pasajes que señalan el actual local del Colegio de Abogados de Lima (San Isidro) como el lugar donde se inicia la banda, puesto que era la casa de la abuela de Freddy Rizo Patrón (segunda guitarra de la banda); así mismo, según Gerardo Manuel Rojas[9], el nombre del grupo se va a crear por el hallazgo de un semáforo en dicho inmueble, que llevaría a bautizar al grupo como Traffic Sound (Sonido del Tráfico) en 1967, lo cual lo desliga de la idea de relación con el grupo inglés “Traffic”, conocido hacia 1968 con su álbum “Mr. Fántasy”. Es tambien conocido que fueron una de las bandas que congregaba público en el local denominado “Tiffany Club” (posteriormente “Galaxy”), considerado en su tiempo como el Templo de la Psicodelia en Lima.[10] Finalmente hay testimonios que prueban que no sólo tocaron en dicho local sino que amenizaron fiestas particulares; así como fiestas de promoción (entre ellas, la recordada de 1971 del Colegio Ricardo Palma (Surquillo), en el salón de recepción de la iglesia San Antonio de Padua.[11]
De este modo, hemos compartido con ustedes un pedazo de nuestra historia musical y frente a las persona que opinan que el hecho de cantar en inglés es un índice de falta de identidad sólo podemos decir que, la identidad no es un problema sobre el uso de externalidades (como el uso de la lengua); sino que implíca una característica más importante como la conciencia de pertenencia a un grupo social organizado que tiene una herencia cultural propia (como lo sería el ser Peruano, Mapuche o Aguaruna).[12]
Así, como despedida, los dejamos con el tema “Simple” que fuera versionado por la primera banda de Garage Revival 60s contemporáneo, TREN FANTASMA, de los cuales ya tendremos la oportunidad de comentar en nuestras próximas entregas, pero de quienes puedes encontrar información aquí http://onlysixties.blogspot.com/2006/12/la-historia-del-tren-fantas%20masotano.htmlmasotano.html; junto a esto, te dejamos con un extracto del video de uno de los últimos conciertos de Traffic Sound en Perú http://es.youtube.com/watch?v=ZLPjWHpNIKM&feature=related. Hasta la próxima.
Tomado del blog: Terror en lo Profundo
sábado, 14 de noviembre de 2009
Acerca de Laghonia
Por Manuel Cornejo
LAGHONIA es sin duda debido a su trayectoria, uno de los más importantes grupos de rock psicodélico/progresivo en Latinoamérica. Fundado en 1965 por los hnos. Saúl y Manuel Cornejo con el nombre de NEW JUGGLER SOUND y animados por la invasión británica que envolvió el mundo entero, volcaron toda su infatigable aptitud para absorber ritmos y melodías de toda procedencia, desde muy temprana edad, hacia el escenario popular del rock. Manuel tocaba en el comienzo (1963) con una batería hecha en casa y Saúl ayudó a su amigo de la infancia Eddie Zarauz (que era un precoz inventor) a construir un bajo. Saúl tocaba guitarra y había estudiado violín y piano desde los 9 años en el Conservatorio Nacional de Música, pero ahora estaba empeñado en hacer un grupo. Eddy aprendió a tocar bajo influenciado por Saúl y luego conocieron a Alberto Miller que se hizo cargo de la 2da guitarra. Desde ese momento, Saúl no dejó de componer. El y Alberto Miller hicieron un gran repertorio de más de 100 canciones inspirados en la música de ese momento: Beatles, Zombies, Stones, etc. y lo que antes habían escuchado: Everly Brothers, Elvis, Roy Orbison, etc. Por fin a mediados de 1965 estaban listos para poder ensayar y tocar en lugares pequeños, con Alex Abad en la percusión. En 1966 hicieron su primera presentación en TV y desde ese momento el grupo empezó a crecer. Allí estrenaron canciones como “Once upon a time”, Lady”, “Baby baby”, “I must go” y “Lies”. En 1967 hicieron el primer “Light Show” en el Casino Náutico de Ancón y su empresario, el director de teatro inglés Michell Muzlak los hizo actuar en la obra de teatro “1,2,3 and other flowers” en la sala de la AAA, además de componer la música para la puesta en escena. Luego de eso actuaron en exposiciones y “Happennings” siendo la atracción de la prensa en esa época, no sólo por la música sino por la vestimenta y el cabello largo, algo que ningún grupo peruano había presentado entonces. En 1968, firman un contrato para la RCA VICTOR, sello para el que graban su primer 45 rpm. “Baby baby” y “I must go”, composiciones de Saúl Cornejo y Alberto Miller. Luego graban otro 45 rpm en castelano “Sonrisa de Cristal” y “Mil millas de amor”. A finales de 1968, Alberto Miller deja al grupo para irse a los EE UU. Saúl y Manuel deciden darle un giro totalmente nuevo al grupo ya que la música (después de “Sgt. Peppers”) en los años siguientes iba a ser totalmente diferente. Ellos componen “Chocolate houses”, “Trouble child”, “Billy Morsa”, “Relax”, “Glue” y otras más. Eddy conoce entonces al norteamericano David Levene, que tocaba una Stratocaster y cantaba; entonces decide llevarlo a un ensayo. Saúl lo incorpora al grupo y le enseña las canciones que compuso para esta etapa. Con David Levene en la primera guitarra, el conjunto abre sus posibilidades hacia otros ritmos. Graban para el sello MAG su 3er 45 “Glue” /”Billy Morsa”. Luego con Carlos Salom en el piano graban “Bahia /Sand man” estos 2 discos hicieron que el grupo fuese mas conocido. Ya que “New Juggler Sound” era un conjunto más “underground” “And I saw her walking” era un motown psicodelico y tenía de lado B a “Trouble Child” inspirada en los “psichodelyc reactions”. Saúl y Manuel estaban satisfechos con sus composiciones y que el grupo vaya tomando nuevos caminos, por eso deciden incorporar a Carlos Salom en el órgano Hammond. El grupo ya había crecido lo suficiente como para movilizarse en un camión de mudanza llevando el órgano y el Leslie adonde tuviesen que actuar. Carlos “barranquino” Salom prefería viajar en el camión para cuidar el Hammond y resto del grupo iba en un Oldsmobile del 55’ que manejaba Saúl. Pero lo más importante para los Cornejo era que Salom aportase ideas del jazz y así deciden escuchar los polirritmos de Dave Brubeck. Antes de grabar “Neighbor” donde hacen “rapear” a David Levene y donde estrenan el Hammond el grupo cambia de nombre: LAGHONIA. Se terminaba la década del sesenta y los Beatles se separaban definitivamente. El lado B de “Neighbor” era “My Love” una excelente cancion de Saúl. La disquera acumuló los 45’s de New Juggler Sound y sumándole “Neighbor” y “My love” editó el LP “GLUE”. En 1970, los Hnos. Cornejo hicieron una selección de los temas que más les gustaban compuestos por ellos desde 1967 para grabar el LP ETCETERA como despedida de la banda, después de una serie de conciertos llenos de seguidores que iban a escuchar a LAGHONIA estrenar por lo menos 3 o 4 canciones nuevas por presentación. Pero antes grabaron un 45 mas: “World full of nuts” impresionados por King Krimson y algo de Beethoven, en el lado B colocaron “We all”. Dejando de lado: “No solution” “Bengal Tiger” “It..s a sin to go away” y “The city will be a country”. Las 2 primeras publicadas por “World in sound” en Alemania y las otras 2 fueron parte del primer LP de We All Together. "Someday" -compuesta por Saúl y Manuel con guitarras acústicas en el barrio de David- "Mary Ann" -una sátira de Saúl a los que llamaban Maryann a la marihuana-, "I’m a Níger" - Manuel hizo un reggae inspirado en la historia de un artículo publicado en “People” “can a nigger love a honkey?” y Saúl lo modificó- . Luego al ensayarlo fue transformándose poco a poco. "Everybody on Monday" -el regreso a casa bajo una inusual lluvia (en lima no llueve) que provocó un apagón, animó a Saúl y Manuel a tomar sus guitarras y componer esta canción en 1968-. "Lonely Peolple" -una idea de Manuel que complementa Saúl con una fuga hindú; "Speed Fever" -Saúl y Manuel ensayan sus avances en polirrítmicos al imaginar un viaje apresurado en moto hacia el infinito. Ellos usan una fuga en 5/4. Al igual que en el caso de Dave Brubeck la banda tuvo que sentirse cómoda en ese ritmo. "Oh! tell me julie"- una sencilla canción tipo motown que cantó David. "It’s Marvelous" -cierran el álbum con esta canción que Manuel hizo después de un concierto-. A comienzos de los 70 el grupo se disuelve ya que los Hnos. Cornejo no querían seguir tocando en público. Alex se fue con “El polen” y Eddy se mudó a Bolivia. Para terminar el LP Etcétera buscaron un bajista que se acomode al grupo; Manuel llamó a su amigo de años Gerardo Manuel (Shains, Pepper Smelter, el Humo, Pax) y él le recomendó a Ernesto Samamé que había terminado de grabar con “El humo”. Desde el primer ensayo Ernesto se hizo gran amigo de Saúl y Manuel coincidiendo en los principales detalles de la música. Ernesto grabó “Someday”, “Everybody on monday” , “Oh! Tell me july” y “It’s marvelous”. Eddy había grabado “Mary Ann” y Manuel “Speed fever “ ,”Lonely people” y “I’m a Níger”. David se fue a los EE. UU. Carlos Guerrero que había llegado de los EE. UU., quedó impresionado con LAGHONIA y ayudó con los coros y el doblaje de voces. El que era hijo del dueño de la disquera MAG (el Ing. Manuel A Guerrero). Carlos le propuso a Saúl grabar un ensayo con 2 temas de Mc Cartney: “Some people never knows” y “Tomorrow”. Saúl y Manuel aceptaron ya que su propósito era hacer una banda de estudio y esa era la mejor forma de lograrlo. Con Carlos Guerrero como primera voz, Carlos “barranquino” en el piano, Ernesto en el bajo, Manuel en la batería y Saúl en la guitarra hicieron la base. Luego Saúl y Ernesto agregaron el solo con steel . Carlos G. y Saúl hicieron las voces. En las siguientes tomas Saúl agrego más guitarras. El éxito del 45 hizo que se decidiesen a grabar otros 2 temas esta vez de Badfinger (grupo producido por Apple); “Carry on till tomorrow” (tema de la película “The magic christian”) y “Walking in the rain• . Así se creó WE ALL TOGETHER. El 1er álbum "We al together 1" tenía además "Children", tema de Carlos Salom, "Young people","Revolution","Why" de Carlos Guerrero y "It’s a sin to go away" y "The city will be a country" de Saúl y Manuel Cornejo. Carlos Salóm se vá a Brasil y lo reemplaza el tecladista de "Ilicit": Felix Varvarande. El segundo LP "We al together 2" tenía 3 temas de Saúl y Manuel "Persons and faces", "Beautiful people" y "Follow me if you can"; y "Who knows", "Ozzy", "Little boy", "Cloudy night", "I’d like her to be mine" y "It’s us who say goobye" de Carlos Guerrero, más una canción de Ernesto Samamé y Felix Varvarande "Silly Roadman". El grupo dio un giro inesperado al grabar el 45 rpm "Lo más grande que existe en el amor" una canción de Saúl y Manuel Cornejo que aparte de ser en castellano, tenia el ritmo y la cadencia buscada por los Cornejo en innumerables producciones. Carlos G. puso "Soy tímido" en el lado B.
Tomado del MySpace de Manuel Cornejo
miércoles, 4 de noviembre de 2009
En 1962, Los Delfines se divertían con el twist, surf y el rock instrumental
Por Arturo Vigil
La mañana de un día cualquiera de 1962, en las aulas del colegio San Antonio del Callao, un grupo de muchachos, piensan y alucinan formar su propio conjunto musical. El Rock and Roll y el Twist con sus ritmos enloquecedores explotan en sus frenéticos y compulsivos corazones.
En esos días todos los temas del Pop rock americano, disputaban el gusto y la preferencia de muchos adolescentes del primer puerto; también la “Nueva Ola Peruana” estaba en la cúspide de la popularidad, y faltaba tan poco para que los Beatles se apoderarán del mundo y lo hicieran suyo para siempre. Así los Delfines vivirían y quedarían en el recuerdo de muy pocos, para ser rescatados después de 41 años por nuestro Sótano Beat de siempre, y esta es su historia…
Como agrupación nació en los jirones Ilo y Nazca, detrás del Cine Sáenz Peña, precisamente en la casa de Jorge Rossel, integrante de la banda, quien vivía a pocos metros de la casa de uno de los integrantes de Los Incas Modernos, que por cierto también procedían del Callao.
Pero sigamos con los Delfines, que lo conformaban Jorge Robinson (Voz), Federico Valente (primera guitarra), Carlos Denegri (segunda guitarra), Jorge Rossel (bajo), Otto Bravo (saxo) y Enrique Trujillo (batería).
El impulso y la decisión, los convence para acondicionar pastillas eléctricas a sus guitarras acústicas y las viejas radios que tenían en casa, fueron convertidas en rústicos amplificadores; ya que con el correr de los meses, comprarían instrumentos de la marca “Eko” (italiana) y emplearían efectos Vibrator y Tremoler en sus posibilidades de experimentación musical.
Debutarían en un festival realizado en el Colegio San Antonio que los vio crecer, después vendrían matinales en los Cines Tauro, Brasil, Ídolo, Diamante, Tacna y el Embassy donde fueron a tocar por un día y se quedarían contratados por dos semanas.
En esos locos años compartirían escenario con Los Apaches, Magnetos y Los Cinco Dedos todas del Callao por supuesto. Jorge Robinson, primera voz de Los Delfines recuerda:”Siempre fuimos invitados al canal 2, que era la única estación de televisión que tenía un amplio estudio y Sergio Vergara animaba en dicho canal, el cual tenía sus instalaciones en la avenida Tacna.Y no podemos olvidarnos del programa "Los Fantasmas se Divierten" con la conducción de Vilchez Vera, donde fuimos el grupo estrella”,recuerda Robinson.
El repertorio de Los Delfines incluía temas de Los Ventures, Los Eagles (Ingleses), Beatles, Del Shannon y Chubby Checker, y el mismo Federico Valente, primera guitarra de Los Delfines nos da la particular visión acerca de los grupos de aquella época y como se pensaba en ese entonces “Nosotros tocábamos por diversión y muy poco componíamos, porque había muy buena música que venia de EE.UU., Argentina, México y es precisamente de ese país, que llegaron Los Loud Jets con sus impresionantes guitarras eléctricas, ya que era todo un espectáculo verlos y aprecialos".
Ahora imagina a Los Delfines, en una de sus tantas presentaciones en las que ellos acostumbraban a salir con sus clásicos polos de mangas tres cuartos de color azul “eléctricos” y blancos, con pantalón negro o azul oscuro. “Por cierto todos estos polos fueron comprados en el Mercado Central” anota Jorge Robinson.
Dentro de los innumerables sucesos que tuvieron que afrontar Los Delfines, cuentan que un día fueron citados al puerto a la medianoche, para grabar un comercial que nunca salió en TV y que ni ellos mismos recuerdan de que producto o servicio se trataba, pero lo cierto es que fue una muy mala experiencia y que no tuvo ningún sentido, el tener que soportar ese frío extremo, tocando en plena madrugada y a la vez grabando dicho comercial en un barco.
En Los Delfines muchos vocalistas pasaron, después de que Jorge Robinson se retirara.Prontamente se enrolaría el disparatado y excéntrico Jean Paul “El Troglodita”, a quien conocieron en un festival realizado en el local de un partido político muy conocido allá en la Av. Alfonso Ugarte, dice Federico Valente al respecto : “Jean Paul entró a bailar y empezó a cantar, se acopló sin querer a nosotros y nos acompañó un año, después vendría Eddy Núñez y Dino Cabello, (quien sería posteriormente la primera voz de Los Dacios)”.
En esos años de locura beatle, Los Delfines harían un especial para la televisión, con la música de los melenudos de Liverpool y en ese musical fueron apoyados en guitarras por el desaparecido músico Mario Pastor quien vivía en Lince, esa actuación fue por el 20 aniversario de Radio Victoria (Canal 2) en la que Los Delfines harían una jocosa interpretación de muchos temas de Los Beatles y con toda la parafernalia incluída, es decir gritos y bullicio por doquier, tocado en vivo y en directo.
Federico Valente recuerda nostálgicamente esa época: “Con el tiempo Los Delfines, somos considerados los amos de la simpatía, ya que le ganábamos a muchos conjuntos, las chicas nos preferían a nosotros y decían que teníamos dominio de escena".
A fines de 1966, el grupo se desintegraría y Jorge Robinson resumiría en palabras, el amateurismo de los primeros músicos del rock nacional de la siguiente manera: “Nosotros tocábamos por diversión, sin pensar en que nos pagaran, después de nosotros, muchos llegaron con otra mentalidad y si es que invertían tenían que recuperar y ahí nació el empresario comercial, que tenía más visión, además que las disqueras ofrecían grabaciones a bajo precio y se puede decir que con nosotros...se terminaron los buena gente”.
Publicado en Fanzine Only Sixties
La música es una sola
Por Gerardo Manuel
Hace unos días participé en una conferencia de prensa para presentar por segundo año consecutivo en el Perú un importante evento originado hace varios en Francia, llamado La Fiesta de la Música. Luego de la conferencia departimos con varios amigos y nuevos conocidos y en medio de la conversación salió el tema de la mezcla de géneros musicales y los pros y los contras de esta mixtura. Cuando la conversación se tornó un poco acalorada, les recordé que este tipo de fusión no era nada nuevo y que se daba de la manera más natural en la década del 60, generalmente a través de eventos socioculturales denominados "Matinales", los que eran organizados por colegios, algunas universidades e institutos de enseñanza especializada o preuniversitaria.
Les conté que desde que comencé mi carrera profesional, siempre compartí escenario con artistas de los más variados géneros, con los que incluso he llegado a tener una sólida amistad. Cómo no recordar mi primer encuentro personal con quien, para mí, es uno de los mejores representantes de la música criolla de todos los tiempos, don Luis Abanto Morales, a quien lo primero que le comenté fue que por su culpa yo no fui cantante criollo. Aclaro el punto: cuando escuché una voz alucinante cantando el tema “Trujillanito”, pensé que debía cantar otra cosa porque no había ni hay otra voz como la de ese señor. El tiempo me dio la razón y así tuve mi primer grupo de rock en el colegio.
A comienzos de los sesenta surgieron muchas bandas y solistas que cultivaban la nueva música. Mucha gente ignora la existencia de esas bandas por falta de referentes fonográficos. Ahí tenemos que el Callao, por ejemplo, era semillero de grupos de rock y en 1963 ya había una buena cantidad de bandas chalacas: “Los Delfines”, el primer grupo donde cantó el desaparecido Jean Paul “El Troglodita”; “Cocoloco y sus twisteros”; o “Los Silvertons”, que tomaron su nombre de una popular marca de guitarras eléctricas que vendía en exclusiva la firma Sears Roebuck del Perú.
Pero los primeros en grabar un long play fueron “Los Incas Modernos”, también del Callao. Ubicamos a Héctor Wu Geng, uno de los ex integrantes de la banda, quien recuerda con nostalgia esos momentos. Él era el bajista de la banda y fabricante de la segunda guitarra y el bajo del grupo. Héctor, quien hoy está dedicado a la mecánica y es uno de los mejores preparadores de “Escarabajos” y “Tubulares”, nos cuenta las peripecias que pasaron para grabar su primer LP, el mismo que tenía canciones en su mayoría compuestas por Manolo “Loco” Arias (primera guitarra), quien hoy vive en Estados Unidos con su familia y está entregado a la religión. La excepción en las composiciones musicales fue el tema “Carnavalito”, originalmente un tema folclórico fusionado con rock.
Además de Arias y Wu, “Los Incas Modernos” estaba formado por Luis Bermúdez Molina en segunda guitarra y Hugo Díaz Da Silva en batería.
La guitarra de Manolo, la única de fabricación no casera, era nada menos que una Hofner, la misma marca que el bajo original de Paul McCartney. El amplificador para las guitarras era un Farfisa, el de bajo también fue fabricado por Héctor y la batería era una Roxy. “Los Incas Modernos” eran básicamente un grupo instrumental, y entre las personalidades que los acompañaron como banda de apoyo estaba César “Mono” Altamirano, reconocido internacionalmente como una de las mejores voces peruanas de todos los tiempos. Héctor recuerda mucho la presentación que tuvieron con él en Chosica.
En esas circunstancias fue que conocí a Héctor, recomendado por un amigo, en común para que nos fabricara un bajo para Javier Román, nuestro bajista de Los Doltons (el bajo aún existe y está colgado como trofeo en una pared de la casa de Javier). Una parte del álbum de “Los Incas” fue grabado en los estudios de Iempsa y la en unos estudios caseros que estaban ubicados en el barrio de Santa Beatriz, a una cuadra de lo que es hoy el canal 7.
Otras de las cosas que recordamos con Héctor fueron las matinales y la variedad de géneros artísticos que se presentaban en ellas. Vale la pena señalar que personalmente también viví esa pluralidad de géneros. Recuerdo haber ido de gira con los Shain’s y en el cartel tener a Pedro Miguel y sus Maracaibos, Los Destellos de Javier Delgado (tropical), Pedrito Otiniano (bolero), Cecilia Bracamonte (criollo) y Tulio Loza con Anita Martínez como animadores. Esto prueba que donde hay música siempre hay fiesta
Publicado el 24/10/2008 en El Comercio
lunes, 2 de noviembre de 2009
Historia y recuerdos del Beat Cavernícola del Perú
Muchos creen que el rock hecho en nuestro país es un fenómeno reciente,pero le podemos decir que están muy equivocados, ya que el primer indicio de rocanrol hecho en el Perú lo podemos encontrar en Los Millonarios del Jazz en una grabación de 1958 y que fue para un mini longplay debut de este conjunto y editado para el sello MAG y en la cual el tema “Rock with us” ; por supuesto composición propia de Los Millonarios del Jazz, se podría considerar como el primer tema del rock nacional, aunque haya sido cantada en inglés, no podemos dejar de nombrarla. Ya por esa misma época, saldría un joven solista llamado Mike Oliver y cuyo verdadero nombre era Miguel Olivera, quien grabaría también para el sello MAG algunos temas acompañados por Eulogio Molina y sus Rockanrollers, con los cuales harían versiones de Bill Haley y sus Cometas. Pero es a partir de comienzos de los años sesentas donde los grupos empiezan a emerger y es precisamente en 1962 en donde sale desde del primer puerto del Callao el excelente conjunto llamado Los Incas Modernos, quiénes editarían el primer disco larga duración de la historia del rock peruano con composiciones propias, como también con versiones súper fantásticas del folclore nacional. Desde luego la fiebre se desataría y por consiguiente marcaría la irrupción de los grupos que al poco tiempo vendrían como los miraflorinos de Los Sunset, Los Zodiacs o Los Kreps. Y El Callao seguiría pariendo más agrupaciones entre las que podemos nombrar a Los Delfines con Federico Valente en la primera guitarra, Los Halcones, Los Little Star, entre otros conjuntos. Después vendrían con esta segunda oleada bandas de la talla de Los Golden Boys, Los Saicos con Erwin Flores en la voz y quienes procedían del distrito de Lince al igual que Los Steivos y que fuera liderada por la magistral voz y a su vez bajista de la banda llamado Frank Privette y, en esos días el locuaz Jean Paul “El Troglodita” amenazaba con destruir las instalaciones de cines y televisoras en cada presentación, como lo hizo alguna vez en el antiguo Canal 4. Al poco tiempo, emergería la tercera ola de conjuntos y quizás las más populares de la época como Los Yorks, Los Shains, Los Drags, Los Doltons, Los Silverstons y también finalizando esta ola llegarían Los Belkings, Los Holys y Los Zanys.Ya alrededor de 1967 hacia delante aparecerían, la cuarta ola de agrupaciones lideradas por la calidad y performance de los Traffic Sound, Los Texao (Arequipa), Pepper Smelter, The Same People, Los Nuevos Shains, El Polen, Los Mads. Al poco tiempo se darían a conocer Dr. Wheat, Kabul, Telegraph Avenue. Y es sinceramente impresionante el número de conjuntos no solo de Lima si no también de provincias y, los cuales no podríamos de dejar de mencionar como a Los Siderals (Ayacucho), Los Teddys (Iquitos), Los Darlings (Huánuco), El Celendino y su conjunto (Cajamarca), Los Águilas (Trujillo) y Los Espectros del Cuzco quienes después formarían el legendario grupo El Trébol, quienes ya en los setentas cantaban en quechua, por si acaso, si es que no lo sabían, bueno.
Y ya desde hacía mucho tiempo las bandas ya componían, porque es muy mezquino y cretino el afirmar sin conocer a profundidad la historia, que todas las bandas del rock peruano copiaban, porque eso es totalmente falso .El rock nacional de los 60s y 70s es una caja de pandora, tiene un ritmo, una cadencia y quizás lo que nos faltó fue profesionalismo y el criterio y lucidez necesaria para converger en metas específicas. Lo cual será materia de otro artículo. Pero como ave fénix, nuestro rock nacional de antaño empieza a ser revalorado y editado también, tanto en Europa como en los EEUU. Si no preguntémosle a Los Saicos, Traffic Sound, Laghonia, Los Belkings o a Los Yorks, qué incluso han sido editados en lugares tan distantes como Grecia por ejemplo. El rock nacional tiene 47 años de existencia ya sea con sus quiebres, desencuentros, rupturas o accidentes. Es por eso que hoy estamos acá para darlo a conocer y para que las generaciones que vengan sepan del legado y del recuerdo de las primeras épocas del rock peruano y por último, darle gracias a la vida por esta oportunidad. Es por eso que podemos decir ahora: Larga vida a la música rock hecha en nuestra tierra…
Este muy interesante texto fue encontrado aquí
martes, 27 de octubre de 2009
Los Yorks
Por Carlos Torres Rotondo
Entre 1966 y 1968 se reunían casi todos los domingos a las 8:00 de la mañana en la casa de su primera guitarra Walter Paz, ubicada en La Florida, una urbanización del antiguo distrito del Rímac... El Loco Alex y otros patas que los ayudaban como plomos cargaban sus instrumentos en la cúster para dirigirse a muchas de las 20 matinales que ese día se celebraban en los cines de Lima: las programaban a las 9 de la mañana para que, siendo consecuentes con la hora peruana, empezaran a las 10: 30; tenían como auspiciador más importante a la bebida gaseosa Kola Inglesa, que ponía cerca de 30 cajas en el puesto donde las madres del colegio organizador también vendían papa rellena, butifarras y sánguches mixtos; mientras tanto, los chicos repartían tarjetas de invitación para recaudar fondos para sus fiestas de promoción... A veces ya habían puesto la película con Frankie Avalon o con Elvis pero ellos llegaban en la oscuridad e iban colocando sus instrumentos: el público los reconocía y gritaba su nombre, los organizadores ya no podían retroceder y ellos les decían que no podían detenerse, que tenían otros contratos que cumplir, que cobraban 1200 soles por matinal y que no había matinal sin ellos y entonces paraban la película y ellos empezaban a tocar: y así, normal, bien tizas, uniformados con sus ternos escoceses a cuadraditos y pantalones campana empezaban a arremeter con una furia que impresionaba a la audiencia, que sabía que tocarían sólo tres temas y uno de regalo, normalmente de los últimos singles que MAG, su casa discográfica, había sacado a la venta días atrás... Pablo Luna, el vocalista, era un zambo pelirrojo de Ancón con apariencia mod: su performance era la convulsión y la pasión retorciéndose que sólo alcanzan los cantantes de soul, pero en versión peruana y destroyer: siempre rompía bombas de neón, fluorescentes, tachos de luz y micrófonos: chancaba todo lo que se encontrara en su camino y los pisaba por pura rabia: el ritmo lo conectaba epilépticamente con el recinto, con el cosmos... Walter Paz sólo tenía un fuzztone marca Shaller pero distorsionaba aún más agarrando su guitarra contra el amplificador, creando feedback por instinto... Su público más entregado estaba conformado por clanes de hippies criollos que se reunían a través de programas de radio: los York's tenían cinco shows en varias emisoras, y los fans mandaban cartas y ellos iban al estudio y luego se reconocían cuando se encontraban entre concierto y concierto en esta ciudad pequeña que era su Lima particular... Y la relación con el público era siempre efervescente, como si las ondas de la revolución ácida de Ken Kesey y Timothy Leary hubieran llegado a sus botellas de Kola Inglesa, ya que en ese entonces todavía no tomaban drogas: eran frenéticos relativamente sanos... Apenas acababan de tocar, la audiencia se subía al escenario; cierta vez en el cine Excelsior, al final del set, un chico se cortó la las venas de casualidad, y la nota de esta gente empezó a ser sacarse sangre y empezar a mancharse todos de rojo eufórico atacados por el ritmo enfermedad... Y luego del caos, el silencio, y ellos desenchufaban sus guitarras rápidamente mientras ponían de nuevo la película, y los organizadores que habían estado rezando entre bambalinas para que no rompieran nada se les acercaban y les preguntaban ¿cómo es?, ¿qué hacemos con sus destrozos? Y ellos decían que no iban a pagar nada, que para qué los contrataban si ya sabían lo que iba a pasar, que mejor no los contrataran para la próxima, que no iban a pagar nada, que les pagaran a ellos por su espectáculo... Y luego se dirigían a otro cine a hacer de nuevo su show, siempre con pequeñas variaciones, porque nunca tocaban una canción de la misma manera y lo natural era que se perdieran en las ondas de rebelión que el planeta tierra generaba aquellos años... Las matinales acababan a las 2:30 de la tarde, cuando se desalojaba el local y se lo limpiaba para la función de matiné... Entonces, en la tarde, cada uno se iba por su lado a chupar o a descansar, pero volvían a reunirse en la noche en la esquina del teatro Marsano en Miraflores, ya que ahí había una pollería que también era un bar, y llegaban periodistas, como la gente que mandaba Guido Monteverde y todos le decían a Pablo Luna: negro, has cantado bestial... Pero luego de los halagos y las entrevistas de rigor todos se iban a dormir, porque los ensayos eran de lunes a viernes de nueve de la mañana a una de la tarde en casa de Walter, y los sábados se presentaban al mediodía en Canal 4 para participar en el show de Elena Cortez y luego, otra vez, a reunirse los domingos a las 8 para empezar de nuevo el circuito de matinales...
Los primeros York's fueron el segunda guitarra Román Palacios y el baterista Pacho Aguilar, que en 1965 se pusieron a practicar juntos algunas canciones en ritmo de rock. En aquel entonces Román, oriundo de San Juan de Miraflores, también tocaba música criolla; por su parte, Pacho era del distrito La Victoria y recién se iniciaba en la batería; ambos pusieron el nombre a la banda por la ciudad de New York, ya que les estaba empezando a gustar cada vez más la música norteamericana. Walter, que todavía era escolar, se contactó con ellos porque su hermana estudiaba en el Notredame con la hermana de Pacho y pronto se unió a los ensayos. Fueron probando diversos vocalistas, que cantaban inevitablemente en inglés, ya que ellos eran rockeros, y debían demostrarlo, así fueran de barrio popular. También hacían versiones de Los Saicos, banda de la que eran admiradores. Seguían buscando cantante cuando conocieron a Pablo Luna, que en aquel tiempo vivía en Ancón dedicándose a la pesca artesanal pero con mucho contacto con la Lima de entonces: tomaba su colectivo y se iba a pasear al Parque Universitario y a dar vueltas por el mercado mayorista de La Parada. En aquellos días el zambo cantaba con los Press, una banda de avioneros de la FAP que tocaban con su uniforme, pero sin el cuello y las polacas, lo que les daba una cierta apariencia mod. Se conocieron en una matinal en el cine Tauro: al ver los muchachos la electrizante actuación de Pablo y ya recuperados del susto, intentaron ubicarlo para pedirle que ensayara con ellos.
Con la incorporación de Pablo Luna el cambio fue radical: empezaron a cantar sólo en castellano y poco a poco se fueron abriendo camino... Dieron sus primeros recitales en un local llamado Hallabalou, ubicado en la playa La Herradura, donde hicieron una temporada de tres meses. Su repertorio no sólo estaba basado en canciones de rock, sino también en música criolla, tango y boleros, lo que contribuyó bastante a su aprendizaje musical y a su concepto melodramático. A todos les pagaban un sencillo por bolo y les daban opción a dos tragos... Durante esos días paraban en Lince, más precisamente en la cuadra 3 de José Leal, porque ahí vivía su primer bajista. En el barrio tenía su peluquería un peinador llamado Gianino, que además era brujo y había sido denunciado por algunas familias debido a su actitud escandalosa. El negro Luna empezó a plancharse el pelo con Gianino, ante la actitud cachosa de la banda, que lo acompañaba a la peluquería para joderlo y matarse de risa: zambo, ¿qué pasa?, ¿te ha lamido una vaca?... Tuvieron que callarse cuando les cayó la policía debido a la mala fama que tenía el local. Se produjo entonces un enorme malentendido, una peruanísima versión costumbrista de El Proceso, de Kafka, pero en versión de prensa rosa amarilla, es decir, naranja: los llevaron a la comisaría de Lince y esa misma noche salieron en el noticiero El Panamericano, de Canal 5; la nota tenía como titular: "Grupo roquero los York's, homosexuales". Las señoras que cayeron en la batida fueron acusadas de prostitutas y sus maridos de proxenetas. Sus familiares los sacaron al día siguiente de la celda, pero apenas llegaron al barrio toda la gente los empezó a joder: o sea, cholos, pero para colmo, cabros. Y ellos se reían y vivían su película personal, es decir, su vida, con una desfachatez tan exagerada que acabó por imponerles una identidad natural frente a su público creciente. En tiempos en los que no se buscaba el escándalo premeditado tuvieron una actitud irrefrenable y verdadera. Tenían de qué sobrarse: en sus ensayos empezaban a salir canciones con un sonido propio: aunque Los York's eran una banda de garage-psicodelia que tocaba con desparpajo, tenían atisbos melancólicos, guitarras punzantes y ritmo furioso y desesperado. Esa rudeza musical con la que se expresaba su actitud estaba impregnada de una belleza y sonido singular. El sonido de la banda tenía claras influencias: The Kinks, The Yardbirds, The Troggs y toda la música americana que llegaba a sus oídos, pero la voz de Pablo, que emergía con incandescente sensualidad, los acercaba al rhythm & blues y al soul: cantaba con voz dulce, cálida y acompasada, pero abruptamente podía pasar a un catártico y furibundo paroxismo, con dosis de verdadera rabia y violencia. El encargado de la primera guitarra y segunda voz, Walter Paz, por su parte, aportó con su ejecución un color y un sonido particular: su técnica en la guitarra, involuntariamente, lo llevó a espacios sonoros similares a los de un Lou Reed en la época de la Velvet Underground. Hacía la mayoría de textos, arreglos y transcripciones musicales. Como no querían que los lornearan, dejaron de ir a Lince y encontraron a su bajista definitivo: Jesús Vílchez, "el Flaco", que le dio al grupo una profundidad rítmica especial. Sus movimientos andróginos y provocadores, su cuello delicado y su flequillo alocaban y hacían proferir irremediables gritos en tiernas teens de barrio popular.
El éxito de sus presentaciones con Pablo se vio recompensado en 1966 cuando firmaron un contracto con MAG, la casa discográfica propiedad del ingeniero Carlos Manuel Guerrero. Sacaron a la venta un puñado de 45s, el primero en las postrimerías del verano de 1967. Su primera reacción ante su inminente profesionalización y popularidad fue ponerse nerviosos y desconcertarse. Desde el comienzo, en la grabación del primer LP, la tensión era tan palpable que podía cortarse como mantequilla. Walter Paz salió durante una temporada y fue reemplazado por Fernando Quiroz, que tocaba en Los Zany's y que el año siguiente estaría en Los Destellos, el seminal grupo chichero dirigido por el maestro Enrique Delgado. Quiroz fue un York efímero, aunque salió en la carátula del primer disco y grabó en la mayoría de las canciones del LP –hizo la segunda guitarra en la primera versión de Abrázame-, ya que pronto regresó Walter Paz... Les dieron una semana en la sala de grabación, para usarla durante las mañanas y las tardes. En los controles técnicos estaban Carlos Manuel Guerrero y el ingeniero Cruz, pero pese a tener una consola de 8 canales, grabaron de un tirón el playback con 4 ó 5 instrumentos y luego un segundo montaje con las voces y los coros, desperdiciando por completo las posibilidades que les daba el estudio... Intentaban concentrarse, ensayaban todo cuadrado y exacto y se dormían temprano para que la grabación saliera bien... Como habían empezado a ir al estudio todos los días, se hicieron amigos de Pablo Villanueva, "Melcochita", zambo cholo chino extraterrestre, verdadero hombre del espectáculo, conocido principalmente en Lima por su faceta de artista cómico -con la que patentó su frase de batalla: ayayay, convenientemente pronunciada- y que a la vez era un potente y sabroso sonero latino, tal como demostraría posteriormente en varias performances geniales. Melcochita fue un estupendo músico de apoyo en el estudio: hizo coros y tocó instrumentos de percusión como vibráfono, pandereta, tumba y bongoes... En el órgano Farfisa los apoyó Otto de Rojas, que durante un tiempo fue tecladista del programa de concursos "Trampolín a la Fama", con Augusto Ferrando y que además participó en varias importantes grabaciones de música latina peruana durante los 60 y 70 como las de Nilo Espinoza... Durante las sesiones incluso se muñequeó el zambo Pablo Luna, que empezó a adquirir ciertas actitudes erráticas que provocaron un efímero alejamiento. Fue reemplazado por Enrique Palacios, con quien grabaron "Vete al Infierno", tema del que también Jean Paul "El Troglodita" haría una versión. Los muchachos le hicieron la pista para "El último beso", pero se dieron cuenta de que no congeniaban, de que el zambo Luna era imprescindible y decidieron regresar con él y convivir tolerantemente con su locura.
Pese a una grabación tan accidentada, el primer LP de la banda -llamado "York's 67"- tuvo muy buenas ventas, sobre todo gracias al éxito "Abrázame", que la historia ha convertido en su canción más conocida. En su versión en 45, a una semana de salir al mercado, "Abrázame" vendió alrededor de 40,000 copias, caso inusual para un sello como MAG, especializado en folklore y música tropical. "La enfermedad" era un ritmo contagiante, peruana y limeñísima interpretación del garage norteamericano, que Los York's supieron exponer en toda su magnitud, dando lugar a la creación de los llamados "Clanes de Los York's" en todo el país. En Lima sus fans se juntaban en el Parque Universitario, en la Plaza de Armas o en la Plaza Francia, algunos adoptaban nombres como Los Escorpiones y eran chicos de barrios marginales con onda contestataria y que se comunicaban con sus ídolos a través de la radio, ya que los York's tenían cinco shows en emisoras como Expreso, Excelsior, La Crónica y ni les pagaban ni ellos pagaban por ese espacio, porque los medios de comunicación estaban en manos de gente de su generación y a ellos les interesaba tener esos programas e iban a animar y a responder las cartas y las preguntas de los fans en el aire. Ángel Tacchino, conocido narrador de noticias en la tele y luego alcalde del distrito de Pueblo Libre, era su técnico en radio La Crónica y entablaron una relación de colegas... La psicodelia estallaba en todo el mundo y ellos se contagiaban por ósmosis, lo que no impidió que en su primera fiesta psicodélica, la que se hizo en el local de las Empresas Eléctricas, en jirón Camaná, cayera la policía y los acusara de drogadictos, y aunque todavía fueran zanahorias eran los más enfermos, y eso lo sabían los medios de comunicación, por lo que les dieron .un programa para ellos solos, como sucedió en la escena internacional únicamente con el Show de los Monkees y en la escena peruana únicamente con ellos... En su caso particular se llamaba El Show de Los Yorks y era emitido por Canal 11, propiedad de la familia Belmont. En este espacio televisivo la banda realizaba sketchs y música en vivo. Los textos del programa los realizaba el periodista y actor cómico Ramón Alfaro, que congenió bastante con los muchachos; en la locución en off estaba el DJ José Nashiro. El programa empezaba con un videoclip de la banda grabado en el Puente de los Suspiros: los enfocaban desde el terraplén y la bajada a los baños, ellos salían de entre las hojas de las plantas y corrían... Duraron sólo un mes ya que no había presupuesto y el Hermanón les metió cabeza con su sueldo, como es usual en la jungla peruana... Pero a ellos no les importaba porque mientras tanto estaban las giras a Ancash, Cuzco, Chimbote, Loreto, Tumbes, Piura, Trujillo: eran invitados a ferias departamentales y su presencia era obligada en interminables fiestas psicodélicas en el Club Tennis de La Victoria, el Club Okinawense y otros... También tocaron en el Paraninfo de la Feria del Pacífico al lado de los canadienses Marshmelows Soup Group, que casi le vendieron un órgano Hammond a los New Juggler Sound, y telonearon a Roberta y al trío Los Panchos cuando hacían giras... Cierta vez, en el Salón Chavín del aeropuerto internacional Jorge Chávez, fueron a que CACODISPE les diera un disco de oro por sus ventas. También estaban invitadas Roberta y Zoilita Soriano y su cuerpo de baile. Entre bambalinas el zambo les apostó que iba a hacer que se pararan todos esos conchesusmadres, por más etiquetados y encorbatados que estuvieran... Se aprovechaba el tránsito de Charles Aznavour para montar un espectáculo y mientras tocaban Abrázame, el negro Pablo se metió gateando en medio de las mesas y se puso a cantar como un epiléptico y la gente de pronto empezó a ponerse de pie, y ellos seguían tocando y se preguntaban dónde estaba ese cojudo, y lo veían bajo la mesa hecho un loco y se ponían a reír, qué más podían hacer, si repentinamente había llegado 1968 y ellos habían alcanzado el momento álgido...
...Entonces se organizaban competencias musicales entre las bandas más populares. Eran los conocidos "mano a mano", que solía organizar el empresario Chucho Martínez. Los York's hicieron varios mano a mano con Los Dolton's, como por ejemplo uno que hicieron en el cine Lux en vermouth de 7 a 10 de la noche, con un lleno tota, pero el más curioso fue el que tuvieron con Los Shain's en el cine Ídolo. La banda de Pico y Gerardo salió vestida de smoking blanco y con amplificadores de doble columna, dispuestos a impresionar al público con sus temas hindúes con cítara. Dos DJs, uno a cada extremo del escenario apadrinaba a cada banda. Los York's salieron con sus ternos a cuadraditos, que recién estrenaban... Casi nomás empezar, Walter Paz reventó un amplificador chiquito en el que había conectado su instrumento. Tuvieron que enchufar las dos guitarras a un amplificador Fender de 100, pero no se escuchaba nada, así que optaron por hacer una actuación in crescendo: y así, cada vez que les tocaba salir terminaban rompiendo los amplificadores y tirándolos al suelo, y el cine se vino abajo. Las primeras filas eran de Los Shain's, pero el resto del recinto era suyo. Los York's ganaron por aclamación. El bochorno para los Shain's fue tan grande que su manager, el señor Enrique Ego Aguirre, les prohibió alternar con los York's. Según la idiosincrasia de la época el músico era exclusivo y fiel a su banda como a la camiseta, por lo que no se juntaron mucho con otros grupos y se restringieron los jams, por lo que se puede decir, en líneas generales, que la primera escena del rock en el Perú fue muy poco comunitaria. La situación fue cambiando ya entrados los 70, cuando ya todos se declaraban hippies...
El segundo LP, llamado York’s 68, fue el disco en el que tuvieron más libertad, ya que habían vendido mucho con su primera versión de "Abrázame"... Walter ponía la caja de efectos Schaller en paralelo y las pichicateaba para que saliera con dos distorsionadores a la vez... Durante las sesiones conocieron a un grupo de japoneses llamados los Zigcero, que se quedaron impresionados con las voces que hacía Pablo Luna y les pidieron que les enseñaran a hacer coros... En esos días había llegado a Lima el famoso intérprete y compositor Neil Sedaka, que se hospedó en el hotel Bolívar. Los chicos eran fanáticos suyos, así que fueron a buscarlo. Lo invitaron a los estudios de MAG para que los viera tocar. Neil Sedaka congenió muy bien con Los York's –paraba hablándoles de Carol King, que había sido su vecina- y los ayudó en los arreglos de la canción "Sé que no cambiarás", composición de Walter. También grabaron una segunda versión de "Abrázame", con unos arreglos en la guitarra muy diferentes –y de hecho mucho mejores- que la anterior.
A fines de ese año se retiró de la banda Pacho Aguilar, un baterista dotado de un carisma y un humor especial y que desde su batería Roxy se las arreglaba para estar en primera línea de la puesta en escena tribal. Fue reemplazado por Freddy "Puro" Fuentes Aranda, que en ese entonces parecía estar dotado con el don de la ubicuidad, ya que entre fines de los 60 y principios de los 70 estuvo también con La Nueva Cosecha, Los Belkings, el Polen y muchos otros grupos importantes. A la vez, decidieron cambiar de casa discográfica, lo cual no le cayó nada bien al ingeniero Carlos Manuel Guerrero. MAG sólo les pagaba por grabación, pero El Virrey les ofreció regalías y un contrato en el que les daba 60 000 soles por adelantado, un caché completamente inusual en el mundo roquero de entonces. Los chicos se fueron de MAG sin decirle nada a Guerrero porque estaban ligados por contratos no legalizados y ellos habían buscado un asesor legal que les dijo que podían irse donde quisieran. Guerrero se picó y sacó un LP llamado York's 69, que en realidad es un disco apócrifo. En algunos temas tocaba la banda, pero como las canciones que habían dejado eran insuficientes, Guerrero solicitó la ayuda de Pablo Villanueva "Melcochita", que utilizó playbacks dejados por el grupo Los Teddys y le puso su voz a canciones como "El Preso", "El Loco" o "El Psicodélico". Melcochita conocía bastante las vivencias de los York’s y se inspiró en sus anécdotas cotidianas para hacer las letras. Por ejemplo, en "Jessica", habla sobre la chica que en aquel entonces era la novia de Pablo Luna. Demás está decir que la jugada del ingeniero Guerrero no le salió tan rentable, ya que la gente se dio cuenta de la trampa y casi no compró el disco.
Los verdaderos York's, por su parte, estaban en la cima de su creatividad. Ya conocían la marihuana y comenzaron una temporada de excesos... La primera vez que Pablo Luna consiguió tronchos fue en la comisaría de policía, en una de sus por entonces frecuentes detenciones, cuando se robó una bolsa de marihuana incautada a vista y paciencia de la tombería... Su estilo de vida era frenético: como habían empezado a ganar dinero Pablo compraba automóviles en estado terminal, los llevaba a Ancón, conducía a toda velocidad en los muelles y los arrojaba al mar... Es muy recordada la actuación que dieron por esos días en el Colegio Ciencias del Cuzco. Realizaban una interminable improvisación (veinte minutos) del tema "Abrázame" en la que habían intercambiado instrumentos y roles escénicos: el alocado Freddy "Puro" Fuentes se desplazaba por todo el escenario llevando consigo un platillo y tocándolo incesantemente, mientras Pablo Luna por su lado se solazaba con el bajo eléctrico, Jesús Vílchez cantaba aún cuando le sangraba la mano profusamente pues el pedestal del micrófono casi le había cercenado parte de un dedo y en una especie de danza tribal salpicaba la sangre a la platea y a sus compañeros de grupo. Esto hizo que el público, lleno de estupor y de desconcierto, se motivara aún más y danzara extasiado.
El contrato con El Virrey dio como resultado su último LP, el extraordinario "Ritmo y Sentimiento". Casi todas las canciones estaban acreditadas a Walter Paz, que se encerró tres días en su casa y sacó temas como Mi Nena o Sin Éxito –donde utiliza una guitarra de 12 cuerdas-, que relata cómo lo botaron de su jato por haber jalado varios cursos en la universidad –estudiaba periodismo- y tuvo que dormir en un parque. En esa época era un mataperro a tiempo completo, parando en Lince, Barrios Altos, Ancón y el Centro de Lima casi simultáneamente, en un ejercicio frenético de conocimiento de la ciudad que revela su perplejidad y deseo de experiencias en un tiempo en el que todo estaba cambiando: ésta era la auténtica revolución urbana.
Tanto desarreglo les pasó factura y determinó su ocaso... El sueño estaba por terminar: en las postrimerías de los 60 se prohibieron las matinales y las fiestas con grupos en vivo; la escena peruana dejó de tener la exposición televisiva y radial de antaño. La cumbia reemplazó entonces al rock como la principal música urbana juvenil. El negro Pablo vio cómo Los Destellos, una banda que al principio tocaba 30 minutos en el intermedio de sus actuaciones acababa como gran acto final en las fiestas... Los roqueros no conocían todavía la autogestión y no lucharon demasiado por su arte, que por aquel entonces llegó a cimas a las que todavía no ha regresado el rock en el Perú. El primero en irse fue, una vez más, Pablo Luna, a quien estaban presionando para que cantara en inglés para parecer más rockeros... Los York’s volvieron a cantar en ese idioma, como había sido su deseo en los primeros tiempos. Estaban sacando temas como Crimson and Glover, de Tommy James & The Shondells y canciones de The Turtles: querían volverse exquisitos y ya pensaban en sacar un York's 70, que jamás vio la luz pese a la madurez musical alcanzada... La ausencia de Pablo era esta vez definitiva, así que Los York's acabaron por separarse, sin hacer concierto de despedida ni nada parecido. No hubo ningún tipo de adiós.
Ya sin los York's, Walter empezó a parar con músicos virtuosos como Richie Zellon, el "Puro", Tino Pow Sang y Arturo Montenegro -de El Álamo- o la gente de Kabul, como el guitarrista Carlos Maldonado, con quien hizo bastantes jams pero no llegó a grabar. Pablo Luna sí grabó: sacó unos singles de cumbia con Los Ecos, la gran banda chichera liderada por Beto Cuesta, otro rockero entre el Rímac y Jesús María que se pasó por esos años a la música tropical.
En 1974 algunos York's se volvieron a juntar. Grabaron un puñado de 45s con el aporte vocal de Beto Casanova y el extraordinario baterista Rafael "Pocho" Purizaga. De estas grabaciones destacan Ya bebí gran rato / Lejos e Insignia / Cuando mi mente no está conectada en ti.
Ya en la segunda mitad de los 70, cuando el rock peruano murió, Walter Paz formó los grupos Corpus y Korillacta (Nueva Canción), y siguió estudios superiores en el Conservatorio Nacional de Música, haciendo arreglos para el Taller de la Canción Popular (dirigido por Celso Garrido Lecca). En 1979 recorrió escenarios de Sudamérica con el guitarrista Félix Casaverde, uno de los grandes de la música criolla y afro peruana. Posteriormente ha realizado arreglos para destacados músicos, entre ellos, Martina Portocarrero y Richard Villalón. Entre los 80 y los 90 hubo esporádicas presentaciones de los York’s con Pablo Luna en arrinconados shows del recuerdo organizados por Pacho Aguilar en cines donde padres y madres de familia iban a recordar su época dorada; las actuaciones nunca llamaron la atención de las nuevas generaciones de roqueros.
A comienzos del tercer milenio Pablo Luna emigró a España. Antes de que se fuera, Arturo Vigil lo entrevistó en un local de la avenida La Marina donde hizo su despedida. Publicó su conversación en Sótano Beat 3. Por mi parte, yo también migré, senté mis reales sobre Madrid y tuve la suerte de poderlo conocer, encuentro imprescindible, ya que Los York's era uno de los pocos grupos que no había entrevistado en Lima antes de este viaje definitivo. Con Paul Hurtado de Mendoza teníamos el proyecto de sacar un disco recopilatorio de Los York's, así que lo contactamos para que nos proporcionara información y fotos. Nos citó en un pueblo de la sierra de Madrid –donde, alucinados, pensábamos que llegaría en bolichera- y nos concedió una entrevista, que, junto a las declaraciones de Walter Paz recogidas por el mayor yorkólogo del planeta 3, el periodista Arturo Vigil, me han servido como fuente principal para redactar este informe histórico sobre una de las más grandes leyendas urbanas del rock nacional. Sólo me queda por evocar una entrevista -publicada en el número 3 de Asalto al Cielo el domingo 11 de mayo de 1986- en la que Pablo Luna, en Malambito mientras esperaba a una gila, respondió a Piero Bustos –el popular Morsa Vieja de los legendarios Del Pueblo- la pregunta de si era supersticioso, zambo, y él le dijo que claro que lo era, que se corría la paja antes de cada concierto. Gracias por el cariño, maestro.
domingo, 23 de agosto de 2009
SALIÓ "DEMOLER"
por Renzo Sánchez
¿Todo tiempo pasado fue mejor? quizás si analizamos el brillante origen del rock nacional, su evolución y el estancamiento creativo en el que se encuentra en los últimos años, podríamos decir que sí. No me cabe duda que el pasado del rock peruano es su mejor carta de presentación ante el mundo, que alguien me diga lo contrario.
En aquellos años, el Perú era otro, no había piratería, el gusto popular no estaba tan concentrado en los ritmos tropicales como ahora, el rock n roll se escuchaba y se practicaba en cada rincón del país, las matinales eran éxitos rotundos, la difusión y el marketing hacían funcionar a la perfección el mercado del disco, y sobre la creatividad.... ni hablar, el rock peruano estuvo siempre a la vanguardia marcando el paso en la región y su trascendencia solo era comparable con las cosas que se hacían en Estados Unidos, Europa o Brasil. Solo tomar conciencia del enorme impacto alrededor del planeta que producen en la actualidad las reediciones europeas, japonesas, estadounidenses y peruanas en formato CD o VINILO de aquellas viejas glorias que dieron inicio a la historia del rock nacional.
Desde la aparición de Los Millonarios del Jazz, Los Incas Modernos y Los Kreps, pasando por Los Saicos; hoy considerados precursores del punk, Los Texao de arequipa; primeros latinos en "chartear" en la revista Billboard, Los Belkings; primera banda de rock instrumental de Latinoamerica y única en el mundo que le pisaba los talones a The Shadows y The Ventures. Recapitulando la fabulosa sicodelia de Los Holys, el "ritmo enfermedad" de Los Yorks y el sensacional hit "Meshkalina" que llevó a Traffic Sound a realizar la primera gira internacional de una banda sudamericana, hasta la aparición de Tarkus; primera banda binacional de heavy metal latinoamericano, han pasado cinco décadas de rock n roll hecho en el Perú y la historia de sus inicios hace tiempo merecía ser reivindicada y escrita en un libro, hasta que al fin se prendió la luz.
La reciente aparición de "DEMOLER. Un Viaje Personal Por La Primera Escena Del Rock En El Perú 1957 - 1975" (Revuelta Editores, 2009) escrita por Carlos Torres Rotondo, resulta ser una de las sorpresas más gratas que se hayan publicado en los últimos años. Bien fundamentado, basado en entrevistas, archivos y recolección de datos proporcionados por los propios protagonistas de aquella época de fulgor, es sin duda un enorme aporte a la memoria colectiva nacional y uno de los principales referentes bibliográficos más importantes sobre la historia del rock bicolor que se conozca hasta la fecha.
Post tomado del blog: Por la ruta del beatnik
OTRA ENTREVISTA A ROTONDO
Carlos Torres Rotondo, escritor
Por Gabriel Ruiz Ortega
Desde el anuncio de la publicación de Demoler. Un viaje personal por la primera escena del rock en el Perú 1957 – 1975 (Revuelta Editores, 2009), la expectativa ha ido creciendo, prueba de ello son las entrevistas concedidas antes de su salida al mercado. No es para menos, Demoler es una invitación a recorrer los años maravillosos de la primera escena del rock peruano; escrito con el pulso del novelista y el escrutinio del historiador, este libro está llamado a ser un referente ineludible. Su autor, Carlos Torres Rotondo (Lima, 1973), está considerado como uno de los mejores narradores peruanos de hoy.
- Tengo la impresión de que Demoler es un proyecto que venías gestando desde mucho antes de la escritura de tu novela Nuestros años salvajes.
- En realidad Demoler lo comencé a escribir desde el día de mi nacimiento. Mi padre era uno de los mejores bajistas de la primera escena del rock en el Perú –según los testimonios recogidos– pero yo no sabía nada de su historia. Sin embargo, fui fabulando secretamente qué había pasado, hasta que en 1999 un pata me pasó dos cassettes de 90 minutos cada uno. Aluciné, básicamente por el magnífico nivel musical de los rockeros nacionales de aquellos tiempos. Estuve investigando de 1999 a 2001, encerrándome en hemerotecas y entrevistando a músicos. Ese último año viajé a España, donde leí todo lo que pude sobre la revuelta juvenil de los sesenta, ayudé en la producción de reediciones de grupos como Los Holy’s o New Juggler Sound; pero sobre todo, por medio del correo electrónico, el chat y el teléfono, culminé las entrevistas que faltaban. El primer borrador lo escribí el 2003 y lo dejé descansar un año. De ahí he corregido hasta el 2008, cuando vine a Perú a publicar el libro. Quiero decir también que este libro lo he escrito sin financiamiento de nadie, sin editor ni equipo de investigación, en la miseria económica (ni siquiera la modestia) y en la absoluta soledad que padecen los inmigrantes. Sin embargo, la etapa en la que escribí Demoler fue una de las partes más intensas y felices de mi vida, fue un tiempo donde di y recibí mucho amor, y espero que eso se note en el texto. En realidad yo no escribí Demoler, más bien el libro me escribió a mí, me ayudó a construirme como ser humano.
- “El oso” Torres, tu padre, era considerado por los músicos de la época como el mejor bajista.
- Eso me dijeron todos los músicos de los sesenta, no sé si por patería, aunque no lo creo; al mencionar mi filiación todos sus colegas me mostraron un cariño y un respeto impresionantes; y eso se debe sólo a mi viejo, no a mí. En todo caso yo lo he visto tocar distintos estilos (de jazz a krautrock) y es impresionante. Durante años yo creía que no había grabado nada, pero si juntamos todas las grabaciones que hizo con Gerardo, el 45 del Ayllu y varias caleturas más, existirían varias muestras de su talento en la época. Más avanzada su vida hizo lo que muchos músicos de su generación: abandonó el rock por el latin jazz. El problema es que el grupo principal de mi viejo, Dr. Wheat, no grabó, y eso se ha perdido para siempre. Dr. Wheat es una leyenda: sigo encontrándome con viejos rockeros que recuerdan los dedos gordos de mi padre, como un boxeador, pasando de traste en traste por su bajo. Y esos mismos rockeros siempre recuerdan a mi abuelo y la ayuda que le dio al rock nacional, ya que cedió el garaje de la casa y permitió que lo insonorizaran con tecnopor (ahí además los músicos guardaban sus caleturas). Dr. Wheat fue ante todo un grupo vocal; estaban Pacho Mejía, el Mono Chaparro… unos vozarrones; quien sabe, si hubieran grabado habrían sido considerados los Byrds peruanos.
- Los Mad´s tampoco grabaron.
- Hay grupos que grabaron poco, a veces con escaso material propio y sólo un 45; están los que jamás grabaron porque les llegaba al pincho pacharaquearse, como es caso de Los Mads; están los discos bacanes malogrados por la falta de profesionalismo de la casa discográfica; y por último están los grandes grupos que no grabaron nada, como fue el caso de DR. Wheat, Kabul, Catarsis y un largo etcétera. Felizmente nos quedan los discos realmente existentes y la excursión psíquica para alucinar esa movida.
- En Youtube hay cosas de Los Mad´s. Fácil debe ser el mejor grupo en la historia del rock peruano. Hasta llegaron a talonear a los Rolling Stones.
- El caso de Los Mad’s es paradigmático de nuestra escena: de casualidad Mick Jagger y Keith Richards los vieron tocar en el Galaxy. Les dieron todo: departamento en Londres, estudio de grabación (Stargroves, nada menos), les permitieron telonear a bandazas como Taste o Derek & The Dominoes y los invitaron a Wight. Y Wight no fue cualquier cosa. Hubo 600 000 personas y musicalmente fue, según lo que he escuchado, el mejor festival de la época. Pero Los Mad’s perdieron la oportunidad; cuento en el libro el porqué de este suceso; ahora sólo nos queda escucharlos en las canciones que han colgado en YouTube y que al menos demuestran que realmente eran uno de los mejores grupos de rock de la región. A mí lo que me jode es que se perdió el mejor escaparate posible para un grupo de la primera escena del rock en el Perú; que Los Mad´s no tocaran en Wight fue una tragedia mayor que la cancelación del concierto de Santana.
- Es muy difícil asimilar que de la noche a la mañana se haya quebrado el rock peruano, calificado como el mejor de Latinoamérica.
- La contracultura de los sesenta y setenta se agotó en 1973 a nivel global, no sólo en el Perú. ¿Qué sucede por ese entonces?: crisis del petróleo, Watergate, golpe de Pinochet para implantar Chile como laboratorio privilegiado por los economistas de la escuela de Chicago. Se distribuyeron ácidos pateados a niveles industriales: basta ver el concierto de Altamont. ¿Quiénes estaban detrás repartiéndolos? ¿Por qué se sembró de heroína los guetos contraculturales? Además, desde la segunda mitad de los setenta, Latinoamérica se convirtió en un desierto gobernado por gorilas entrenados en la tristemente célebre Escuela de Las Américas. Véase el caso de Perú, Chile, Uruguay, Argentina, por poner los ejemplos más conocidos. El poder, la sombra económica que gobierna desde detrás de la política, exterminó, anuló, aburguesó, quemó y mató a una generación hermosa que de todas maneras hubiera hecho un mundo mejor. El caso de la muerte del rock peruano es sólo un pequeño punto en un movimiento geopolítico global frente al cual no tengo calificativos.
- ¿Cuánta responsabilidad tuvieron los protagonistas en esta súbita desaparición?
- Muchos vieron la música como un hobbie y al acabar la universidad se pusieron a trabajar. Otros decidieron seguir en la música, emigraron y trabajaron de mercenarios en hoteles o grabando música pacharaca e hiperproducida; otros se fueron al latin jazz; algunos quemaron por las drogas. Pero lo determinante fue no conocer el do it yourself (el “hazlo tú mismo” del que hablaba el punk); el comportarse, a veces, como ídolos o rock stars, con un ego que los hacía leer la realidad de manera distorsionada, también ocasionó la ruptura de varios colectivos musicales. No quiero señalar culpables -en este caso no soy ni tombo ni juez; sólo un humilde detective privado trabajando ad honorem-, pero la verdad es que la generación no estaba preparada para la respuesta del sistema, que fue brutal. A mi padre, por ejemplo, le quitaron lo que más amaba: su música y la posibilidad de expresarla frente a alguien que lo comprendiera. ¿Qué haces frente a eso?
- En aquella escena se vivía una suerte de conexión musical, como si Lima fuera un punto de “encuentro”. Pienso en Tarkus, el primer grupo de Heavy Metal en castellano, cuyo fundador fue un guitarrista argentino.
- Para mí la música no es una carrera de caballos. Las escenas rockeras de los sesenta-setenta que más me gustan de América Latina son: Brasil, Uruguay, Chile, Venezuela y, obviamente, Perú. En ese sentido no soy nacionalista y menos aún chauvinista. Sobre el caso de Tarkus, el líder era Darío Gianella (argentino) y hacían hard rock en castellano en 1972. Solo que se olvida que en los 70 Pax hacía hard rock en inglés. Hay que decir que en la época se hablaba de “música pesada”. La etiqueta Heavy Metal alude más bien a este tipo de rock pero ya en los ochenta. En todo caso, podríamos decir que Tarkus fue “proto heavy metal”, si prefieres. Tarkus es un caso rarísimo: power trio con cuatro personas, dos argentinos y dos peruanos, haciendo rock pesado con temas propios y letras psicodélicas en castellano. Es una combinación recontra extraña y original. Y su historia, con esa secta como Los Niños de Dios y todos esos viajes, tanto internos como externos. Me lo pudo haber contado Philip K. Dick, pero en realidad lo hizo Christian Van Lacke, el hijo del bajista original de Tarkus; es bien loco, porque ambos somos hijos de los sesenta y de alguna manera estamos jugando de nuevo, a nuestra manera, un rollo que fue originalmente de nuestros viejos.
- Como tal, Demoler es un libro extraño. Considero que los recursos multidisciplinarios de los que haces uso, lo vuelven más “plástico”, ya que también puede leerse como novela, crónica, ensayo.
- Hay dos aspectos: el metodológico y el género en el que el libro podría clasificarse. Comienzo con el primero. Yo he estudiado literatura, soy licenciado en Comunicaciones y he llevado cursos de postgrado en España como vano intento de tener una base filosófica directamente destinada al estudio de la cultura y las mentalidades que la sustentan. Necesitaba ese saber para poder escribir este libro. Sin embargo, el 90% de mi cultura es autodidacta: yo me eduqué en la biblioteca de mi abuelo, el psiquiatra Humberto Rotondo, que estaba interesado en temas tan diversos como psicología, literatura, antropología, historia, artes plásticas y muchos más. A la hora de hacer Demoler tuve primero que hacer entrevistas (complicadísimas, llenas de detalles, como las del Nuevo Periodismo), análisis cualitativos, comprender la historia de la música; y luego sacar las implicancias del caso, basándome principalmente en las ciencias sociales y humanidades.
- Sobre el género…
- Parto de dos premisas y llego a una conclusión. En primer lugar, creo que una de las tantas deudas que existen a nivel latinoamericano es la historia del espectáculo y las mentalidades y valores que lo sustentan. En segundo lugar, Gilles Deleuze dice que los mecanismos de normalización del poder tienden a trazar líneas verticales y horizontales, es decir, a encajonar; abstraer significa también separar y en cierta forma, mutilar. Mi interés por eso está dado en las excepciones y en las discontinuidades; mediante grietas, ventanas hacia el otro lado, puede observarse lo que normalmente las instituciones del poder nos impiden conocer. Pasemos al tema del género. Yo soy un narrador, no un poeta ni un teórico. Lo mío es contar historias, es lo que más me divierte. Sin embargo, no solo me interesan las ficciones clásicas de la literatura universal, sino la historia, el periodismo, el cine y la narrativa gráfica. Además, soy fan de géneros como el policial, el horror y la ciencia ficción; por no hablar de los relatos de aventuras y viajes, tanto internos como externos. Todo eso está presente en mi mente cuando construyo una historia. Espero que se note. Creo, ahora que le tengo cierta distancia, que Demoler es un texto de fusiones, un libro mestizo. Tiene un 90% de narrativa y un 10% de ensayo. Todos los hechos contados han sido confirmados con la mayor cantidad posible de fuentes. Y sin embargo, este libro contiene un cierto grado de ficción: cuanto lo que me cuentan y que confirmo en mis habituales labores de investigador privado. Por un instante olvidemos que este libro ha sido escrito por un peruano radicado en España que se ha dedicado a reconstruir una serie de sucesos que acaecieron antes de su nacimiento. El género al que pertenece Demoler está claramente enraizado en una tradición anglosajona que se remonta, hasta donde recuerdo, a la biografía del doctor Johnson que escribió James Boswell en 1791. A Sangre Fría, Miedo y asco en Las Vegas, Por favor mátame, El corto verano de la anarquía, Conversaciones con Bakunin y un largo etcétera poseen bastante relación con el rollo que me planteé para escribir el libro; nuevamente, espero que eso se note.
- ¿Crees que el rock peruano pudo ser mejor se mantenía en el imaginario lo hecho por esta gente? Tengamos en cuenta que la escena actual atraviesa un muy buen momento, al punto que Los Protones, por ejemplo, son tributarios de Los Belking´s.
- Prefiero no responder preguntas al estilo “qué hubiera pasado si…” Pero hay algo que sí me parece claro, y es que la influencia de la primera escena del rock en el Perú es algo que se ha dado recién ahora, en parte debido a la exhumación de material sesentero y setentero. Hay grupos brillantes: Los Protones, Don Juan Matus, El Cuy, Tlon, La Ira de Dios, Chamanes y un largo etcétera. Son una escena pequeña y todo el mundo se conoce, solo que también los conoce gente seleccionada alrededor del mundo. Además están surgiendo fusiones interesantes: Los Chapillacs, o los inclasificables Shaolines del Amor. El problema es lo escaso del público nacional (La Ira la rompe en Alemania y Matus en Grecia; pero aquí nadie los manya), pero el nivel musical que tuvo el rock hecho en el Perú en los sesenta ha regresado y ese momento es ahora. Tenemos un underground de lujo, falta una infraestructura y una cultura de conciertos mayor, pero creo que se ha avanzado bastante a nivel profesional. El sonido de los conciertos en los ochenta era malísimo, por ponerte un caso.
- ¿La escena rockera peruana, como tema, seguirá presente en tus futuros libros?
Voy a escribir una nouvelle de ficción inspirada en la historia de mi padre en Dr. Wheat. El rock está ahí como telón de fondo; lo que quiero hacer en ese libro es básicamente preguntarme por las relaciones humanas. Por cierto, no pienso hacer una segunda parte de Demoler, esa decisión ya ha sido tomada. Además, tengo bastantes proyectos en el congelador: hay una novela sobre la inmigración en España, una novela sobre mi familia paterna; ambos borradores debo reescribirlos… Tengo también una nouvelle de horror sobre la destrucción de idolatrías como mito fundacional peruano. Es una especie de Witchfinder General, la película de Michael Reeves, de 1968, donde entro de lleno en el horror como forma de entender el contrato social nacional… Pero lo más probable es que primero publique Parásitos. Es un ajuste de cuentas con los noventa, muy en la nota Russ Meyer, escrita en colaboración con José Carlos Irigoyen, mi socio en muchas de estas empresas literarias.
- Aunque parezca redundante, la pregunta es inevitable: ¿qué es el rock para ti?
- Para mí el rock no solo es un ritmo o un género musical. Es también una actitud y una serie de valores; lo que los griegos llamaban una paideia, es decir, una educación moral. Demoler lo escribí como un acto de amor, por eso tuve la paciencia de aguantar toda esta intensidad durante más de una década y no sacármela de encima antes sin haber confrontado datos. Este libro es por eso la respuesta a lo que la música me ha dado.
Entrevista publicada en Proyecto Patrimonio - 2009