domingo, 4 de agosto de 2013

The Mad's


Por Repsychled

Esta historia comienza en 1965 por las inmediaciones de la Av. Mariscal Miller y calle Miguel Iglesias, en el distrito de Lince. En este barrio se encontraban las primeras bandas de rock en el Perú. A una cuadra estaban los Saicos, quienes ya tenían editados varios discos de 45 rpm y gozaban de mucha popularidad. A unos pasos de ahí ensayaban Los Steivos, un grupo de rock and roll que tenía influenciad de The Beatles, The Rolling Stones y de música soul; estaba conformado por Frank Privette y Alex Ventura en las guitarras, quienes daban el estilo musical al grupo.

Manolo Ventura, hermano menor de Alex, había formado un grupo con Toño Zarzar en guitarra rítmica y Fernando “El Loco” Gadea en batería. Se habían bautizado como Los Mad’s y buscaban a alguien que pudiera cantar para completar el grupo. Un amigo de Manolo le habló de Bill Morgan, hijo de familia norteamericana, que tenía buena pronunciación del idioma inglés y una gran actitud de rockero. Luego de conocerlo, Manolo le propuso ser parte del grupo. Fue así como Bill entró a cantar y tocar el bajo. Alex hacía de manager de Los Mad’s mientras tocaba la primera guitarra con Los Steivos, con quien grabó sus dos primeros discos de 45 rpm.

Los Mad’s solían tocar en sus presentaciones música de The Kinks y The Rolling Stones, apareciendo en televisión en los programas “El Clan del 4” y “El Show de Guido Monteverde”; en ellos hacían fonomímica mientras sonaba una grabación hecha en el estudio de Pedrín Chispa. Este audio era grabado en vivo en una cinta, luego escogían las canciones que más les gustaban y las imprimían en un acetato que cortaban en el mismo estudio, todo en un solo día. Incluso podían estar grabando por la mañana, tener cortado el acetato antes del almuerzo y salir en la televisión en vivo esa misma tarde.

Estas grabaciones tenían como finalidad ser de uso privado o para presentaciones en televisión, pero no con la intención de dejar un registro para fabricar algún 45 rpm o álbum. Incluso durante los próximos años, en las diferentes formaciones que tuvo el grupo, se repite la misma intención al registrar sus ensayos.

Estos registros grabados en los inicios del grupo no representaban su interpretación en vivo. Los Mad’s siempre quisieron dar toda su capacidad musical en el escenario y la ausencia de grabaciones hacía justamente que quien quisiera oírlos asistiera a sus conciertos, ya que no había otra forma de escucharlos. A inicios de su formación,  su repertorio consistía en su mayor parte de música de The Kinks, que en ese tiempo, con la excepción de un grupo de alumnos del Colegio Roosvelt, poca gente conocía.

Para fines de 1966, Manolo y Bill se dieron cuenta de que para poder realizar música más elaborada necesitaban de mejores músicos. Fue así que Manolo incorporó a su hermano Alex, quien abandonaría a Los Steivos para tocar la guitarra rítmica en Los Mad’s y reemplazar a Toño Zarzar; luego Alex llamaría a Richard Macedo, quien acababa de ser baterista de Los Shain’s, para reemplazar a Fernando Gadea. Los dos nuevos integrantes venían con diversas influencias de música psicodélica; con ellos el grupo podía realizar temas más complicados, improvisar, cambiar constantemente de ritmos, tocar por prolongadas horas e incluso hacer una interpretación en vivo diferente de sus canciones en cada concierto, incluyendo solos de guitarra o de batería. Todo esto hubiera sido imposible con la formación inicial de Los Mad’s.

Para esta nueva etapa se bautizaron como The Mad’s y cambiaron de escenarios. Ahora, en vez de tocar en la televisión, iban a tocar solo en fiestas privadas y clubes. A estas fiestas solo podían asistir los amigos del grupo, los músicos y muy poco público, que se enteraban por el boca a boca o por algún rumor. Sus fiestas eran conocidas porque duraban más de tres horas y eran de las más caras. Los chicos que no podían pagar sus entradas trataban de colarse trepando las paredes de los locales y metiéndose por los techos. Ver al grupo y a las chicas más lindas de Lima valía el esfuerzo.

Si bien las matinales eran la plataforma donde los grupos peruanos de fines de los 60’s solían tocar, The Mad’s solo participó en una de ellas, porque cuando subieron al escenario con sus trajes negros, botas blancas y sombreros, ni bien comenzaron la primera canción, un joven del público, que no comprendía lo novedoso del traje y su pelo largo, insultó a Manolo Ventura; el estilo hippie aún no era común en Lima. Al suceder esto, el guitarrista tiró su instrumento mientras el grupo seguía tocando, bajó del escenario y lo agarró a golpes por haberse atrevido a insultarlo. El concierto se detuvo y se prometieron nunca más tocar en esos eventos, solo en fiestas privadas. En sus presentaciones las peleas en el público era algo muy común.

Estos cambios iniciaron una nueva era en el grupo; no solo en el sonido sino también en el ritmo. Sus principales influencias eran The Kinks, The Troggs, Vanilla Fudge, Buffalo Springfield y en especial The Jimi Hendrix Experience. Las canciones eran versionadas de manera diferente a las originales, imprimiéndoles de ese modo el estilo del grupo; tal es el caso de “Birds in my tree” de Strawberry Alarm Clock, que se tocaba mucho más lenta que la versión original; era una balada con la fuerza ideal para bailar pegado con las chicas. En Lima la conocían bajo el nombre de “Open the door”. Incluso fue grabada por un grupo peruano en base al arreglo de The Mad’s. En el caso de “Rock & roll woman” de Buffalo Springfield, la canción original dura poco menos de tres minutos, y ellos la prolongan a más de nueve minutos, con arreglos de blues, más lenta y con arreglos de guitarra psicodélica que son tocados mientras la canción es llevada por las líneas del bajo.

Durante esta etapa comienzan a componer sus propios temas y se vuelve una costumbre no tocar igual las canciones de un concierto a otro, llevando el ritmo según la reacción del público. Sus conciertos eran seguidos por el mismo grupo de muchachos que los veían continuamente. Cada concierto era una sorpresa porque no se sabía qué canciones tocarían o de qué forma las interpretarían. Nunca tuvieron la intención de editar un disco, pero tenían la costumbre de grabar sus ensayos para escucharse y ver cómo salían los jammings.

El grupo tenía decenas de temas ya ensayados. Recién sobre el escenario escogían al azar qué iban a tocar esa noche. Sus canciones eran presentadas en inglés ya que la mayoría del público provenía de los colegios donde se dictaban clases en este idioma y otra parte eran extranjeros que vivían en Lima. Bill cambiaba la letra y entonación de los temas según el ritmo de su interpretación; incluso a veces solo eran ruidos fonéticos sin un significado en particular. The Mad’s estaban conectados y su capacidad de improvisación les permitía prolongar los temas, cortarlos en seco o mantener a todos bailando a todos por varias horas. Manolo era un guitarrista fuera de serie, tocaba como si ese día se fuera a morir y daba todo de sí en el escenario. Uno de sus temas principales era “Aouh aouh”, en el cual el público participaba a medida que el tema iba in crescendo con palmas, gritos o siguiendo al coro mientras el grupo hacía bromas en inglés o decía lo primero que se les venía en mente. Este tema podía durar varios minutos pues parecía no iba a terminar y todo salía natural, como si lo hubieran ensayado antes.

The Mad’s había importado equipos japoneses. Manolo tocaba con una guitarra Guyatone al igual que su hermano Alex, quien usaba una de doce cuerdas. Bill usaba un bajo en forma de violín. Richard una batería Rodgers. Para algunos temas, Alex también usaba una guitarra acústica Fender y percusión menor. Toda la amplificación se hacía con seis amplificadores Guyatone de 100 watts cada uno. Durante 1968 y 1969 el grupo tocaba en los mejores colegios y clubes de Lima como el Lima Cricket, Los Cóndores de Chaclacayo y en el exclusivo Club Galaxy de San Isidro, en el cual solo tocaban The Mad’s y Traffic Sound.

A mediados de enero de 1969, Mick Jagger, Keith Richards y sus novias llegaron a Perú con la finalidad de descansar de las tensiones del grupo. Se instalaron inicialmente en el Hotel Crillón, del cual fueron expulsados por sus vestimentas y forma de comportarse. Se mudaron al Hotel Bolivar, muy cerca de ahí. Ese fin de semana fueron a descansar a Ancón, una de las playas más lujosas de Lima de la década de los 60’s. Se paseaban por la playa y el malecón vestidos con las batas blancas del hotel y con trajes que llamaban mucho la atención. Esa noche estuvieron en una fiesta en un yate cercano al club.

Los músicos de The Mad’s estaban justo ese fin de semana en Ancón, tocando en una fiesta en un club junto al mar. Al terminar la presentación Manolo se fue a caminar. De un momento a otro se les acerco Mick y Keith, quienes le dijeron que les había gustado mucho su música y que deberían ir a Inglaterra. Para ello le dieron los datos de su manager y el encargo de que se pusieran en contacto con él. Ellos, sorprendidos ante tal noticia, aceptaron. Una semana después se repitió el episodio en el Club Galaxy de San Isidro, donde Los Stones se dieron una vuelta pues era el mejor lugar para escuchar música rock en Lima en ese entonces. Poco después Manolo comenzó a realizar las llamadas para coordinar el viaje, pues si se iban a Londres ya no regresarían. En Lima tenían la incertidumbre de qué hacer con sus vidas durante el gobierno militar de Velasco. Se les había abierto la oportunidad de viajar para seguir haciendo música, y qué mejor que Inglaterra. Luego de un tiempo tomaron la decisión de viajar.

Hicieron dos despedidas. La primera, el 18 de diciembre de 1969 en el colegio Santa Ursula; la última, el 20 de diciembre de 1969 en El Tiffany (exGalaxy). Los conciertos fueron grabados y se tomaron muchas fotos. El show solía tener dos partes, la inicial era en trajes negros y botas blancas y luego descansaban unos minutos y salían con ropa casual. En uno de esos intermedios, entró al camerino un grupo de amigos con un señor extranjero. Era Dennis Hopper (actor de “Rebelde sin Causa” -  “Rebel without a cause” y “Buscando mi destino” – “Easy Rider”), quien venía a Perú a dirigir la película “The Last movie” (“Chinchero”). El actor estaba feliz con la presentación y la música. Lo invitaron al escenario a saludar al público. Presento la segunda parte del show como si hubiera estado todo programado. Las dos despedidas fueron un éxito y el final de película.

A inicios de 1970, Manolo y Richard viajaron a Inglaterra para aceptar la oferta de Marshall Chess (manager de The Rolling Stones). Desde allá llamaron a Alex y Bill para que les dieran alcance. Ambos partieron el 14 de agosto de 1970. Un par de semanas después Marshall Chess los llevó al Festival de la Isla de Wright, vieron tocar a muchas bandas y estuvieron en el backstage. Todos se regresaron el último día del festival, sin poder ver a Jimi Hendrix.

En Londres, el baterista decidió regresarse al Perú. El grupo se encontraba en su mejor momento y querían retomar actividades. Incluso Barrie James Wilson, baterista de Procol Harum, se ofreció para tocar con ellos. Pero el manager prefería que el grupo fuese integrado solo por peruanos, ya que esa era la imagen a proyectar. En esos días Manolo viajó a Amsterdam, donde se encontró con Manongo Mujica, baterista peruano de jazz quien estaba viajando por Europa. Lo convenció de que lo necesitaban como nuevo baterista para rearmar el grupo y regresaron con él a Inglaterra.

Las nuevas composiciones creadas en Inglaterra eran más intensas a las que traían desde Lima. Pudieron experimentar prolongados jammings muy complicados, con cambios de velocidad y diversos ritmos. Resuelto el tema del baterista, fueron a los estudios de The Rolling Stones en Bermondsey Street, donde hicieron una audición para Marshall Chess y Trevor Churchill, quienes aconsejaron cambiar el nombre del grupo a Molesto y así evitar ser confundidos con la revista americana MAD. En la traducción, Molesto ‘parecía el término más apropiado para reflejar el concepto de loco, desequilibrado, enojado, y era un nombre con fonética latina.

La incorporación de Manongo Mujica implicó la necesidad de mayor cantidad de ensayos y por tiempo más prolongado. Les asignaron un estudio en Bermondsey Street para ensayar, el estudio contaba con muchos instrumentos, efectos de sonido, una antigua batería Gretsch de Charlie Watts y un piano. A los ensayos se aparecían músicos que venían cargados de unos súper cigarros o pitos mezcla de hachís, hierba y tabaco, a veces de más de quince centímetros de largo, la sala se llenaba de humo mientras tocaban por largas horas.

Poco después, grabaron un demo y algunos ensayos dentro del castillo de Mick Jagger en Stargroves, en The Rolling Stones Mobile Studio, un estudio portátil dentro de un camión del cual tiraban cables a los cuartos del castillo. Ahí se habían grabado los discos de Led Zeppelin III y IV, así como el Sticky Fingers de The Rolling Stones. Esta cinta incluía las nuevas canciones “Fly away”, “Tumorbossa”, un par de temas instrumentales y algunos ensayos. El título “Tumorbossa” era un juego de palabras para referirse a una mujer con pensamientos libidinosos. Con esta cinta consiguieron presentaciones de Molesto en el Lyceum, Club Marquee, Roadhouse, entre otros teatros.
El grupo vivía en un departamento ubicado encima de la tienda de instrumentos Drum City, a unas cuadras de Piccadilly Circus, en Shaftesbury Avenue, rodeados de otras tiendas de instrumentos que eran visitadas por los músicos del momento como Ray Davies (The Kinks), Jack Bruce y Ginger Baker (Cream) o Mitch Mitchel (The Jimi Hendrix Experience). Todos daban vueltas por el barrio. Incluso de vez en cuando  realizaban jammings en casa con varios músicos locales. Manolo una vez realizó un Hamming co Steve Winwood (Traffic) y Brian Davison (The Nice); Bill hizo lo propio con Jeff Beck y Carmine Appice (Vanilla Fudge). Para ellos era una experiencia difícil de creer, pues estaban en el corazón musical de Inglaterra.

Alex trabajaba desde octubre de 1971 en la compañía Karma Clothing, que vendía ropa de mujer. Era una boutique en Kensington Market, la meca de la moda en Europa. Dos boutiques a la derecha estaban un par de jóvenes para ese momento desconocidos: Freddie Mercury, que vendía botas de cuero con plataforma en varios colores, y Roger Taylor, que vendía blue jeans con parches. Recién habían formado hacía un año el grupo Queen junto a Brian May. John Deacon tenía solo tres meses con la banda, que aún no grababa su primer demo. Kensington Market no solo se convirtió en la meca de la moda sino que muchos de los que ahí trabajaban eran músicos y algunos llegaron a ser muy famosos.

Si bien el grupo mejoraba a nivel de composición, de otro lado la química personal iba desapareciendo. Las metas musicales de cada uno iban por caminos diferentes. Para mantener la amistad intacta prefirieron dar por terminado el grupo. Estaban muy felices de haber logrado tanto éxito en tan poco tiempo, de haber tocado junto a los músicos que admiraban, vivir en Londres, la meca de la música e incluso haber departido con los mismos Rolling Stones en su mejor momento.

El grupo se disolvió. Manolo y Alex continuaron en Inglaterra estudiando y trabajando sin regresar al Perú por décadas. Manolo ensayó por un tiempo con Brian Davison, baterista de The Nice. Alex fue guitarrista del grupo inglés Free Love y en 1975 grabó tres canciones con unos amigos japoneses que tocaban blues. Bill regresó a Perú, participó tocando bajo y guitarra acústica en el álbum solista del cantautor solista Zulu, en 1973. Incluso ese disco incluye el tema “A Joyful surprise”, compuesto por Bill y retitulado “Sueño de amor”. Luego viajó a USA y continuó como músico de jazz. Manongo Mujica prosiguió su carrera como baterista de música experimental y de jazz en el Perú hasta la fecha.

Haber estado en el momento adecuado y en el momento adecuado, con el ímpetu de no tenerle miedo a nada, mucho talento y un poco de suerte, les permitió viajar a Inglaterra, tocar en los mejores escenarios y grabar en uno de los estudios que ha registrado los discos más importantes de la historia del rock de todos los tiempos. Realmente eran experiencias que ningún otro músico peruano había podido gozar y de las cuales ya se sentían más que satisfechos.


Este texto forma parte del libro que acompaña al disco CD “The Mads – Molesto”, editado por el ya imprescindible sello peruano Repsychled

jueves, 1 de agosto de 2013

The Mad’s, la banda peruana que se codeó con Los Rolling Stones


Aunque suene paradójico, se ha dicho mucho y a la vez muy poco sobre esta tremenda banda sesentera de rock peruano. Una de las razones es que jamás grabaron un disco de manera profesional, a pesar de que contaron con una gran popularidad en su época. Y es que su sonido duro y atrevido despertó el interés hasta del mánager de los Rolling Stones, quien los invitó a Inglaterra. Estuvieron a punto de tocar en el mítico festival de Isle of Wight y hasta se pasearon en el castillo de Mick Jagger. Así se convirtieron en mito, uno que por fin se revelará con el lanzamiento de Molesto, el disco recopilatorio con tracks inéditos de The Mad’s que el imprescindible sello nacional Repsychled acaba de lanzar.

“Mad” significa “molesto”, “rabioso” e incluso “demente” en español. Y esta loca historia empezó en 1965, en el corazón del distrito de Lince, cuando cuatro muchachos (Manolo Ventura, Billy Morgan, Toño Zarzar y Fernando Gadea) se juntaron para tocar canciones de The Kinks y The Rolling Stones. Eran Los Mad’s… y la apóstrofe respondía a una costumbre que tenían las bandas peruanas de rock de la época de utilizarla en sus nombres. Se presentaron en algunos programas de televisión y por ello grabaron algunas canciones con esta finalidad. La realización de un disco no era una prioridad.

En ese entonces, Alex Ventura –hermano de Manolo– se desempeñaba como mánager de la banda y además era guitarrista de Los Steivos. Hacia fines de 1966, reemplazó a Zarzar en la guitarra y posteriormente Richard “Bimbo” Macedo sustituiría a Gadea en la batería. Esta formación exploró vertientes más experimentales y psicodélicas gracias a las influencias musicales de los nuevos integrantes. Así es como decidieron rebautizarse a The Mad’s. Ahora la televisión ya no era prioridad, sino los conciertos en vivo. La idea de grabar un LP se mantenía descartada.

¿Por qué no tuvieron la intención de grabar un disco profesionalmente?
Porque tocar en vivo era lo máximo para nosotros. Con cada concierto que hacíamos, llenábamos los auditorios hasta su máxima capacidad y cobrábamos una buena cantidad de dinero, la cual nos alcanzaba para lo que queríamos. Teníamos nuestra mancha que siempre nos seguía y eso era suficiente entonces. Por ahí que con el paso de los años nos hubiéramos animado a grabar, pero nuestros padres no querían que estemos en Lima… bajo Velasco y sus ideas. Aunque debo aclarar que mi viejo nunca se opuso a que hagamos el tipo de música que hicimos, porque nos veía contentos.

Lo cierto es que lograron un sonido único. ¿Siempre tuvieron la intención de ser una banda diferente a otras de esta camada del rock peruano?
No, nunca.  Jamás pensamos cosas como “no quiero que esta guitarra suene como la de Los Shain’s, hay que ser diferentes”. Hicimos las canciones como nos gustaba, tal y como visualizábamos el sonido. Esa fue nuestra fórmula. Como decíamos en esa época, “nos vaciló” hacerlo así. Y todo eso se notaba cada vez que estábamos sobre un escenario: prácticamente improvisábamos los temas porque nos comprendíamos tan bien, que dejábamos que la música haga su trabajo.

Ese es el espíritu de las bandas que los influenciaron en esa época…
Nada más cierto que eso. Por ejemplo, cuando empezamos a tocar la música de Jimi Hendrix, como The Mad’s, eran contadísimos los peruanos que lo habían escuchado. Desde que llegó a nuestros oídos nos encantó. Y ese espíritu de improvisar y dejar que la música fluya se notaba cuando interpretamos canciones suyas como “Hey Joe” que, a pesar de que quisimos tocarla igualita, en el escenario la cambiábamos completamente. Lo mismo sucedió cuando tocábamos canciones de The Kinks. No queríamos ser diferentes, pero si pasaba… lo manteníamos así. Inclusive nuestra propia música es simple, pero el detalle siempre estuvo en cómo la ejecutamos. Eso hacía que la gente se enganche con nosotros.

Los Stones llegaron a Lima en enero de 1969 para encontrar un poco de descanso tras el éxito que habían logrado a nivel mundial. Durante esa visita, cierto fin de semana, fueron llevados a las playas de Ancón. Coincidentemente, The Mad’s tocaba en el balneario y los británicos, quienes pudieron escuchar el concierto, se acercaron para felicitarlos y decirles una frase que cambiaría el rumbo de la buena banda peruana: “Deberían ir a Inglaterra. Les daremos el contacto de nuestro mánager, Marshall Chess, para que se pongan en contacto con él”. Eran tiempos de Velasco y ésta era una oportunidad única para seguir haciendo la música que querían.

A inicios de 1970, Manolo y Richard viajaron a Londres. En agosto del mismo año, Alex y Billy les dieron el alcance. Semanas después de haberse juntado en la capital inglesa, Chess los invitó a tocar en el Festival Isle of Wight, que en esa edición tenía como artistas estelares a The Doors, The Who, Jethro Tull, Joni Mitchell y el ídolo de la banda, Jimi Hendrix. Por cosas del destino, los peruanos no pudieron pisar ese legendario escenario. Mitos, historias tergiversadas y demás se han creado respecto a esta anécdota, una que solo los peruanos vivieron.

¿Aún le queda un sinsabor por no haber podido tocar en este legendario festival?
No voy a negar que nos hubiera encantado tocar, porque esa era la puerta que necesitábamos abrir para despegar nuestra carrera en Europa. Pero igual estuvimos y seguimos estando contentos de haber compartido tantas cosas con músicos de esa talla. Eso es más que suficiente. Debo confesar que estábamos listos para tocar y no teníamos miedo ni mucho nervios. Todo lo contrario… estábamos entusiasmados. Se ha dicho mucho sobre esa anécdota en estos cuarenta años. Lo que realmente pasó es que había una banda africana llamada Ossibisa, con más de 14 integrantes en el escenario, que tocaba antes que nosotros. Los organizadores nos avisaron que había overbooking y que por ello no íbamos a poder tocar. Estábamos en la primera fila escuchando, así que nos daba lo mismo. Pero eso sí… no cambiaría nada de todo lo vivido, lo repetiría igualito como ha pasado.

Y en general, el hecho de salir del Perú y llegar a Inglaterra… ¿modificó el sonido de la banda o la forma de composición de las canciones?
Fue un 50/50. Lo que pasó es que Billy Morgan y yo teníamos la intención de continuar con la música que hacíamos en Perú, porque esa fue la que nos llevó hasta Londres. Pero una vez allá, las cosas cambiaron un poco. Siento que hicimos cosas más complejas… un rock más fuerte, con cambios bien locos. Es muy notorio en “Tumorbossa” y “Fly Away”, dos canciones incluidas en este disco recopilatorio que lanzaremos. Cuando las escuchen se darán cuenta de que es un sonido completamente diferente al que logramos en Lima, aunque claro que en esencia era lo mismo. Dejamos a un lado las armonías y nos dedicamos más a los instrumentos que a cantar. Esa fue la única diferencia.


El sello nacional Repsychled Records, especializado en editar a las bandas de rock peruano de los años sesenta y setenta, ha lanzado Molesto, el disco recopilatorio con ocho canciones inéditas (más dos bonus tracks) de The Mad’s, tras un largo trabajo de restauración de varias cintas de carrete que parecían perdidas y en las que se inmortalizaron muchos temas, que tras este lanzamiento se convierten en parte fundamental en la historia del género en nuestro país.

¿Cómo pudiste recuperar esos carretes que grabaron para uso privado de la banda?
Lo que pasó es lo siguiente: sin querer, los empaqué antes de viajar a Londres. Después de vivir siete años en Londres, me los llevé a Estados Unidos… pero siempre sin recordar su existencia. Con el tiempo quedaron guardados en un baúl. Un buen día mi esposa los encontró de casualidad y, sin decirme nada, por el día de nuestro aniversario de matrimonio, los llevó a la tienda de un señor que hacía grabaciones y le dijo que quería hacer un CD con una de esas cintas. En medio de la celebración, me dio una cajita de regalo que decía “Mad’s”. Yo estaba absorto. Empecé a escuchar el CD y me quedé como loco… sin saber de dónde había sacado eso. Luego me enseñó dónde estaban los carretes y entonces los llevé donde el mismo señor para escuchar el resto y transferirlo a CD. Después de un tiempo, decidí subir las canciones en YouTube y así empezó todo.

¿Por qué decidiste subir los tracks?
Porque he leído muchas historias y anécdotas del rock peruano de nuestra época… y puedo contar con los dedos de la mano las ocasiones en que el nombre de mi banda ha sido mencionado. Pero lo entiendo, porque como nosotros no grabamos… nadie tuvo la oportunidad de escucharnos. Sucede que hablaban de The Mad’s como si fuéramos un mito, sin un registro que pruebe nuestra existencia. Solo la gente que nos vio en alguna fiesta o concierto era la que sabía de nosotros. Recuerdo que la primera vez que leí que nos mencionaron fue en una entrevista que le hicieron a Manuel Sanguinetti de los Traffic Sound. Él dijo que éramos “el primer súper grupo en Perú,” pero no había más información. Así que subí siete canciones diferentes de la banda y la gente me empezó a contactar. En una de mis visitas a Lima, un amigo me presentó a Andrés Tapia, dueño de Repsychled Records, y nos pusimos en contacto. Él estaba muy entusiasmado y me propuso remasterizar todo con la tecnología actual y lanzar un disco profesionalmente. En un principio no lo quise hacer porque las grabaciones no habían sido muy buenas. Usamos solo dos pistas al grabar, a diferencia del resto de bandas peruanas que usaban hasta ocho. Luego me convencí de que no estábamos tan lejos. Y finalmente se dio.

¿Ustedes eran conscientes de lo buenos que eran?
Éramos conscientes de lo que podíamos hacer. Creo que teníamos suficiente confianza en lo que tocábamos que no teníamos miedo de presentarnos en un escenario frente a 600 mil personas mirándonos. No nos asustaba esa idea. La música la teníamos y la confianza también. Ninguno de nosotros se sintió por encima ni por debajo de nadie. Inclusive en Perú… jamás nos comportamos como una banda pretenciosa. Esa mentalidad nos hizo mucho bien como grupo de rock.

Escucha el track “Feels like love” de la edición remasterizada por Repsychled Records: