Los Silvertons, 1967-1970 Callao
Reseña precedida por un breve relato de Tito Rojas
"El primer grupo lo formé en 1960, se llamó "los Silver Twisters". Estuvimos juntos hasta 1963 donde fuimos el grupo oficial del programa Medio Día Musical del canal 4. Las presentaciones siguientes nos llevaron a formar otro grupo musical en el año 1965 hasta 1967 llamado "los Spectros", a finales de 1967 Coco Cotos y yo (Tito) decidimos crear "Los Silvertons". La idea de crear el grupo fue mia apoyada por Coco Cotos, pues había aparecido en el medio artistico el grupo los Doltons, que eran de Lima, y es cuando se me ocurre la idea de que un grupo chalaco salga al frente para hacerle la competencia. Particularmente tuve mucha influencia como cantante de Elvis Presley y como grupo a los Beatles. La primera vez que tocamos en publico como "Los Silvertons" fue en el parque Salazar de Miraflores (hoy convertido en Larcomar). Actuamos para 2000 personas alternado con los Doltons. Fue una bonita experiencia que siendo estudiantes logremos sacar al grupo hacia la fama y recibir el apoyo de Sears Roebuck del Peru, para ser sus representantes en su linea de equipos de sonido de marca Silvertone. La experiencia mas amarga fue que en una gira a la ciudad de Huancayo el empresario desapareció y nos dejó allí con los instrumentos y sin plata para regresar a Lima. Nuestra primera presentación en TV fue en "el Clan del Cuatro" conducido por Diana García, estuvimos nerviosos pero emocionados y todo salio bien. El primer contrato para grabar un disco lo conseguimos por una amiga brasileña con quien sostenía un intercambio estudiantil, cuando regresa a su pais me envia el acetato en portugues de la Vuelta de Roberto Carlos quien lo habia grabado fuera de la disquera CBS, La CBS al enterarse lo requiso y no salio a la venta, esa cancion la tocamos en una casa particular y nos escucho el señor Guerrero, dueño de discos Mag, nos citó a su estudio, nos hizo tocar ese tema ("la Vuelta"), lo grabamos y nos contrató como exclusividad. El transporte de intrumentos lo hacíamos en la camioneta de mi papá y en el carro que manejaba mi primo". (Tito Rojas)
Alguien ha comentado que el estilo de los Silvertons tiene las matices de los olas reventando sobre la playa y de la brisa en los atardeceres marineros. La observación corresponde, en gran medida, al espiritu de cuatro de los cinco integrantes del conjunto, nacidos en el puerto del Callao.
Interesante seguir el derrotero de estos "Cocos" en las actividades artisticas y musicales. Cobijados bajo el mismo techo de exitos con la denominacion de Silverton's. Tito Rojas se inicio cantando musica criolla y poco a poco fue incorporandose a la legión de nuevaoleros. Alguien comentó que su voz tenia algunas matices de "plata", fue entonces que pensó organizar un grupo con este nombre: los tonos de plata. Cuando lo hizo, escogió el equivalente en inglés, por eso el grupo se denomina Los SILVERTON'S.
Con su cantante Tito Rojas nos trajeron lindas interpretaciones al estilo beat. Los Silverton's grabaron su primer LP para el sello Mag titulado "La Vuelta". Fueron 12 temas que hicieron furor en aquellos años: "La Vuelta", "Te vi llorar", "Es la lluvia que cae", "Sé que no volverás", "Llora conmigo", "Te puedes ir en paz", "Por ti estoy sufriendo", "La Moto", "Vivo sin ti", "No cometeré ese error",
"Palabras de amor".
Al gran éxito alcanzado por el primer volumen de estos muchachos chalacos, vuelven a grabar para el sello mag y se suma "Mas exitos de Los Silverton's volumen 2", un LP en donde presentaron diez impactos nuevaoleros, todos con ese estilo que los llevó al éxito: "Te amo", "No hay tiempo que perder", "Novia de verano", "Un rincón del corazon", "Viento dile a la lluvia", "El desengaño", "Escucha mi amor",
"Qué pasa en la gente", "Forma de las cosas que vienen", "Cuarto blanco". En esta versión de "Te Amo" usaron mucho el Wha Wha en la guitarra y terminaron con gran estilo de organo electrico.
Relato de Tito Rojas tomado del blog Rincón Musical
martes, 31 de agosto de 2010
domingo, 29 de agosto de 2010
Los Saicos
Lindsay Hutton, fundador del famoso magazine The Next Big Thing y colaborador de las más prestigiosas revistas musicales anglosajonas como MOJO o SOUNDS, comenta la aparición de la caja con los seis legendarios vinilos de Los Saicos: Demolición! The Complete Recordings (Munster Records, 2010).
Por Lindsay Hutton
Con solo seis singles editados entre 1965 y 1966, y desde un remoto lugar como Lima, Peru, Los Saicos crearon un sonido poderoso, salvaje y visceral. El equivalente en el Hemisferio Sur al garage rock que salió del Noroeste de USA en ese mismo momento. Ellos tienen el mismo DNA que bandas como The Sonics, Rocket From The Tombs, The Cramps y Black Lips. Este lanzamiento recopila todas sus grabaciones y cuenta su increíble historia.
La arquelogía del rock'n'roll se parece mucho a otro tipo de excavaciones. Nuevos descubrimientos exigen replantear nociones anteriormente consideradas como certezas. La semántica del huevo y la gallina dependen totalmente del bagaje musical del oyente. Pero bueno, qué le den a los planteamientos sesudos.
Nunca había escuchado a Los Saicos hasta hace poco, aunque conocía la versión de 'Demolición' de Wau y Los Arrrghs en la que se palpa la locura inherente a la canción, pero nunca imaginé que la versión original pudiera ser incluso más desquiciada. Aún más sorprendente todavía es que este gruñido salvaje y nihilista fuera grabado en Lima mientras el resto del planeta se volvía loco con Los Beatles.
En estos temas percibo lazos directos con los Stooges y los Cramps y más grupos igualmente esenciales. Los segundos dieron lugar a varias generaciones de individuos que escarbaron entre los estratos previamente casi desconocidos de la música y otras formas de cultura que desde entonces han sido aceptadas por el mainstream.
Pero volvamos a Los Saicos. La naturaleza trastornada de los títulos es una cosa, pero una vez te acostumbras al inquietante ambiente de los temas, se revelan otros aspectos. Los ritmos y la manera en que las guitarras vibran y hacen twang complementando los aullidos no es gratuita. La química es un factor más importante en la creación de sonidos que la habilidad y competencia. Hay un momento en que la naturaleza toma las riendas y el instinto dicta la acción. Los individuos no tienen más remedio que seguirlo. No sé tú, pero yo no aguanto a los artistas que no son sino una versión de libro de recetas de lo que se supone que es una colección de discos cool. Los Saicos son todo lo contrario a eso.
Primitivos y al mismo tiempo fundamentales, Los Saicos son, no fueron, un baremo esencial. ¿Quién podía imaginarse que una banda de Perú haría que Los Sonics pareciesen Simon y Garfunkel? Es probable que haya otra música en algún lugar cualquiera que pueda hacernos reconsiderar tal afirmación, pero hasta entonces disfruta de este curso rápido de Saicoterapia.
Por Lindsay Hutton
Con solo seis singles editados entre 1965 y 1966, y desde un remoto lugar como Lima, Peru, Los Saicos crearon un sonido poderoso, salvaje y visceral. El equivalente en el Hemisferio Sur al garage rock que salió del Noroeste de USA en ese mismo momento. Ellos tienen el mismo DNA que bandas como The Sonics, Rocket From The Tombs, The Cramps y Black Lips. Este lanzamiento recopila todas sus grabaciones y cuenta su increíble historia.
La arquelogía del rock'n'roll se parece mucho a otro tipo de excavaciones. Nuevos descubrimientos exigen replantear nociones anteriormente consideradas como certezas. La semántica del huevo y la gallina dependen totalmente del bagaje musical del oyente. Pero bueno, qué le den a los planteamientos sesudos.
Nunca había escuchado a Los Saicos hasta hace poco, aunque conocía la versión de 'Demolición' de Wau y Los Arrrghs en la que se palpa la locura inherente a la canción, pero nunca imaginé que la versión original pudiera ser incluso más desquiciada. Aún más sorprendente todavía es que este gruñido salvaje y nihilista fuera grabado en Lima mientras el resto del planeta se volvía loco con Los Beatles.
En estos temas percibo lazos directos con los Stooges y los Cramps y más grupos igualmente esenciales. Los segundos dieron lugar a varias generaciones de individuos que escarbaron entre los estratos previamente casi desconocidos de la música y otras formas de cultura que desde entonces han sido aceptadas por el mainstream.
Pero volvamos a Los Saicos. La naturaleza trastornada de los títulos es una cosa, pero una vez te acostumbras al inquietante ambiente de los temas, se revelan otros aspectos. Los ritmos y la manera en que las guitarras vibran y hacen twang complementando los aullidos no es gratuita. La química es un factor más importante en la creación de sonidos que la habilidad y competencia. Hay un momento en que la naturaleza toma las riendas y el instinto dicta la acción. Los individuos no tienen más remedio que seguirlo. No sé tú, pero yo no aguanto a los artistas que no son sino una versión de libro de recetas de lo que se supone que es una colección de discos cool. Los Saicos son todo lo contrario a eso.
Primitivos y al mismo tiempo fundamentales, Los Saicos son, no fueron, un baremo esencial. ¿Quién podía imaginarse que una banda de Perú haría que Los Sonics pareciesen Simon y Garfunkel? Es probable que haya otra música en algún lugar cualquiera que pueda hacernos reconsiderar tal afirmación, pero hasta entonces disfruta de este curso rápido de Saicoterapia.
Los Zig Cero
Por Baúl de los Recuerdos
Los Zig Cero fue un grupo musical, originalmente creado por Lucho Watanabe, cuando todavía era alumno del internado del Colegio Ntra Sra de Guadalupe, quien vivía en el barrio de Lince cerca a San Eugenio, por los alrededores del entonces cine Alhambra. Fue Lucho Watanabe (primera guitarra) quien le propuso a Fernando Velarde del Colegio Melitón Carvajal(Segunda Guitarra) para formar un conjunto musical así es que le pasaron la voz a Yoshi Hirose, de Barrios Altos, quien sería el cantante, a Richard Chiang de Barrios Altos (Bajo) y a Jose Hohagen también de Lince (Batería). Este grupo de muchachos entusiastas provenientes de diferentes barrios de Lima, comenzarían a hacerse conocidos en las matinales famosas de fines de los 60s organizadas por disc jockeys conocidos como Enrique Llamosas (La Real Nueva Ola), Sergio Vergara y otros. Tambien tuvieron presentaciones en televisión en los programas de Kiko Ledgard, el Tio Johny y otros. Grabaron discos de 45 RPM para el sello MAG, canciones en castellano y japonés como "YA NO QUIERO SOÑAR", "NO SE PORQUE LLORO", "AYER NOMAS", "AMOR ETERNO". Actualmente el único que sigue dedicado a la música es Yoshi, quien porsteriormente formó el dúo "Yoshi y Luigi" y actualmente continúa con su carrera musical. Ellos siempre se mantienen en contacto y de vez en cuando se reunen para recordar aquellos hermosos momentos.
Publicado en el blog "Baúl de los Recuerdos"
Lo Teddy's - de la Selva su Beat
Beat del oriente peruano
Por Arturo Vigil (Sotano Beat)
No sabemos qué motivos llevaron a cuatro músicos chalacos cultivadores del mejor beat de la época a radicar en la oriental ciudad de Iquitos allá por 1965. La leyenda cuenta que un día conocieron a Antonio Reátegui Marín y de inmediato decidieron formar un grupo al que bautizaron como Los Teddy's, tal vez en homenaje a los Teddy Boys, una tribu juvenil emparentada de la Inglaterra de los 50.
La juventud charapa de esos años andaba orgullosa de su movida nuevaolera, tanto así que por 1968 afirmaban a un diario local: “nosotros empezamos a vivir la nueva ola antes que en Lima los jóvenes se enteraran de tal revolución artística”. Motivos no les faltaba para tal afirmación, de la capital charapa han salido desde siempre importantes músicos y también uno de los pioneros de la nueva ola, Giacomo Francini, autor de la canción “Divina Montaña”, popularizada por Kela Gates.
Para ese año Los Teddy's ya eran estrellas en el Oriente peruano con algunos temas editados en discos de 45 R.P.M. y varios clanes que los seguían, así que partieron a Lima para grabar, vía los estudios de MAG, un L.P. al que titularon “12 psicoéxitos”.
El cantante de los pies descalzos
A Tony Marín, vocalista, lo completaban Willy Angulo en la primera guitarra, Markov Ríos en la segunda, Pepe Castro en la batería y Carlos Denegri en el bajo. Una de las cosas que daba personalidad a la banda, y que siempre recuerdan los jóvenes de esa década, es que en las matinales Tony solía actuar con los pies descalzos, tal vez en remembranza del cálido oriente o como una forma de sentir más cercana la música. Luego de la disolución de Los Teddy’s, Antonio Reátegui Marin llegó a grabar algunos 45 como solista y en los 70 formaría otra exitosa banda denominada Tony Marin & Los Tierra Roja, con un sonido más tropical.
Para no variar, aquí les dejamos dos estupendas canciones, la primera “Efectos” que es una de nuestras favoritas. La segunda, “Te olvidaré”, es una canción que los fanáticos sesentas peruanos reconocerán al instante, pues un año después volvería a ser exitosa, ya que el sello MAG le añadiría a la pista musical de Los Teddy`s la interpretación vocal de otro genial músico peruano (injustamente olvidado como tal), quedando de esa manera convertida en todo un clásico de la música moderna peruana… pero esa es otra historia, ya la acabaremos de contar por estos días.
Publicado en el blog Sotano Beat
Por Arturo Vigil (Sotano Beat)
No sabemos qué motivos llevaron a cuatro músicos chalacos cultivadores del mejor beat de la época a radicar en la oriental ciudad de Iquitos allá por 1965. La leyenda cuenta que un día conocieron a Antonio Reátegui Marín y de inmediato decidieron formar un grupo al que bautizaron como Los Teddy's, tal vez en homenaje a los Teddy Boys, una tribu juvenil emparentada de la Inglaterra de los 50.
La juventud charapa de esos años andaba orgullosa de su movida nuevaolera, tanto así que por 1968 afirmaban a un diario local: “nosotros empezamos a vivir la nueva ola antes que en Lima los jóvenes se enteraran de tal revolución artística”. Motivos no les faltaba para tal afirmación, de la capital charapa han salido desde siempre importantes músicos y también uno de los pioneros de la nueva ola, Giacomo Francini, autor de la canción “Divina Montaña”, popularizada por Kela Gates.
Para ese año Los Teddy's ya eran estrellas en el Oriente peruano con algunos temas editados en discos de 45 R.P.M. y varios clanes que los seguían, así que partieron a Lima para grabar, vía los estudios de MAG, un L.P. al que titularon “12 psicoéxitos”.
El cantante de los pies descalzos
A Tony Marín, vocalista, lo completaban Willy Angulo en la primera guitarra, Markov Ríos en la segunda, Pepe Castro en la batería y Carlos Denegri en el bajo. Una de las cosas que daba personalidad a la banda, y que siempre recuerdan los jóvenes de esa década, es que en las matinales Tony solía actuar con los pies descalzos, tal vez en remembranza del cálido oriente o como una forma de sentir más cercana la música. Luego de la disolución de Los Teddy’s, Antonio Reátegui Marin llegó a grabar algunos 45 como solista y en los 70 formaría otra exitosa banda denominada Tony Marin & Los Tierra Roja, con un sonido más tropical.
Para no variar, aquí les dejamos dos estupendas canciones, la primera “Efectos” que es una de nuestras favoritas. La segunda, “Te olvidaré”, es una canción que los fanáticos sesentas peruanos reconocerán al instante, pues un año después volvería a ser exitosa, ya que el sello MAG le añadiría a la pista musical de Los Teddy`s la interpretación vocal de otro genial músico peruano (injustamente olvidado como tal), quedando de esa manera convertida en todo un clásico de la música moderna peruana… pero esa es otra historia, ya la acabaremos de contar por estos días.
Publicado en el blog Sotano Beat
miércoles, 25 de agosto de 2010
Protopunks: Saicos en la Historia del Rock
Los Saicos demoliendo craneos adolescentes.
Por Renzo Sánchez
Nunca pensé que tuvieran tanta repercusión en éstos tiempos. La fama de Los Saicos ha rebasado las fronteras del idioma y la nacionalidad y hoy son más exitosos que en su propio tiempo de acción (1964-1966) y ojo, el fenómeno es global. La primera vez que oí hablar de ellos fue por mis viejos y mis tías. Fue en una época en que yo apenas tenía 13 años, edad en que tuve conciencia que la música marcaría mi estilo de vida.
Mi viejo me cantaba una letra extraña que hablaba de demoler la estación del tren seguido de un grito desaforado: ta ta ta ta ya ya ya!!, también me contaba que tenían otra canción que sonaba "atroz, muy tétrica y salvaje" que hablaba sobre el entierro de "el gato mayor". Al cantarlas, mi viejo regresionaba en el tiempo dando algunos pasos de aquellos bailes de la época. Era gracioso, pero raro, muy raro. La sensación que me dejaban Los Saicos, sin haberlos escuchado nunca, era más atronador que el speed metal, tan de moda en esos años.
Mi vieja me contaba lo mismo, aunque mi tía era la más fanática, ésta, fue innumerables veces a las matinales y en particular al cine Tauro, uno de los principales bunkers de los chicos de Lince. No se perdía ninguna presentación. "Eran tan locos, tan extraños", me contaba, "se vestían con camisetas fuxias, los cuatro usaban lentes oscuros y cada vez que salían al estrado hacían una bulla terrible, Erwin Flores, el cantante, gritaba como loco y el furor del público era ensordecedor".
Con el paso del tiempo se dio mi primer encuentro con Los Saicos, fue en invierno de 1987 y tenía 17 años cuando los escuché por primera vez. Recuerdo que fue en casa de Omar, mi mejor amigo del cole. Un día, estabamos hueveando en su casa, lejos, en la soleada Las Viñas de La Molina, no teníamos nada que hacer y de repente a mi secuaz se le ocurrió sacar un disco sencillo que su viejo aún conservaba de sus pretéritos buenos tiempos. "Escucha ésto secuaz", me invitó Omar. Era un 45rpm en cuya etiqueta se leía el sello discográfico "Disperu" y los títulos de las canciones. En el lado A: "Demolición" y en el lado B: "Lonely Star".
Omar limpiaba el disco cuidadosamente con algodón y alcohol, luego lo colocó en la plataforma redonda del tornamesa y con un fino pulso de mano, insertó la aguja eficientemente sobre aquella joya que daba vueltas en el equipo technics. El disco, que emitía un scratch sabroso de antañosos momentos se escuchaban groseramente por los parlantes; "asi me gustan los vinilos, cuando suenan con su canchita", hablé.
Al sonar los primeros beats de batería y acordes de guitarra irrumpió una terrible voz carrasposa que gritaba "ta ta ta ya ya ya ya!!! dando así, inicio a una letra por demás transgresora dado el contexto de una época de insurgencia insana, apagones y paquetazos. "Echemos abajo la estación del tren, echemos abajo la estación tren, demoler, demoler, demoler" podría sonar subversivo para la época, podía herir susceptibilidades, incluso, si se difundía por la radio, hasta pudo haber sido presa de la censura. Evidentemente, Los Saicos estaban fuera de contexto, por si alguna vez, las companías discográficas pensaron en no volver a editar su música por éstas razones. Ironías de la vida, Los Saicos jamás hubieran imaginado que décadas después, la canción "Demolición" retomaría vigencia, aunque muy underground, como si se tratase de una profecía o quizás una maldición inconciente del futuro. El valor no comprendido de la música saico se encontraba olvidado en el tiempo.
Mientas sonaba "Demolición", el viejo de Omar entró al cuarto y se unió al rito por un breve lapso y comentó; "bueno eh?" tocándose la barbilla, como pensando que el tiempo no ha pasado en vano y craneando lo que pensaríamos unos chiquillos como nosotros, sobre esta música hecha 20 años atrás.
"si, muy bueno" Omar y yo asintimos.
Luego, le dimos vuelta al disco. Las guitarras sonaban filosas y sucias y la voz de Cesar "Papi" Castrillón se dejaba escuchar con cierto feeling: "In my lonely star, I remember you, I feel your love in my lonely star, aaahhh I got, you know you know I got, aahhh, I will follow you, aaahhh you will come to me"...
"Estas canciones me las cantaba mi viejo, tambien me hablaba de una pandilla de gatos que acudían al entierro de el gato mayor, y se preguntaban ¿y ahora quien ha de mandar?, lo tomé como una parábola que cuenta la ambición de poder en los grupos sociales" les comenté, el papá de Omar sonrió e intervino en la charla: "Los Saicos suenan más fuerte que el punk y es más estridente y loco que el thrash metal de hoy, chico", yo me quedé asombrado y aunque me parecieron geniales tuve cierta resistencia a que me llegaran a gustar del todo. Estaba tan comprometido con el heavy metal que no lo disfruté plenamente. Sin embargo, eso me sirvió de lección, pues en ese momento me di cuenta de lo estúpidas que pueden ser las personas cuando parametran sus sentidos en una sola corriente, y yo cometí ese error.
En fin, así eran los códigos de los 80s: o eras punk o eras hardcore, o eras metal o eras new wave, nunca combinados, nunca revueltos. Sin embargo, años después logré subsanar esa tonta actitud con Los Saicos, hasta el extremo que ahora soy un fan incondicional.
LA MISION SAICOMANIACA Y EL RESCATE EMOTIVO DE UNA GENERACION PERDIDA EN EL TIEMPO:
Entrando en los 90s, ya con la mente ampliada por una vorágine de estilos musicales escuchados y una colección de vinilos y kcts digno de un coleccionista senior, empecé a interesarme más en la música de los 60s con los Beatles y los Rolling Stones a la cabeza.
Fue así como me introduje a hurgar en el mundo del flequillo, la filosofía beat, el power flower, la psicodelia, el garage, las bandas surf instrum y todo aquello que suena con fuzztone, tenga cadencia frenética, magia creativa, sonido primitivo y espiritu lisérgico. Vayan mis honores para Link Wray, The Stooges, MC5, The Blues Magoos, Os Mutantes, Count Five, The Who, The Kinks, The Electric Prunes, Chocolate Watchband, ? and the Mysterians, The Sonics,The Thrashmen, Sam The Sham And The Pharaohs, The Shadows, The Ventures, The Chantays, Dick Dale And His Del-Tones y por supuesto: Los Saicos, Laghonia, Traffic Sound, Los Holys, Los Mads y los fabulosos Belkings del Perú. A partir de aqui empieza mi cercanía con el rock nacional de los 60s y ese apetito voraz por conseguir todo acto musical hecho en mi país por aquellos años. Corrían los meses de 1994.
Fue en 1995 que conseguí un cassette de Los Saicos hecho en kilka, era una grabación casera, o sea, alguien tenía en su poder los únicos seis 45 rpm que grabaron Los Saicos en su tiempo de esplendor, traía una portada fotostática en blanco y negro, pero el sonido era por demás, espantoso. ¿Qué podía hacer?, no había registro alguno en el medio, las compañias discográficas no volvieron a editar sus discos, ni siquiera en formato cassette. No había forma, se decía que se habían perdido los masters originales, maldita desidia de algunos connacionales que no apelan a conservar la memoria colectiva de la sociedad. Empezando por el fascista Juan Velasco Alvarado, quien prohibió la organización de conciertos (abortó el de Santana en 1973, el primero internacional que iba a realizarse en Sudamerica)y según tengo entendido ordenó que se quemaran todos los archivos musicales de televisión, por considerar al rock una manifestación alienante.
En fin, había que ser tocado por dios para tener suerte en encontrar un viejo 45 de la colección saico en Tacora un sacrificado domingo madrugador o quizás en los recovecos de kilka, donde finalmente, fueron a parar los vendedores de long plays que durante los 80s atendían frente a la Universidad Villarreal.
LA REVELACION: CUANDO APARECE EL VINILO ESPAÑOL DE LOS SAICOS
Recuerdo la primera vez que lo ví, la portada del vinilo decía: "Los Saicos: Wild Teen Punk From Peru 1965" y quedé estupefacto, alucinado, ¿cómo lograron editarlo?, ¿cómo consiguieron los masters?, fueron las primeras preguntas que dieron vuelta en mi cabeza. Había llegado un lote de vinilos procedente de España que solo se vendían en GJ Records de galerias Brasil. El propio Galicio, el vendedor, me comentó que sólo se habían producido 500 unidades y él había importado sólo 50. Yo apenas contaba con 20 soles en el bolsillo, el vinilo de Los Saicos editado por el sello electroharmonix, costaba 20 dólares. Le pregunté si podía separarlo con 20 lukas y me atracó. Al dia siguiente lo pagué completo y me lo llevé a casa.
Otra pregunta que se me vino a la mente fue ¿y ahora cómo hago para escuchar éste disco? pues para esos meses de 1999 ya no se le daba uso al tornamesa en casa. Aquel 3 en 1 philips del 74 se encontraba desmantelado, polvoriento y abandonado a su suerte en algún depósito. Tuve que limpiarlo, abrirlo, aceitarlo, probarlo una y otra vez hasta que funcionara, así es la mecánica, pequeños golpes también servían. Hasta que logré repararlo. El disco se escuchaba estupendo, que diferencia con aquella cinta horrible que tuve anteriormente, recuerdo que la boté a la basura.
Esa fue la primera vez que pude conseguir datos más concretos que me aproximaron al mito saico como el efecto de un imán. Habían sido muy populares en las matinales y en los programas de televisión de la época, sin embargo con el paso del tiempo, fueron adquiriendo un aura de malditismo y misterio muy underground. Eso fue quizás lo que impulsó a mucha gente a descubrir el mito. Recuerdo haber leido un artículo en una Ave Rok de 1985 donde por primera vez se hablaba de Los Saicos, decían que eran los primeros punks latinoamericanos y desde entonces no encontré más información al respecto.
Sabía por ejemplo, que Eutanasia, una de las bandas protagonistas de la explosión del rock subeterráneo de los 80s, tocaba "Demolición" como parte de su repertorio. En los 90s, fueron los Voz Propia y Leusemia quienes se atrevieron a tocar una nueva versión de la misma. Y yo, seguía buscando información de Los Saicos.
El texto firmado por Paul Hurtado de Mendoza en octubre de 1998 y que aparece en la contraportada del vinilo citado, ayudó considerablemente a destapar ciertas interrogantes que perduraron hasta ese entonces durante más de tres décadas.
"Cuando aparecieron en las matinales del cine Colón", comenta Hurtado, "fue el escandalo; tenían ese aire de malditismo y crudeza que conservan sus canciones casi 35 años después de haber sido concebidas!!!!, Sí todavía produce escalofríos escuchar "Cementerio" o "El entierro de los gatos"; historias tenebrosas adornadas con ruidos, gritos y efectos ideales para amantes de las noches sin luna, ó la brutalidad de sus canciones "romanticas" como "Come On" o "te Amo", imaginar lo que aquello fue en su momento".
QUE SIGNIFICA PROTO PUNK?
Los Saicos, cuarenta años después siguen generando polémicas. Cuando la revista Billboard calificó a los cuatro de Lince como una banda Proto Punk, se desataron interminables discusiones en la red. ¿Fueron Los Saicos la primera banda punk de la historia del rock?. Antes de contestar ésta pregunta, existen precedentes que sería bueno conocer ante tanta confusión desperdigada en los foros. Se piensa que Proto Punk es un estilo de musica. Error!!!, Proto Punk es una etapa de la historia del rock que agrupa a esas bandas inclasificables e innovadoras que surgieron en los primeros años de la década del 60.
El término no describe a un género musical sino a un grupo de bandas que no tenían un sonido específico. No fue un movimiento musical propiamente dicho. Las bandas que son clasificadas de ésta manera fueron inclasificables en su momento y esto no cambió hasta una década después con el surgimiento del punk a mediados de los 70s en Nueva York y Londres, simultáneamente.
Las bandas Proto Punk, tenían actitud, presentaban un sonido y letras desafiantes para las modas y tendencias de su época, ésto los llevó a un lugar marginal dentro de la escena y la industria. Gran parte de ellas fueron ignoradas en su momento y no revalorizadas hasta mediados de la década del 70 cuando la escena punk comenzaba a tomar forma con los Sex Pistols y los Ramones a la cabeza.
Las primeras bandas proto-punk surgieron en 1964. Estaban The Sonics en Seattle, The Seeds en Los Angeles. En Lima, Perú, fueron Los Saicos quienes con letras tétricas, acordes simples pero con un sonido sucio de guitarras recargadas y alaridos salvajes dieron forma a un estilo de música que años después se denominaría Psychobilly, muy emparentado con los estilos: garage y punk propiamente dicho.
Ese mismo año aparecen en la escena de Nueva York, los The Velvet Underground liderados por Lou Reed quien escribía polémicas letras, y destacaban por su pionero uso del feedback, la distorsión y su impredecible experimentalismo. Sin embargo tardarían 3 años en editar su primer disco: The Velvet Underground and Nico.
En esa época también podemos considerar proto-punk al Surf rock californiano, caracterizado por su velocidad, experimentalismo y primitivismo. Especialmente podemos mencionar a la canción Surfin' bird de The Trashmen, versionada contundentemente por los Ramones en su celebrado album "Rocket to Russia".
La escena de Detroit fue esencial para el proto-punk con cuatro bandas de gran importancia; The Stooges, MC5, ? and The Mysterians y Destroy All Monsters. Estas bandas se encargaron de agregar ese punche guitarrero y poderoso que necesitaba el rock n roll antes de aparecer el punk. El rock de garage fue otra gran influencia con bandas como The Flaming Groovies que fue reivindicada con el surgimiento del punk. Caben en éste período las bandas de principios de los 70s, como los New York Dolls quienes tenían un estilo de toque muy similar al de los Rolling Stones y poseían una imagen glamourosa que pocos años después produciría mucha influencia en artistas como T-Rex, Slade, Gary Glitter y David Bowie, máximos exponentes del glam rock, fuertes influencias de los primeros artistas punk.
Publicado en el blog "Por la ruta del Beatnik"
Por Renzo Sánchez
Nunca pensé que tuvieran tanta repercusión en éstos tiempos. La fama de Los Saicos ha rebasado las fronteras del idioma y la nacionalidad y hoy son más exitosos que en su propio tiempo de acción (1964-1966) y ojo, el fenómeno es global. La primera vez que oí hablar de ellos fue por mis viejos y mis tías. Fue en una época en que yo apenas tenía 13 años, edad en que tuve conciencia que la música marcaría mi estilo de vida.
Mi viejo me cantaba una letra extraña que hablaba de demoler la estación del tren seguido de un grito desaforado: ta ta ta ta ya ya ya!!, también me contaba que tenían otra canción que sonaba "atroz, muy tétrica y salvaje" que hablaba sobre el entierro de "el gato mayor". Al cantarlas, mi viejo regresionaba en el tiempo dando algunos pasos de aquellos bailes de la época. Era gracioso, pero raro, muy raro. La sensación que me dejaban Los Saicos, sin haberlos escuchado nunca, era más atronador que el speed metal, tan de moda en esos años.
Mi vieja me contaba lo mismo, aunque mi tía era la más fanática, ésta, fue innumerables veces a las matinales y en particular al cine Tauro, uno de los principales bunkers de los chicos de Lince. No se perdía ninguna presentación. "Eran tan locos, tan extraños", me contaba, "se vestían con camisetas fuxias, los cuatro usaban lentes oscuros y cada vez que salían al estrado hacían una bulla terrible, Erwin Flores, el cantante, gritaba como loco y el furor del público era ensordecedor".
Con el paso del tiempo se dio mi primer encuentro con Los Saicos, fue en invierno de 1987 y tenía 17 años cuando los escuché por primera vez. Recuerdo que fue en casa de Omar, mi mejor amigo del cole. Un día, estabamos hueveando en su casa, lejos, en la soleada Las Viñas de La Molina, no teníamos nada que hacer y de repente a mi secuaz se le ocurrió sacar un disco sencillo que su viejo aún conservaba de sus pretéritos buenos tiempos. "Escucha ésto secuaz", me invitó Omar. Era un 45rpm en cuya etiqueta se leía el sello discográfico "Disperu" y los títulos de las canciones. En el lado A: "Demolición" y en el lado B: "Lonely Star".
Omar limpiaba el disco cuidadosamente con algodón y alcohol, luego lo colocó en la plataforma redonda del tornamesa y con un fino pulso de mano, insertó la aguja eficientemente sobre aquella joya que daba vueltas en el equipo technics. El disco, que emitía un scratch sabroso de antañosos momentos se escuchaban groseramente por los parlantes; "asi me gustan los vinilos, cuando suenan con su canchita", hablé.
Al sonar los primeros beats de batería y acordes de guitarra irrumpió una terrible voz carrasposa que gritaba "ta ta ta ya ya ya ya!!! dando así, inicio a una letra por demás transgresora dado el contexto de una época de insurgencia insana, apagones y paquetazos. "Echemos abajo la estación del tren, echemos abajo la estación tren, demoler, demoler, demoler" podría sonar subversivo para la época, podía herir susceptibilidades, incluso, si se difundía por la radio, hasta pudo haber sido presa de la censura. Evidentemente, Los Saicos estaban fuera de contexto, por si alguna vez, las companías discográficas pensaron en no volver a editar su música por éstas razones. Ironías de la vida, Los Saicos jamás hubieran imaginado que décadas después, la canción "Demolición" retomaría vigencia, aunque muy underground, como si se tratase de una profecía o quizás una maldición inconciente del futuro. El valor no comprendido de la música saico se encontraba olvidado en el tiempo.
Mientas sonaba "Demolición", el viejo de Omar entró al cuarto y se unió al rito por un breve lapso y comentó; "bueno eh?" tocándose la barbilla, como pensando que el tiempo no ha pasado en vano y craneando lo que pensaríamos unos chiquillos como nosotros, sobre esta música hecha 20 años atrás.
"si, muy bueno" Omar y yo asintimos.
Luego, le dimos vuelta al disco. Las guitarras sonaban filosas y sucias y la voz de Cesar "Papi" Castrillón se dejaba escuchar con cierto feeling: "In my lonely star, I remember you, I feel your love in my lonely star, aaahhh I got, you know you know I got, aahhh, I will follow you, aaahhh you will come to me"...
"Estas canciones me las cantaba mi viejo, tambien me hablaba de una pandilla de gatos que acudían al entierro de el gato mayor, y se preguntaban ¿y ahora quien ha de mandar?, lo tomé como una parábola que cuenta la ambición de poder en los grupos sociales" les comenté, el papá de Omar sonrió e intervino en la charla: "Los Saicos suenan más fuerte que el punk y es más estridente y loco que el thrash metal de hoy, chico", yo me quedé asombrado y aunque me parecieron geniales tuve cierta resistencia a que me llegaran a gustar del todo. Estaba tan comprometido con el heavy metal que no lo disfruté plenamente. Sin embargo, eso me sirvió de lección, pues en ese momento me di cuenta de lo estúpidas que pueden ser las personas cuando parametran sus sentidos en una sola corriente, y yo cometí ese error.
En fin, así eran los códigos de los 80s: o eras punk o eras hardcore, o eras metal o eras new wave, nunca combinados, nunca revueltos. Sin embargo, años después logré subsanar esa tonta actitud con Los Saicos, hasta el extremo que ahora soy un fan incondicional.
LA MISION SAICOMANIACA Y EL RESCATE EMOTIVO DE UNA GENERACION PERDIDA EN EL TIEMPO:
Entrando en los 90s, ya con la mente ampliada por una vorágine de estilos musicales escuchados y una colección de vinilos y kcts digno de un coleccionista senior, empecé a interesarme más en la música de los 60s con los Beatles y los Rolling Stones a la cabeza.
Fue así como me introduje a hurgar en el mundo del flequillo, la filosofía beat, el power flower, la psicodelia, el garage, las bandas surf instrum y todo aquello que suena con fuzztone, tenga cadencia frenética, magia creativa, sonido primitivo y espiritu lisérgico. Vayan mis honores para Link Wray, The Stooges, MC5, The Blues Magoos, Os Mutantes, Count Five, The Who, The Kinks, The Electric Prunes, Chocolate Watchband, ? and the Mysterians, The Sonics,The Thrashmen, Sam The Sham And The Pharaohs, The Shadows, The Ventures, The Chantays, Dick Dale And His Del-Tones y por supuesto: Los Saicos, Laghonia, Traffic Sound, Los Holys, Los Mads y los fabulosos Belkings del Perú. A partir de aqui empieza mi cercanía con el rock nacional de los 60s y ese apetito voraz por conseguir todo acto musical hecho en mi país por aquellos años. Corrían los meses de 1994.
Fue en 1995 que conseguí un cassette de Los Saicos hecho en kilka, era una grabación casera, o sea, alguien tenía en su poder los únicos seis 45 rpm que grabaron Los Saicos en su tiempo de esplendor, traía una portada fotostática en blanco y negro, pero el sonido era por demás, espantoso. ¿Qué podía hacer?, no había registro alguno en el medio, las compañias discográficas no volvieron a editar sus discos, ni siquiera en formato cassette. No había forma, se decía que se habían perdido los masters originales, maldita desidia de algunos connacionales que no apelan a conservar la memoria colectiva de la sociedad. Empezando por el fascista Juan Velasco Alvarado, quien prohibió la organización de conciertos (abortó el de Santana en 1973, el primero internacional que iba a realizarse en Sudamerica)y según tengo entendido ordenó que se quemaran todos los archivos musicales de televisión, por considerar al rock una manifestación alienante.
En fin, había que ser tocado por dios para tener suerte en encontrar un viejo 45 de la colección saico en Tacora un sacrificado domingo madrugador o quizás en los recovecos de kilka, donde finalmente, fueron a parar los vendedores de long plays que durante los 80s atendían frente a la Universidad Villarreal.
LA REVELACION: CUANDO APARECE EL VINILO ESPAÑOL DE LOS SAICOS
Recuerdo la primera vez que lo ví, la portada del vinilo decía: "Los Saicos: Wild Teen Punk From Peru 1965" y quedé estupefacto, alucinado, ¿cómo lograron editarlo?, ¿cómo consiguieron los masters?, fueron las primeras preguntas que dieron vuelta en mi cabeza. Había llegado un lote de vinilos procedente de España que solo se vendían en GJ Records de galerias Brasil. El propio Galicio, el vendedor, me comentó que sólo se habían producido 500 unidades y él había importado sólo 50. Yo apenas contaba con 20 soles en el bolsillo, el vinilo de Los Saicos editado por el sello electroharmonix, costaba 20 dólares. Le pregunté si podía separarlo con 20 lukas y me atracó. Al dia siguiente lo pagué completo y me lo llevé a casa.
Otra pregunta que se me vino a la mente fue ¿y ahora cómo hago para escuchar éste disco? pues para esos meses de 1999 ya no se le daba uso al tornamesa en casa. Aquel 3 en 1 philips del 74 se encontraba desmantelado, polvoriento y abandonado a su suerte en algún depósito. Tuve que limpiarlo, abrirlo, aceitarlo, probarlo una y otra vez hasta que funcionara, así es la mecánica, pequeños golpes también servían. Hasta que logré repararlo. El disco se escuchaba estupendo, que diferencia con aquella cinta horrible que tuve anteriormente, recuerdo que la boté a la basura.
Esa fue la primera vez que pude conseguir datos más concretos que me aproximaron al mito saico como el efecto de un imán. Habían sido muy populares en las matinales y en los programas de televisión de la época, sin embargo con el paso del tiempo, fueron adquiriendo un aura de malditismo y misterio muy underground. Eso fue quizás lo que impulsó a mucha gente a descubrir el mito. Recuerdo haber leido un artículo en una Ave Rok de 1985 donde por primera vez se hablaba de Los Saicos, decían que eran los primeros punks latinoamericanos y desde entonces no encontré más información al respecto.
Sabía por ejemplo, que Eutanasia, una de las bandas protagonistas de la explosión del rock subeterráneo de los 80s, tocaba "Demolición" como parte de su repertorio. En los 90s, fueron los Voz Propia y Leusemia quienes se atrevieron a tocar una nueva versión de la misma. Y yo, seguía buscando información de Los Saicos.
El texto firmado por Paul Hurtado de Mendoza en octubre de 1998 y que aparece en la contraportada del vinilo citado, ayudó considerablemente a destapar ciertas interrogantes que perduraron hasta ese entonces durante más de tres décadas.
"Cuando aparecieron en las matinales del cine Colón", comenta Hurtado, "fue el escandalo; tenían ese aire de malditismo y crudeza que conservan sus canciones casi 35 años después de haber sido concebidas!!!!, Sí todavía produce escalofríos escuchar "Cementerio" o "El entierro de los gatos"; historias tenebrosas adornadas con ruidos, gritos y efectos ideales para amantes de las noches sin luna, ó la brutalidad de sus canciones "romanticas" como "Come On" o "te Amo", imaginar lo que aquello fue en su momento".
QUE SIGNIFICA PROTO PUNK?
Los Saicos, cuarenta años después siguen generando polémicas. Cuando la revista Billboard calificó a los cuatro de Lince como una banda Proto Punk, se desataron interminables discusiones en la red. ¿Fueron Los Saicos la primera banda punk de la historia del rock?. Antes de contestar ésta pregunta, existen precedentes que sería bueno conocer ante tanta confusión desperdigada en los foros. Se piensa que Proto Punk es un estilo de musica. Error!!!, Proto Punk es una etapa de la historia del rock que agrupa a esas bandas inclasificables e innovadoras que surgieron en los primeros años de la década del 60.
El término no describe a un género musical sino a un grupo de bandas que no tenían un sonido específico. No fue un movimiento musical propiamente dicho. Las bandas que son clasificadas de ésta manera fueron inclasificables en su momento y esto no cambió hasta una década después con el surgimiento del punk a mediados de los 70s en Nueva York y Londres, simultáneamente.
Las bandas Proto Punk, tenían actitud, presentaban un sonido y letras desafiantes para las modas y tendencias de su época, ésto los llevó a un lugar marginal dentro de la escena y la industria. Gran parte de ellas fueron ignoradas en su momento y no revalorizadas hasta mediados de la década del 70 cuando la escena punk comenzaba a tomar forma con los Sex Pistols y los Ramones a la cabeza.
Las primeras bandas proto-punk surgieron en 1964. Estaban The Sonics en Seattle, The Seeds en Los Angeles. En Lima, Perú, fueron Los Saicos quienes con letras tétricas, acordes simples pero con un sonido sucio de guitarras recargadas y alaridos salvajes dieron forma a un estilo de música que años después se denominaría Psychobilly, muy emparentado con los estilos: garage y punk propiamente dicho.
Ese mismo año aparecen en la escena de Nueva York, los The Velvet Underground liderados por Lou Reed quien escribía polémicas letras, y destacaban por su pionero uso del feedback, la distorsión y su impredecible experimentalismo. Sin embargo tardarían 3 años en editar su primer disco: The Velvet Underground and Nico.
En esa época también podemos considerar proto-punk al Surf rock californiano, caracterizado por su velocidad, experimentalismo y primitivismo. Especialmente podemos mencionar a la canción Surfin' bird de The Trashmen, versionada contundentemente por los Ramones en su celebrado album "Rocket to Russia".
La escena de Detroit fue esencial para el proto-punk con cuatro bandas de gran importancia; The Stooges, MC5, ? and The Mysterians y Destroy All Monsters. Estas bandas se encargaron de agregar ese punche guitarrero y poderoso que necesitaba el rock n roll antes de aparecer el punk. El rock de garage fue otra gran influencia con bandas como The Flaming Groovies que fue reivindicada con el surgimiento del punk. Caben en éste período las bandas de principios de los 70s, como los New York Dolls quienes tenían un estilo de toque muy similar al de los Rolling Stones y poseían una imagen glamourosa que pocos años después produciría mucha influencia en artistas como T-Rex, Slade, Gary Glitter y David Bowie, máximos exponentes del glam rock, fuertes influencias de los primeros artistas punk.
Publicado en el blog "Por la ruta del Beatnik"
Los Cuervos
La historia contada por uno de sus protagonistas 35 años después.
Por Peter Lage
Eran los años 65-66 y andaba de solista con mi guitarra por las matinales donde conocí a Pepe Cipolla (Pepe cantaba en todas “El rock de la cárcel”). Por esos años Carlos y Yo nos unimos para hacer algo de música. Pepe, en sus comienzos, había sido promocionado como el Teenager de La Nueva Ola Peruana. Para el año 1968 quería cambiar su imagen de nuevaolero a algo más moderno... pensó que cantar acompañado de un grupo de rock sería un buen cambio.
Cuando nos plantea la idea y ofrece recomendarnos a Panamericana de Televisión en ese entonces canal 5, nos reunimos para escoger un nombre, se selecciona Los Cuervos, posteriormente ingresan al grupo Cesar y Jorge. Dicho sea de paso, Los Cuervos fueron el primer grupo en usar un nombre en Castellano, por lo menos así lo reseña la prensa de la época (OJO.- Lima, Jueves 7 de Noviembre de 1968). Debutamos acompañando a Pepe en el programa Ritmolandia; aunque inicialmente fuimos promocionados como "Pepe Cipolla y Los Cuervos", es bueno aclarar que Pepe no fue integrante de Los Cuervos ni nosotros fuimos el conjunto de Pepe. Fuimos dos entidades independientes que un tiempo caminamos juntas pero después cada una de las partes siguió su propio rumbo.
Originalmente nos contrató Odeón para grabar un álbum con Pepe, entre las cláusulas del contrato se incluyó la obligación de grabar como mínimo un disco de Los cuervos. Grabamos el álbum de larga duración “Pepe Cipolla y Los Cuervos”, luego vendría el 45 rpm de Los Cuervos... “Cuando te canses y Probemos otra vez”; aparte y como músicos, varios de nosotros participamos en algunas grabaciones como staff de la disquera.
Durante el primer año de contrato exclusivo con Panamericana de TV actuamos acompañando a Pepe en todos o casi todos los programas musicales del canal, los nombres de esos programas musicales son mencionados en Perú y su Baúl de los recuerdos los años 60´s, el único que viene a mi memoria es "El show de Tulio Loza" ya que al final de la actuación sonaba una ráfaga de ametralladora y teníamos que tirarnos al suelo fingiendo estar muertos, lo recuerdo por que era complicado hacerlo sin dañar los instrumentos. Practicamos un par de veces para no malograr nuestras guitarras.
Los Cuervos y Pepe Cipolla
En el 69 surge la remota posibilidad de viajar a Venezuela y actuar en "El Show de Reny Otolina", para la época, el show musical más importante de la televisión venezolana. Reunidos para tratar acerca de esto, aparecen las primeras diferencias entre Pepe Cipolla y Los Cuervos, diferencias que al poco tiempo producen la separación de Pepe por un lado como el solista que siempre fue y Los Cuervos por el suyo.
Como staff del canal 5 viajamos a muchos sitios grabando programas; en una ocasión y en un día, en Pucusana, grabamos toda una semana del programa del medio día que animaba el rey de los chistes malos... el chileno Maluenda; cambiábamos de ropa continuamente para que el público pensara que el programa era en vivo. Los Cuervos tocamos juntos poco tiempo, se puede decir que nuestra época como tal duró parte del 68, el 69 y parte del 70 (algo más de 2 años).
No estoy muy seguro de por qué se disolvió el grupo. Creo que fue por agotamiento físico y aburrimiento, éramos los músicos de staff de un programa que se transmitía todos los Domingos en la mañana por Panamericana de TV, durante la semana pre-grabábamos el sonido (acompañamiento) para todos los artistas que actuarían en el siguiente programa y en el orden en que actuarían (ese orden no se podía modificar por que se grababa en cinta de carrete), trabajábamos los Sábados hasta altas horas de la madrugada y luego teníamos que ir al canal a la presentación del Domingo en vivo; una vez llegamos al canal después de la hora en que nos tocaba la presentación, la televisora, para salvar el momento, puso a las bailarinas del programa bailando con la música de Los Cuervos de fondo; eso precipitó que no se renovara contrato con la televisora por el tercer año consecutivo. Decidimos descansar un tiempo y nunca más nos volvimos a reunir como grupo.
En su momento los integrantes del grupo seguimos nuestros propios caminos, Carlos se unió a Los Steivos; Chacho pasó a Los Silvertons; Chip emigró a USA (anteriormente había sido reemplazado por el chino Alfredo Binda en el órgano); por mi parte toqué un tiempo con Los Silvertons y luego en otros grupos; trabajé con varios de los músicos más importantes de la época en asociaciones de fin de semana (animar fiestas) hasta mi salida del país.
Desconozco a que se dedican ahora los otros ex integrantes del grupo, salí del Perú hace más de 30 años con rumbo a Venezuela y perdí todo contacto. En los últimos tiempos estoy tratando de reencontrar antiguas amistades buscando por Internet, no solo a Los Cuervos si no a todas aquellas personas con las que compartí esos dorados años 60. Si eres una de esas personas y deseas comunicarte conmigo... envíame un mensaje, será muy interesante tener nuevamente contacto. (Peter Lage: bajista de Los Cuervos)
Peter Lage y un amigo.
Por Peter Lage
Eran los años 65-66 y andaba de solista con mi guitarra por las matinales donde conocí a Pepe Cipolla (Pepe cantaba en todas “El rock de la cárcel”). Por esos años Carlos y Yo nos unimos para hacer algo de música. Pepe, en sus comienzos, había sido promocionado como el Teenager de La Nueva Ola Peruana. Para el año 1968 quería cambiar su imagen de nuevaolero a algo más moderno... pensó que cantar acompañado de un grupo de rock sería un buen cambio.
Cuando nos plantea la idea y ofrece recomendarnos a Panamericana de Televisión en ese entonces canal 5, nos reunimos para escoger un nombre, se selecciona Los Cuervos, posteriormente ingresan al grupo Cesar y Jorge. Dicho sea de paso, Los Cuervos fueron el primer grupo en usar un nombre en Castellano, por lo menos así lo reseña la prensa de la época (OJO.- Lima, Jueves 7 de Noviembre de 1968). Debutamos acompañando a Pepe en el programa Ritmolandia; aunque inicialmente fuimos promocionados como "Pepe Cipolla y Los Cuervos", es bueno aclarar que Pepe no fue integrante de Los Cuervos ni nosotros fuimos el conjunto de Pepe. Fuimos dos entidades independientes que un tiempo caminamos juntas pero después cada una de las partes siguió su propio rumbo.
Originalmente nos contrató Odeón para grabar un álbum con Pepe, entre las cláusulas del contrato se incluyó la obligación de grabar como mínimo un disco de Los cuervos. Grabamos el álbum de larga duración “Pepe Cipolla y Los Cuervos”, luego vendría el 45 rpm de Los Cuervos... “Cuando te canses y Probemos otra vez”; aparte y como músicos, varios de nosotros participamos en algunas grabaciones como staff de la disquera.
Durante el primer año de contrato exclusivo con Panamericana de TV actuamos acompañando a Pepe en todos o casi todos los programas musicales del canal, los nombres de esos programas musicales son mencionados en Perú y su Baúl de los recuerdos los años 60´s, el único que viene a mi memoria es "El show de Tulio Loza" ya que al final de la actuación sonaba una ráfaga de ametralladora y teníamos que tirarnos al suelo fingiendo estar muertos, lo recuerdo por que era complicado hacerlo sin dañar los instrumentos. Practicamos un par de veces para no malograr nuestras guitarras.
Los Cuervos y Pepe Cipolla
En el 69 surge la remota posibilidad de viajar a Venezuela y actuar en "El Show de Reny Otolina", para la época, el show musical más importante de la televisión venezolana. Reunidos para tratar acerca de esto, aparecen las primeras diferencias entre Pepe Cipolla y Los Cuervos, diferencias que al poco tiempo producen la separación de Pepe por un lado como el solista que siempre fue y Los Cuervos por el suyo.
Como staff del canal 5 viajamos a muchos sitios grabando programas; en una ocasión y en un día, en Pucusana, grabamos toda una semana del programa del medio día que animaba el rey de los chistes malos... el chileno Maluenda; cambiábamos de ropa continuamente para que el público pensara que el programa era en vivo. Los Cuervos tocamos juntos poco tiempo, se puede decir que nuestra época como tal duró parte del 68, el 69 y parte del 70 (algo más de 2 años).
No estoy muy seguro de por qué se disolvió el grupo. Creo que fue por agotamiento físico y aburrimiento, éramos los músicos de staff de un programa que se transmitía todos los Domingos en la mañana por Panamericana de TV, durante la semana pre-grabábamos el sonido (acompañamiento) para todos los artistas que actuarían en el siguiente programa y en el orden en que actuarían (ese orden no se podía modificar por que se grababa en cinta de carrete), trabajábamos los Sábados hasta altas horas de la madrugada y luego teníamos que ir al canal a la presentación del Domingo en vivo; una vez llegamos al canal después de la hora en que nos tocaba la presentación, la televisora, para salvar el momento, puso a las bailarinas del programa bailando con la música de Los Cuervos de fondo; eso precipitó que no se renovara contrato con la televisora por el tercer año consecutivo. Decidimos descansar un tiempo y nunca más nos volvimos a reunir como grupo.
En su momento los integrantes del grupo seguimos nuestros propios caminos, Carlos se unió a Los Steivos; Chacho pasó a Los Silvertons; Chip emigró a USA (anteriormente había sido reemplazado por el chino Alfredo Binda en el órgano); por mi parte toqué un tiempo con Los Silvertons y luego en otros grupos; trabajé con varios de los músicos más importantes de la época en asociaciones de fin de semana (animar fiestas) hasta mi salida del país.
Desconozco a que se dedican ahora los otros ex integrantes del grupo, salí del Perú hace más de 30 años con rumbo a Venezuela y perdí todo contacto. En los últimos tiempos estoy tratando de reencontrar antiguas amistades buscando por Internet, no solo a Los Cuervos si no a todas aquellas personas con las que compartí esos dorados años 60. Si eres una de esas personas y deseas comunicarte conmigo... envíame un mensaje, será muy interesante tener nuevamente contacto. (Peter Lage: bajista de Los Cuervos)
Peter Lage y un amigo.
martes, 24 de agosto de 2010
¿Por qué se fue? ¿Por qué murió?
Juan Velasco Alvarado
Sobre el ocaso de la primera generación del rock peruano
Por Fidel Gutierrez M.
Es muy simplista atribuir la debacle de la primera generación de bandas del rock peruano a la dictadura de Juan Velasco Alvarado. Por lo general utilizan dicho argumento los miembros de los propios grupos de esa época para justificar su súbito desinterés y falta de visión frente a una escena que, gracias a su comportamiento poco decidido, sucumbió ante el primer embate serio que sufrió.
Nadie habla del tema de fondo: la falta de identificación entre músicos de rock y su audiencia. Hablo de identificación verdadera, de esa comunión intelectual y de valores que caracterizó a la cultura rock en esos, sus años formativos.
Lo que pasó aquí fue lo siguiente: un puñado de grupos empezó a cantar en inglés con el objeto de "distinguirse" de los "nuevaoleros". Contrariamente a lo que ocurrió en otros países latinoamericanos, aquí en Perú los grupos de rock empezaron cantando en castellano y traducían los éxitos anglos a nuestro idioma.
Cuando la escena había crecido de forma impresionante y el nivel cualitativo era el mejor de Sudamérica (y podemos discutir ampliamente este punto en otro momento) los miembros de los grupos más notorios y populares optan por el “original” camino de cantar en inglés.
Esto puede parecer un simple detalle, pero el que haya pasado en un momento en el cual esta movida se hallaba en plena formación fue letal. De pronto se perdió la oportunidad de crear referentes generacionales (canciones) y de establecer claramente posiciones, más allá de las de dejarse la peluca o ser "hippie" de fin de semana. No importó decir algo. Todo se diluyó en poses y en el placer arribista de formar parte de una élite.
Resulta curioso que ello ocurriera, dada la pluralidad existente en la escena rock de la década del 60; una etapa en la cual en cada provincia, en cada barrio – incluso en aquellos de extracción socioeconómica más modesta -, existía por lo menos una banda de rock de buen nivel (emblemático es el caso de Los York’s, grupo de beat sicodélico proveniente del ahora tugurizado distrito limeño del Rímac, que fue uno de los mejores de la época, como lo demuestran los cuatro discos que editaron).
Los festivales juveniles de la época (conocidos como matinees, por realizarse en cines los fines de semana y tras la proyección de una película) mostraban en sus cárteles esta gran diversidad. En ellos todos compartían escenario bandas y solistas de lo más disímiles, sin distinción de origen, capacidad adquisitiva o raza.
Sería en los 70s cuando el rock se convertiría en patrimonio de elites por diversos factores, entre ellos uno que puede atribuirse directamente al régimen dictatorial militar: la aplicación de elevados aranceles e impuestos a la importación de instrumentos musicales, considerados por el gobierno como artículos de lujo, accesibles a partir de entonces solo para una minoría.
Gobierno militar de Velasco, Primera Fase
Curiosamente, los "viejos roqueros" que atribuyen al velascato la decadencia del género en el Perú nunca mencionan este factor, consecuencia del proteccionismo aplicado a favor de la industria nacional; pero sí otros, de índole cultural (la ideología izquierdista y de reivindicación nacionalista propugnada por los militares) y hasta racial, desnudando con ello rasgos característicos de la sociedad peruana, como los de la discriminación y el arribismo.
Sobre este punto vale detenerse ya que allí se encuentran ciertas claves para entender mejor el proceso de desintegración de una manifestación artística y cultural tan poderosa como el auroral rock peruano; una expresión juvenil truncada justo en el momento en que tenía todo lo necesario para continuar su desarrollo y asentarse como medio de expresión generacional y hasta como una boyante industria.
Desde la época incaica, la sociedad peruana siempre ha presentado una fuerte segmentación. El imperio inca, tan grande y poderoso según lo presentan los textos escolares, fue construido en base a la imposición, a la conquista. Los quechuas – la etnia más numerosa y avanzada de los andes – sometieron a todos los pueblos, generando en varios de estos resentimiento y rebeldía. Por tal motivo, uno de ellos, los huancas, no dudó en aliarse a los españoles cuando estos llegaron, en 1535, para luchar contra sus opresores incas.
La independencia no cambiaría las cosas: manejada desde las elites criollas, su influjo no fue percibido concretamente por las clases media y baja. Esta última sobrellevó hasta bien entrado el siglo XIX el peso de la explotación de los indios y el de la esclavitud de los negros.
Esta forzada segmentación étnica y un sistema educativo que, a pesar de todas las reformas, privilegiaba jerarquías y castas tanto en la forma como en el contenido, moldearon una sociedad profundamente fragmentada, que es la que existe actualmente; en la cual cada grupo vela por sus propios intereses, buscando escalar peldaños y estatus para distinguirse de los demás y soslayando en el camino objetivos que deberían ser comunes en la estructuración de una nación. Y el rock peruano, pese a la rebeldía que en determinado momento empezaron a predicar sus cultores, no escapó en lo absoluto a dicho influjo.
Paradójicamente, el comportamiento del régimen velasquista no fue la excepción en ese sentido. Propugnar una radical (y desordenada) reforma del Estado, así como la reinvindicación de la masa campesina, integrada mayoritariamente por las etnias quechua, aymara y mestiza, generó los recelos de las clases dominantes, criollas y blancas, con las cuales hizo pocos esfuerzos de conciliación.
En ese contexto, la suspensión del concierto de Santana en Lima, producida en diciembre de 1971, y que para un sector representa el punto de partida de la decadencia del rock en el Perú, ejemplifica muy bien este escenario de enfrentamiento de idiosincrasias.
Sobre este episodio y acerca de la inmediata expulsión del grupo del país se han tejido decenas de versiones, entre ellas aquella que la atribuye a la negativa de los visitantes de satisfacer el afán de un militar miembro del gobierno de contar con sus servicios (gratuitos) para la fiesta de cumpleaños de su hijo.
La más fundamentada hasta el momento es la que atribuye la cancelación a la férrea oposición de sectores estudiantiles de izquierda (el recital se iba a efectuar en el estadio de la Universidad estatal de San Marcos) y a la escandalizada reacción mediática hacia el comportamiento de los músicos – Lima aun era una aldea que, a duras penas, soportaba el pelo largo y el olor a marihuana.
Súmense a ello aspectos menos públicos, como el que la organización del concierto estuviera a cargo de Peter Koechlin y sus amigos; entonces jóvenes idealistas, sin duda, pero de ascendencia extranjera e identificados con ese sector social privilegiado frente al cual el velasquismo se alzaba en plan reinvindicativo. Así, paradójicamente, una banda eminentemente mestiza como Santana (que atravesaba su mejor momento, lejos del soporífero misticismo y el virtuosismo que la caracterizarían luego) fue la carne de cañón en esta guerra.
TelegraphAvenue
Otro punto al que apelan quienes consideran a Velasco como el “verdugo del rock peruano”, es el de la desaparición de las “matinees”. Correcto: hubo un hostigamiento plasmado en la negativa de licencias para la realización de estos conciertos, pero también debe considerarse que el esquema de estos (proveniente de la vieja escuela del show business) iba quedando desfasado frente a las nuevas corrientes ideológicas y libertarias que se apoderaban del rock, las cuales privilegiaban festivales esporádicos y más abiertos, en los que poco espacio pudieran haber tenido los baladistas o grupos melódicos que, junto a bandas más agresivas, también protagonizaban dichos recitales.
De otro lado, el auge de los ritmos tropicales modernos (nueva cumbia, salsa) y la plena identificación de estos con la población rural que, al amparo de las facilidades y el discurso velasquista, empezaba a emigrar con mayor fuerza hacia las ciudades, se convirtió en otra excusa para el divisionismo. Así, para muchos músicos, el declive del rock peruano también se debió a “los privilegios” y al protagonismo que la población mestiza ganó en los centros urbanos gracias a las medidas de tendencia reivindicativa del gobierno militar de Velasco.
Resultan ilustrativas en ese contexto las declaraciones dadas en 1999 por integrantes del grupo Frágil, uno de los más competentes de las últimas dos décadas, cultor de una onda progresiva que le debe mucho al Genesis de los 70s.
Entrevistados por el suplemento Visto y Bueno del diario El Comercio (30 de julio de 1999) con motivo del retorno de su formación original, repitieron en determinado momento la consabida afirmación de que la dictadura de Velasco estancó al rock nacional. El reportero retrucó que en Argentina el género sobrevivió pese a regímenes dictatoriales verdaderamente sangrientos. “Es que ellos tienen una raza más homogénea, mientas que los limeños éramos invadidos por los pueblos de los alrededores”, dijo el tecladista, a lo que el guitarrista añadió: “La indiada, compadre”. Nuevamente el tecladista: “Como sea. Fue un choque total, y desapareció la clase media”.
Estas palabras reflejan el sentir de muchos viejos músicos pertenecientes a los estratos sociales más pudientes, que rehuyen la autocrítica y que utilizan prejuicios enraizados en el inconsciente colectivo urbano, como el racismo y la discriminación, para justificar sus culpas y falta de ímpetu; esos mismos elementos que los llevaron a encerrarse en pequeños círculos, a privilegiar la emulación y no la creación y el discurso – sea este de cualquier tendencia –, y a buscar a toda costa acceder a elites, incluso aquellas más inalcanzables (Ejemplo de ello es la posición de Traffic Sound, una de las bandas más notables de la era psicodélica, de menospreciar los escenarios locales para intentar proyectarse hacia el mercado anglosajón y buscar allí el superestrellato, según cuenta su líder Manuel Sanguinetti en el libro Alta Tensión: Los Cortocircuitos del Rock Peruano, del filósofo Pedro Cornejo – Emedece Ediciones, 2000)
De haberse mantenido en la lucha, de haber asumido con valentía que el rock no era ya más un mero género musical o un ritmo del momento, sino – y me van a disculpar los clichés - un sentimiento y una forma de vida, otra hubiese sido la historia. El rock - como ocurrió en Argentina, por ejemplo - habría pasado a ser parte de la cultura popular peruana y no una moda a la cual la masa abandonó al no encontrar en ella un punto de identificación y sí mucha pose y clasismo.
¿Qué podía decirle a un joven peruano la abigarrada lírica de Laghonia o Traffic Sound, si esta se mostraba en un idioma distinto al utilizado cotidianamente? ¿Qué punto de referencia con la realidad peruana podían tener los impecables covers de Hendrix, Procol Harum o Iron Butterfly ejecutados por bandas como The (St. Thomas) Pepper Smelter y Los Nuevos Shain’s? Frente a tanta alienación, solo unos cuantos (los folkies de El Polen entre ellos) buscaron decir algo con un lenguaje propio.
Si todos, o por lo menos la mayoría de bandas de la época hubieran tomado ese camino, ningún tipo de represión – ideológica o física – o traba (como las que les puso el velascato) podría haber borrado sus huellas. Si la gente se conformó con el súbito declive de una escena hasta entonces vigorosa fue porque no encontró ninguna respuesta en sus músicos, en sus artistas. Y por eso emigró (junto con los mismos músicos) hacia otros géneros, mucho más próximos a sus vivencias, como, por ejemplo, la cumbia, un campo de experimentación tremenda en esos años, con la introducción de guitarras eléctricas en su estructura.
Los Destellos
Muchos artistas también optaron por ese camino, deseosos de experimentar ritmos y acordes de naturaleza más espontánea que el rock que se hacía entonces, repleto de discursos importados y temas de otros (la alienación llegó a tal extremo que en los 70s muchos medían la calidad de los grupos por la capacidad de estos de imitar a sus contrapartes del "primer mundo" no solo en lo musical, ¡sino también en vestimenta y rostros!!!). Todo esto explicaría por qué se ha incluido a Los Mirlos, un grupo de cumbia, al final del disco recopilatorio Back To Perú. Un detalle simbólico, sin duda, de parte de Rafael Hurtado de Mendoza, compilador de la que, hasta el momento, es la mejor antología del primer rock peruano, y uno de los responsables de Rock del Sur, una de las publicaciones más lúcidas dedicadas al género durante los 70.
En ese contexto, el rock peruano no volvería a levantar la cabeza hasta mediados de los 80s, animado por numerosas bandas formadas bajo el influjo del punk y su discurso nihilista y contestatario. Aquí también se levantaron las voces de protesta de los mismos que dejaron morir el sueño diez años atrás. Ellos fueron los primeros en acusar a los nuevos grupos de “improvisados”, “impresentables” y “poco profesionales” sin tomar en cuenta el trasfondo social y artístico de toda esa espontánea movida.
El tiempo pondría las cosas en su sitio: la generación de bandas “subterráneas” o “alternativas” de los 80s y sus sucedáneas, provenientes de todos los estratos sociales del país, contribuyeron, con la fuerza de sus convicciones, a reintroducir el rock en la cultura popular del Perú. La masiva convocatoria actual de Leusemia es ejemplar por haberse labrado independientemente, así no compartamos la evolución y posturas que propugna.
Mientras tanto, las generaciones anteriores continúan relegadas a un olvido que de alguna manera resulta injusto, dado el nivel cualitativo de varias de sus bandas y discos. Hoy estos son más apreciados en las ferias de coleccionistas fetichistas que en la cabecera de los aficionados a la música. Que rollos como este – bastante extenso, recién me doy cuenta, pero abierto a cualquier observación o atingencia – sirvan para no olvidarlos y para recordarlos – a ellos y a sus autores - con sus virtudes y falencias. La historia del rock, por lo menos en el Perú, ya no aguanta más maquillaje.
Publicado en el blog Esculpiendo Milagros
Sobre el ocaso de la primera generación del rock peruano
Por Fidel Gutierrez M.
Es muy simplista atribuir la debacle de la primera generación de bandas del rock peruano a la dictadura de Juan Velasco Alvarado. Por lo general utilizan dicho argumento los miembros de los propios grupos de esa época para justificar su súbito desinterés y falta de visión frente a una escena que, gracias a su comportamiento poco decidido, sucumbió ante el primer embate serio que sufrió.
Nadie habla del tema de fondo: la falta de identificación entre músicos de rock y su audiencia. Hablo de identificación verdadera, de esa comunión intelectual y de valores que caracterizó a la cultura rock en esos, sus años formativos.
Lo que pasó aquí fue lo siguiente: un puñado de grupos empezó a cantar en inglés con el objeto de "distinguirse" de los "nuevaoleros". Contrariamente a lo que ocurrió en otros países latinoamericanos, aquí en Perú los grupos de rock empezaron cantando en castellano y traducían los éxitos anglos a nuestro idioma.
Cuando la escena había crecido de forma impresionante y el nivel cualitativo era el mejor de Sudamérica (y podemos discutir ampliamente este punto en otro momento) los miembros de los grupos más notorios y populares optan por el “original” camino de cantar en inglés.
Esto puede parecer un simple detalle, pero el que haya pasado en un momento en el cual esta movida se hallaba en plena formación fue letal. De pronto se perdió la oportunidad de crear referentes generacionales (canciones) y de establecer claramente posiciones, más allá de las de dejarse la peluca o ser "hippie" de fin de semana. No importó decir algo. Todo se diluyó en poses y en el placer arribista de formar parte de una élite.
Resulta curioso que ello ocurriera, dada la pluralidad existente en la escena rock de la década del 60; una etapa en la cual en cada provincia, en cada barrio – incluso en aquellos de extracción socioeconómica más modesta -, existía por lo menos una banda de rock de buen nivel (emblemático es el caso de Los York’s, grupo de beat sicodélico proveniente del ahora tugurizado distrito limeño del Rímac, que fue uno de los mejores de la época, como lo demuestran los cuatro discos que editaron).
Los festivales juveniles de la época (conocidos como matinees, por realizarse en cines los fines de semana y tras la proyección de una película) mostraban en sus cárteles esta gran diversidad. En ellos todos compartían escenario bandas y solistas de lo más disímiles, sin distinción de origen, capacidad adquisitiva o raza.
Sería en los 70s cuando el rock se convertiría en patrimonio de elites por diversos factores, entre ellos uno que puede atribuirse directamente al régimen dictatorial militar: la aplicación de elevados aranceles e impuestos a la importación de instrumentos musicales, considerados por el gobierno como artículos de lujo, accesibles a partir de entonces solo para una minoría.
Gobierno militar de Velasco, Primera Fase
Curiosamente, los "viejos roqueros" que atribuyen al velascato la decadencia del género en el Perú nunca mencionan este factor, consecuencia del proteccionismo aplicado a favor de la industria nacional; pero sí otros, de índole cultural (la ideología izquierdista y de reivindicación nacionalista propugnada por los militares) y hasta racial, desnudando con ello rasgos característicos de la sociedad peruana, como los de la discriminación y el arribismo.
Sobre este punto vale detenerse ya que allí se encuentran ciertas claves para entender mejor el proceso de desintegración de una manifestación artística y cultural tan poderosa como el auroral rock peruano; una expresión juvenil truncada justo en el momento en que tenía todo lo necesario para continuar su desarrollo y asentarse como medio de expresión generacional y hasta como una boyante industria.
Desde la época incaica, la sociedad peruana siempre ha presentado una fuerte segmentación. El imperio inca, tan grande y poderoso según lo presentan los textos escolares, fue construido en base a la imposición, a la conquista. Los quechuas – la etnia más numerosa y avanzada de los andes – sometieron a todos los pueblos, generando en varios de estos resentimiento y rebeldía. Por tal motivo, uno de ellos, los huancas, no dudó en aliarse a los españoles cuando estos llegaron, en 1535, para luchar contra sus opresores incas.
La independencia no cambiaría las cosas: manejada desde las elites criollas, su influjo no fue percibido concretamente por las clases media y baja. Esta última sobrellevó hasta bien entrado el siglo XIX el peso de la explotación de los indios y el de la esclavitud de los negros.
Esta forzada segmentación étnica y un sistema educativo que, a pesar de todas las reformas, privilegiaba jerarquías y castas tanto en la forma como en el contenido, moldearon una sociedad profundamente fragmentada, que es la que existe actualmente; en la cual cada grupo vela por sus propios intereses, buscando escalar peldaños y estatus para distinguirse de los demás y soslayando en el camino objetivos que deberían ser comunes en la estructuración de una nación. Y el rock peruano, pese a la rebeldía que en determinado momento empezaron a predicar sus cultores, no escapó en lo absoluto a dicho influjo.
Paradójicamente, el comportamiento del régimen velasquista no fue la excepción en ese sentido. Propugnar una radical (y desordenada) reforma del Estado, así como la reinvindicación de la masa campesina, integrada mayoritariamente por las etnias quechua, aymara y mestiza, generó los recelos de las clases dominantes, criollas y blancas, con las cuales hizo pocos esfuerzos de conciliación.
En ese contexto, la suspensión del concierto de Santana en Lima, producida en diciembre de 1971, y que para un sector representa el punto de partida de la decadencia del rock en el Perú, ejemplifica muy bien este escenario de enfrentamiento de idiosincrasias.
Sobre este episodio y acerca de la inmediata expulsión del grupo del país se han tejido decenas de versiones, entre ellas aquella que la atribuye a la negativa de los visitantes de satisfacer el afán de un militar miembro del gobierno de contar con sus servicios (gratuitos) para la fiesta de cumpleaños de su hijo.
La más fundamentada hasta el momento es la que atribuye la cancelación a la férrea oposición de sectores estudiantiles de izquierda (el recital se iba a efectuar en el estadio de la Universidad estatal de San Marcos) y a la escandalizada reacción mediática hacia el comportamiento de los músicos – Lima aun era una aldea que, a duras penas, soportaba el pelo largo y el olor a marihuana.
Súmense a ello aspectos menos públicos, como el que la organización del concierto estuviera a cargo de Peter Koechlin y sus amigos; entonces jóvenes idealistas, sin duda, pero de ascendencia extranjera e identificados con ese sector social privilegiado frente al cual el velasquismo se alzaba en plan reinvindicativo. Así, paradójicamente, una banda eminentemente mestiza como Santana (que atravesaba su mejor momento, lejos del soporífero misticismo y el virtuosismo que la caracterizarían luego) fue la carne de cañón en esta guerra.
TelegraphAvenue
Otro punto al que apelan quienes consideran a Velasco como el “verdugo del rock peruano”, es el de la desaparición de las “matinees”. Correcto: hubo un hostigamiento plasmado en la negativa de licencias para la realización de estos conciertos, pero también debe considerarse que el esquema de estos (proveniente de la vieja escuela del show business) iba quedando desfasado frente a las nuevas corrientes ideológicas y libertarias que se apoderaban del rock, las cuales privilegiaban festivales esporádicos y más abiertos, en los que poco espacio pudieran haber tenido los baladistas o grupos melódicos que, junto a bandas más agresivas, también protagonizaban dichos recitales.
De otro lado, el auge de los ritmos tropicales modernos (nueva cumbia, salsa) y la plena identificación de estos con la población rural que, al amparo de las facilidades y el discurso velasquista, empezaba a emigrar con mayor fuerza hacia las ciudades, se convirtió en otra excusa para el divisionismo. Así, para muchos músicos, el declive del rock peruano también se debió a “los privilegios” y al protagonismo que la población mestiza ganó en los centros urbanos gracias a las medidas de tendencia reivindicativa del gobierno militar de Velasco.
Resultan ilustrativas en ese contexto las declaraciones dadas en 1999 por integrantes del grupo Frágil, uno de los más competentes de las últimas dos décadas, cultor de una onda progresiva que le debe mucho al Genesis de los 70s.
Entrevistados por el suplemento Visto y Bueno del diario El Comercio (30 de julio de 1999) con motivo del retorno de su formación original, repitieron en determinado momento la consabida afirmación de que la dictadura de Velasco estancó al rock nacional. El reportero retrucó que en Argentina el género sobrevivió pese a regímenes dictatoriales verdaderamente sangrientos. “Es que ellos tienen una raza más homogénea, mientas que los limeños éramos invadidos por los pueblos de los alrededores”, dijo el tecladista, a lo que el guitarrista añadió: “La indiada, compadre”. Nuevamente el tecladista: “Como sea. Fue un choque total, y desapareció la clase media”.
Estas palabras reflejan el sentir de muchos viejos músicos pertenecientes a los estratos sociales más pudientes, que rehuyen la autocrítica y que utilizan prejuicios enraizados en el inconsciente colectivo urbano, como el racismo y la discriminación, para justificar sus culpas y falta de ímpetu; esos mismos elementos que los llevaron a encerrarse en pequeños círculos, a privilegiar la emulación y no la creación y el discurso – sea este de cualquier tendencia –, y a buscar a toda costa acceder a elites, incluso aquellas más inalcanzables (Ejemplo de ello es la posición de Traffic Sound, una de las bandas más notables de la era psicodélica, de menospreciar los escenarios locales para intentar proyectarse hacia el mercado anglosajón y buscar allí el superestrellato, según cuenta su líder Manuel Sanguinetti en el libro Alta Tensión: Los Cortocircuitos del Rock Peruano, del filósofo Pedro Cornejo – Emedece Ediciones, 2000)
De haberse mantenido en la lucha, de haber asumido con valentía que el rock no era ya más un mero género musical o un ritmo del momento, sino – y me van a disculpar los clichés - un sentimiento y una forma de vida, otra hubiese sido la historia. El rock - como ocurrió en Argentina, por ejemplo - habría pasado a ser parte de la cultura popular peruana y no una moda a la cual la masa abandonó al no encontrar en ella un punto de identificación y sí mucha pose y clasismo.
¿Qué podía decirle a un joven peruano la abigarrada lírica de Laghonia o Traffic Sound, si esta se mostraba en un idioma distinto al utilizado cotidianamente? ¿Qué punto de referencia con la realidad peruana podían tener los impecables covers de Hendrix, Procol Harum o Iron Butterfly ejecutados por bandas como The (St. Thomas) Pepper Smelter y Los Nuevos Shain’s? Frente a tanta alienación, solo unos cuantos (los folkies de El Polen entre ellos) buscaron decir algo con un lenguaje propio.
Si todos, o por lo menos la mayoría de bandas de la época hubieran tomado ese camino, ningún tipo de represión – ideológica o física – o traba (como las que les puso el velascato) podría haber borrado sus huellas. Si la gente se conformó con el súbito declive de una escena hasta entonces vigorosa fue porque no encontró ninguna respuesta en sus músicos, en sus artistas. Y por eso emigró (junto con los mismos músicos) hacia otros géneros, mucho más próximos a sus vivencias, como, por ejemplo, la cumbia, un campo de experimentación tremenda en esos años, con la introducción de guitarras eléctricas en su estructura.
Los Destellos
Muchos artistas también optaron por ese camino, deseosos de experimentar ritmos y acordes de naturaleza más espontánea que el rock que se hacía entonces, repleto de discursos importados y temas de otros (la alienación llegó a tal extremo que en los 70s muchos medían la calidad de los grupos por la capacidad de estos de imitar a sus contrapartes del "primer mundo" no solo en lo musical, ¡sino también en vestimenta y rostros!!!). Todo esto explicaría por qué se ha incluido a Los Mirlos, un grupo de cumbia, al final del disco recopilatorio Back To Perú. Un detalle simbólico, sin duda, de parte de Rafael Hurtado de Mendoza, compilador de la que, hasta el momento, es la mejor antología del primer rock peruano, y uno de los responsables de Rock del Sur, una de las publicaciones más lúcidas dedicadas al género durante los 70.
En ese contexto, el rock peruano no volvería a levantar la cabeza hasta mediados de los 80s, animado por numerosas bandas formadas bajo el influjo del punk y su discurso nihilista y contestatario. Aquí también se levantaron las voces de protesta de los mismos que dejaron morir el sueño diez años atrás. Ellos fueron los primeros en acusar a los nuevos grupos de “improvisados”, “impresentables” y “poco profesionales” sin tomar en cuenta el trasfondo social y artístico de toda esa espontánea movida.
El tiempo pondría las cosas en su sitio: la generación de bandas “subterráneas” o “alternativas” de los 80s y sus sucedáneas, provenientes de todos los estratos sociales del país, contribuyeron, con la fuerza de sus convicciones, a reintroducir el rock en la cultura popular del Perú. La masiva convocatoria actual de Leusemia es ejemplar por haberse labrado independientemente, así no compartamos la evolución y posturas que propugna.
Mientras tanto, las generaciones anteriores continúan relegadas a un olvido que de alguna manera resulta injusto, dado el nivel cualitativo de varias de sus bandas y discos. Hoy estos son más apreciados en las ferias de coleccionistas fetichistas que en la cabecera de los aficionados a la música. Que rollos como este – bastante extenso, recién me doy cuenta, pero abierto a cualquier observación o atingencia – sirvan para no olvidarlos y para recordarlos – a ellos y a sus autores - con sus virtudes y falencias. La historia del rock, por lo menos en el Perú, ya no aguanta más maquillaje.
Publicado en el blog Esculpiendo Milagros
Los Golden Stars
Por Ramiroquai
Hace algún tiempo, me percate que los Golden Stars, eran considerados por muchos como un muy buen grupo instrumental. Y en realidad, buen grupo lo es, sin lugar a dudas, pero no es un grupo netamente instrumental. Los Golden Stars, tienen en su haber, muchos temas cantados. Y es que la confusión empieza, porque algunos de sus mejores temas (y por ende, los más representativos), son instrumentales.
Y es que el error podría ser cometido fácilmente por ese pequeño detalle.
Pero hablemos de ellos: esta banda limeña, se formó a inicios de 1966, y estuvo integrada desde sus inicios por integrantes de 2 grupos diferentes: “Los Dakotas” y “Los Golden Boys”, y éstos eran:
Gilberto Guzmán: Voz y Bajo Electrónico
Ricardo Osores : Primera Guitarra
Jorge Ponce : Órgano electrónico
Carlos Risco : Batería
Con esta formación, empieza lo que sería la travesía de “Los Golden Stars”. Y es que en la época que ellos se juntaron, muchas bandas ya eran aclamadas por el público peruano, así que la tarea era ardua: No iba a ser nada fácil que la gente los reconociera por la música que tocarían. Pero el talento los hizo reconocidos.
Y lo digo, porque “Los Golden Stars”, trabajaron muy duro: ensayos casi diarios, hasta de 8 horas, hicieron del novel grupo, un buen prospecto. Y esa constancia, los llevo a editar lo que sería su primer (y único) Lp, que además, de ser fantástico, tenía un sonido que los hacia diferentes a las otras bandas de esa época.
Y cuál fue el secreto?, pues el órgano electrónico. Y es que este instrumento no era tan explotado por los grupos peruanos de ese entonces.
Pero los “Golden Stars” lo explotó sobriamente. El Lp, titulado simplemente “Ángel”, los lanzaría al estrellato en Lima, y no era para menos. Las radios, no paraban de repetir sus temas a pedido del público. Luego de algunos meses, empezaron a sacar singles cada uno era más aclamado que el anterior. De esta manera, se tenían grandes éxitos como: “Alto!, En nombre del Amor”, “Pasto Verde”, el tema que pone el nombre al LP “Ángel”, por mencionar alguno de ellos.
Los fans de este grupo, los solicitaban a menudo, y es así que el grupo empieza la gira en gran parte del Perú, siendo Lima la más agraciada por sus tocadas, en las ya conocidas matinales limeñas. Además, la juventud de ese entonces, podía verlos muy seguido, gracias a sus presentaciones en televisión, que fueron muchas, las más destacadas realizadas en el canal 4.
Todo eso, hizo que los “Golden Stars” recibieran muchos premios tanto en Lima, como en el interior del país, siendo el más importante, el de la Cadena de Comentaristas de Discos del Perú, el Premio “Naylamp”, entre otros.
Resulta interesante saber, que los “Golden Stars”, interpretaran temas que no entraban dentro del género “rock” propiamente dicho, pero de igual manera, fueron muy bien recibidos: Por mencionar alguno, el tema “El Teru Teru”, se puso muy de moda, en todas las fiestas juveniles, y era infaltable en reuniones sociales, más que todo porque era un ritmo tropical, cosa normal en esa época, ya que muchos grupos de rock, también incursionaban en el género tropical sin ninguna vergüenza ni temor.
Lastimosamente, la banda se desintegra a inicios de los setentas, ya que muchos de ellos seguirían proyectos personales. Algunos de ellos viajaron, pero, uno de ellos, continuaría con un nuevo proyecto. Este sería el primera guitarra, Richard Osores, que formaría con otros, un gran grupo de los setentas: “Ecuación Purpura”.
Lastimosamente, y luego de más de una década de haberse disuelto el grupo, se produce la sensible pérdida de uno de los integrantes del grupo: Gilberto Guzmán, que sería primera voz y bajo de los “Golden Stars”, fallece en Lima el año 1981.
Es de esta manera, que muchos de nuestros viejos rockeros, nos van dejando, y lo más lamentable, es que muchos de ellos no son reconocidos en vida, ya sea por desidia, o por egoísmo de grupos interesados.
Es por eso, que invito a todos, a oír algo de ellos, y apreciar de esta manera, la música que los jóvenes peruanos de finales de los sesentas cantaban. Si tienes menos de 30 años, quizás tus padres recuerden a los “Golden Stars” (cosa que me paso a mí) con mucha nostalgia. Quizás puedas hablar de ellos, con algo de conocimiento. Te puedo asegurar que te llevaras alguna grata sorpresa.
".....y sugiero que el Grupo se llamaría Golden Stars, "Golden" porque yo ya había sido un Golden antes y Stars porque todos deberíamos de llegar a ser unas estrellas, no uno más del montón, sino algo importante, era lo que yo pensaba en ese momento..."
Richard Osores, primera guitarra de los Golden Stars
Publicado en el blog Rock Perú
domingo, 22 de agosto de 2010
Los Steivos
Por Baúl de los Recuerdos
Un día de 1965, Frank Privette buscaba una primera guitarra para crear un conjunto. Fue a la casa de Manolo Ventura, que vivia a pocas cuadras de su casa, al tocar la puerta fue Alex Ventura el que lo atendió. Frank pregunta por Manolo y su hermano Alex le contesta que Manolo ya tenía un conjunto formado (Los Mads). Frank quedó sorprendido y un poco desilusionado y le preguntó a Alex si él sabía tocar. Este le contesto que solo sabia lo básico. Frank le propuso que tocara con él y Alex aceptó la invitación. Así fue como Alex, con la ayuda de Frank Privette, asimiló rápidamente y en cuestion de meses estaba tocando la primera guitarra del conjunto (palabras del propio Alex : crecí musicalmente con Los Steivos).
Los Steivos eran muchachos del mismo vecindario, Lince. El grupo lo conformaban: Frank Privette (Bajo y primera voz), Gustavo Reategui (Baterista), Javier Larrea (2da guitarra y voces), Alex Ventura (1ra guitarra y voces).
Al comienzo practicaban en el garage de un amigo del barrio y su primera presentación en público fue en una fiesta del barrio, y su primera presentación en una Matinal fue en el teatro Country. Frank siempre fue un buen arreglista y compositor del grupo, tenía una increíble habilidad para hacer arreglos y traducir canciones con palabras adecuadas que no alteraban la melodía de las canciones. A Frank, Javier y Alex les gustaban los Beatles y la mayor influencia de Gustavo fue el Jazz.
Un dato muy especial para el "Baul del Recuerdo" de cómo se creo el nombre del grupo Los Steivos: cuenta Alex que inicialmente el grupo se llamaba "los Soviets" pero una noche que se reunieron todos en busca de un nuevo nombre para el conjunto, metiendose al carro de un amigo y estuvieron dialogando y cambiando ideas y buscando nuevos nombres. El nombre "los Soviets" le gustaba mucho a Frank, pero pensaban que no era buena idea tenerlo, pues era un nombre con mucha influencia politica, por eso decidieron cambiarlo. Esa noche, ya muy cerca a la madrugada, alguien propuso poner todos los nombres al revés y a las 6 de la mañana cuando salieron del carro ya tenían decidido que el nombre del grupo era Los Steivos. Los Soviets al revés es Los Steivos.
Hicieron sus presentaciones en canal 4 en "El Ritmo del 4" y antes de las presentaciones hacian las pre-grabaciones con Pepe Ponce y eso dio paso a poder grabar su primer disco 45 rpm. Fue asi en junio de 1966 que grabaron para el sello Riko/DisPeru "Dame un Besito", en el lado A y "Por tu Amor" en el lado B. Meses después grabaron su segundo 45 rpm para el mismo sello: "Tu hombre soy" lado A y "GTO" lado B.
A mediados de 1967, Alex decidió tocar con su hermano Manolo en el grupo "Los Mads" y fue reemplazado por Jose Luis Pereira. Después de su salida de Los Steivos, Alex siempre ha continuado esa amistad y camaradería con los integrantes de Los Steivos, en especial con Frank Privette.
Frank Privette sigue viviendo en Lima y continúa con la musica. Javier Larrea vive en el Cuzco y se dedica a escribir libros acerca de la cultura Inca. Alex Ventura reside en el extranjero, como ejecutivo de una firma americana y sigue haciendo música. Gustavo Reategui reside en Miami y ojalá también siga con la música.
Frank Privette junto a Las Cincodélicas. La jovencita que aparece al lado derecho es Yola Polastri, que tiempo después se convertiría en la famosa Hola Yola.
Publicado en el sitio Baúl de los Recuerdos
Gerardo Manuel Y Los Doltons
Por Gerardo Manuel
Mis queridos lectores, en esta oportunidad les voy a pedir licencia para contarles algunas cosas muy personales. Compartirlas es reforzar el valor que tienen por sí solas, sobre todo si están enfocadas dentro de ese vinculo que nos une y que es LA MÚSICA.
En los albores de la década del 60 se gestó entre nosotros un movimiento musical que había sido sembrado en la segunda mitad de los 50. Los protorockeros, habían seguido las huellas de bandas como Bill Haley & His Comets, Buddy Holly & The Crickets, solistas, como Paul Anka, Neil Sedaka y otros artistas no menos importantes, incluyendo por supuesto a Elvis, Chuck Berry y Little Richard, a los que ya de por sí es innecesario nombrar pues todos los llevamos en el ADN.
Hago esta analogía entre la amistad y la música porque en los 60 toda la gente que compartía la nueva música pertenecía a una extensa cofradía que difícilmente alcanzaría el tiempo necesario para que todos se conocieran entre sí. Sin embargo surgió una forma de aumentar esa posibilidad de acercamiento cuando muchos de sus integrantes se animaron a formar parte de algún un grupo musical. Así surgieron amistades que se consolidaron con y a través del tiempo al margen de los años transcurridos.
En el verano de 1964 fui invitado a un programa de aficionados que se transmitía vía canal 2, entonces Victoria Televisión, cuyo local quedaba en el edificio Cavero Dubois de la avenida Tacna y que luego se convirtió en el cine Imperio. Era uno de los canales que se perfilaba como el más moderno y funcional de su época por sus instalaciones y la calidad de sus producciones. El programa en mención se llamaba “El Show de Sergio” y era conducido y producido por un ciudadano chileno pero peruano de corazón que también era discjockey en una radioemisora adjunta a la empresa Cavero, la conocida Radio Victoria. Sergio Vergara fue uno de los primeros en impulsar el talento nacional a través de sus dos espacios y a la vez era uno de los pioneros en primicias musicales de todas partes del mundo.
En una de las emisiones de “El Show de Sergio” conocí a cuatro muchachos que no eran George, John, Paul y Ringo, sino más bien Tito, Javier, Walter y Fernando, quienes me propusieron formar un grupo musical con ellos y en el que yo sería el cantante. Después de varios ensayos ya estábamos listos para emprender esta aventura musical que se transformó en una banda legendaria en la historia de la música nacional: Los Doltons. En nuestras idas y venidas por canales de televisión, emisoras de radio y actuaciones en vivo en las recordadas matinales, ingresa como una suerte de sexto integrante de la banda un gran amigo, con una voz estupenda y con el cual desde el comienzo quise formar un dúo, al cual le pusimos tentativamente el nombre de “Tom & Jerry”. Este amigo, con el cual nunca llegué a cantar en esa época de manera oficial, es el gran César Ichikawa, quien por circunstancias muy especiales se quedó como cantante de los Doltons cuando los Shains me propusieron grabar con ellos su primer LP. No pudo quedar en mejores manos este lugar en los Doltons pues, al margen de la calidad musical que tenían los muchachos, César poseía un gran registro vocal y una simpatía muy especial para el estilo musical que se propusieron seguir.
Publicado en el blog Disco Club
César Ychikawa y Los Doltons
En términos musicales, la Nueva Ola Peruana significó la llegada de una nueva tendencia; la aparición de un buen número de cantantes y conjuntos nacionales que rápidamente se ganaron el aprecio del público y se convirtieron en ídolos, especialmente de los jóvenes.
En medio de este contexto aparecen Los Doltons, el grupo que con el correr de los años se convertiría en el más importante de la década de los 60, y cuya grandeza se expresa a través de sus canciones que aún se escuchan en las radios locales a pesar del tiempo transcurrido.
Y cuando se habla del conjunto es inevitable mencionar a César Ychikawa, el vocalista, porque a partir de la presencia de este cantante nissei, el grupo comenzó su carrera ascendente hasta conseguir el ansiado renombre.
César nació en 1946 y es el último de los hijos de Yoshimura y Toshiko Ychikawa, inmigrantes procedentes de Yamanashi. Debido a la precaria salud de su esposa, Yoshimura Ychikawa decidió salir de Lima y encontró en Huancayo el lugar ideal para establecerse. Mientras tanto, el pequeño César permaneció en Lima y quedó al cuidado de su tía Maki.
La infancia en Huancayo
A los cuatro años César viaja a Huancayo, ciudad en donde pasaría su niñez y parte de su adolescencia. Allí, encontró una presencia importante de japoneses y una prueba de ello era la formación de clubes de jóvenes. Sin embargo, por razones de edad, él no formaba parte de estos grupos.
El clima de la sierra con sus tardes de lluvia y el frío reinante mostraban un escenario triste en su vida. Refugiado en la casa de la calle Piura, sus actividades se limitaban al juego familiar, a leer los comics de la época y alguna salida al cine. Este tipo de vida estimulaba en César la llegada del verano porque en esas temporadas regresaba a Lima para visitar a sus familiares e ir a la playa
Pero el arte de la música ya empezaba a correr por sus venas. Con sus hermanos en Huancayo solían organizar veladas artísticas para sus padres, además César había aprendido a tocar el acordeón, la armónica, el rondín y además cantaba en el colegio. Todo lo aprendió por cuenta propia, y él mismo afirma: "creo que uno nace con eso, porque desde chico sentí una especie de atracción".
En su casa casi no se escuchaba música en japonés sino preferentemente aquellas canciones que un allegado a la familia llevaba al hogar de los Ychikawa. Pero éstas no eran contemporáneas a la edad de César y por ello creció escuchando los boleros de Los Panchos, algunos tangos, temas de Glen Miller y todas aquellas canciones que escuchaba a través de Radio Huancayo en las tardes mientras hacía sus tareas del colegio.
Para culminar su secundaria, retornó a Lima y fue matriculado en el colegio San Andrés. Allí no tuvo tiempo para establecer grandes amistades debido a que los grupos de amigos ya estaban formados desde hace varios años. Ser callado y tranquilo hizo que buscara amistad en dos o tres amigos solamente, por lo que años más tarde cuando se hizo conocido con Los Doltons, algunos compañeros de aula no podían creer que aquel "chinito" que deleitaba con su melodiosa voz fuera el mismo que habían conocido años atrás.
La universidad y el inicio de su historia musical
Ingresó a la Facultad de Economía de San Marcos en 1964 y a partir de ese momento comienza su historia musical. En lo personal experimentó algunos cambios. Poseía una mayor madurez emocional y se encontraba más adaptado al ambiente limeño. Por eso no fue extraño que formara parte del coro de la universidad, y como miembro de éste, viajó a un festival en Chile en donde recogió bonitas experiencias por el ambiente de camaradería que le tocó compartir. En la clausura del festival, César recuerda que cantó canciones de rock de manera espontánea.
Tuvo como compañero de clase en la universidad a Javier Román, quien lo invitó a asistir a los ensayos con algunos amigos que vivían en Breña y se hacían llamar Los Doltons. Estos eran Roberto Andía, Gerardo Manuel Rojas, Fernando y Walter Bolarte. César aceptó y quedó fascinado desde el primer momento. Esto hizo que sus visitas continuaran y se extendieran hasta acompañarlos en algunas presentaciones. Además, al lado de Los Doltons, entre broma y broma, se animaba a cantar algunos temas, especialmente los de Palito Ortega.
El alejamiento de Gerardo Manuel Rojas, en ese entonces vocalista del conjunto, le abrió la posibilidad de convertirse en el nuevo cantante. Pero esta nueva faceta no le gustó al papá de César y menos aún cuando él y los demás integrantes le pidieron un préstamo para comprar unos amplificadores y guitarras. El préstamo se hizo efectivo, pero previo a ello tuvieron que escuchar un interminable sermón.
Se presentaron ante empresas musicales para grabar un disco y después de muchos intentos fallidos, Los Doltons fueron aceptados para una audición en Sono Radio, días después recibieron la respuesta afirmativa. El primer disco grabado fue un sencillo con los temas "Visión de Otoño" y "Rey Tablista".
El éxito llegó rápidamente
El éxito alcanzado con este disco se constituyó en el primer peldaño de una carrera promisoria e inmediatamente hizo que sus vidas cambiaran. Comenzaron a ser reconocidos y en el escenario se hizo una costumbre escuchar los gritos de la gente proferidos por sus admiradoras.
Las visitas a los programas radiales de Brani Zavala en Radio Atalaya y Enrique Llamosas en Radio Miraflores se multiplicaron, la gente que los escuchaba quería conocerlos y recogiendo el clamor popular, el conjunto comenzó a presentarse en los programas "Cancionísima" con la conducción del recordado Pablo de Madalengoita y la "Revista de los Sábados".
En aquella época ante el escaso número de medios de comunicación, la teleaudiencia se centraba en aquellos programas, por lo que la popularidad del conjunto subió como la espuma, al punto que Panamericana Televisión los contrató como artistas exclusivos por dos años. También son recordadas las matinales de los domingos organizadas por los colegios con presentaciones en los cines Excelsior, Tauro, entre otros. Y tampoco pueden dejarse de mencionar las veces que cantaron en el "Majestic" para los miembros de la colonia peruano japonesa.
Grabaron cinco discos de larga duración lo que representó un amplio repertorio y la mayoría de ellos se convirtieron en grandes éxitos. Temas como "Gloria", "Tema: El Amor", "De Repente Tú Me Amas", "Mi Día Vendrá", y por supuesto, el más conocido de todos "El Último Beso", son las canciones más representativas de este conjunto que rápidamente impactó en el público convirtiéndolos en sus favoritos.
Pero no sólo cantaron en español. Uno de sus temas, "Estrella en la Noche", fue una adaptación de la canción japonesa "Umi Sono Ai" del popular cantante Yuzo Kayama. Cuando la escucharon, Los Doltons decidieron presentarla a Enrique Lynch quien dio el visto bueno para su grabación. El producto final fue un tema, mitad en japonés y la otra en castellano.
Si bien es cierto que el grupo estuvo formado por cinco personas, la figura de César Ychikawa resaltó sobre los demás. Él aporte entregado se basó en su personalidad como vocalista. Al respecto, Walter Bolarte integrante de Los Doltons señala: "Su tono y entonación eran perfectos, aunada a la personalidad que infundía en cada tema. Él no interpretaba los temas en forma mecánica; siempre en cada ocasión, me percataba que lo hacía cada vez mejor, es decir que para él, interpretar un tema era focalizarlo como si fuera la primera vez".
El fin de una etapa y el inicio de otra
César, al igual que algunos miembros del grupo, sabían que la música era un hobby y una actividad paralela a los estudios universitarios. Por eso, estaba cantado de antemano que al dejar la universidad llegaba el momento de decirle adiós al conjunto. Además, la actividad desplegada en esos años fue muy intensa y terminó minando las ganas de continuar.
En una de sus últimas presentaciones en el cine Roma, el propio César admite que mientras cantaba ya no le encontraba sentido a lo que hacía, preguntándose:¿Qué hago aquí?.Por eso, a pesar que el termómetro de la popularidad señalaba que la fiebre por el grupo continuaba, este no fue suficiente para evitar el final anunciado.
Ychikawa tenía planeado viajar al extranjero para practicar comercio internacional y así lo hizo. En 1969 viajó a Estados Unidos en donde permaneció ocho meses. Posteriormente viajó a Japón, lugar en donde sintió el impacto de conocer un país tan diferente al Perú. Volvió a finales de 1972 con la idea de cerrar para siempre el capítulo del canto.
Sin embargo, años más tarde le propusieron la idea de grabar un disco del retorno con Los Doltons. Pero en ese momento no se encontraba Enrique Lynch y la compañía Sono Radio no le puso interés al proyecto. A pesar de ello, el disco se grabó pero los resultados no fueron nada satisfactorios.
A partir de allí en adelante César transitó por caminos diferentes a la música, pero como todo artista no le pudo dar el adiós definitivo. Así, en una oportunidad Yoshi Hirose lo animó a participar en el homenaje a John Lennon, lo cual aceptó y al momento de aparecer ante el público tuvo un cálido recibimiento.
Esta presentación fue una especie de antesala a su reencuentro con Los Doltons en 1999 en un concierto realizado en el Teatro Peruano Japonés. El proyecto le encantó porque le pareció bastante serio y todo caminó de acuerdo a lo planificado.
Demás está decir que este reencuentro significó un éxito rotundo al punto que en un inicio se pensó realizar dos presentaciones, pero las ganas del público por ver a sus ídolos obligaron a los organizadores a programar actuaciones adicionales.
Han pasado más de cuarenta años desde que unos jóvenes decidieron incursionar en el mundo de la música y alcanzaron el éxito. En el caso de César Ychikawa, su paso por Los Doltons significó un cúmulo de experiencias enriquecedoras, siendo las más gratificantes el cariño que hasta hoy le profesan sus admiradores, personas que encontraron en el grupo el modo de expresar sus sentimientos. Y a pesar de los años transcurridos, el aprecio, la emoción por ver a un ídolo de su juventud se mantiene porque cantarle al amor no pasa de moda y además como el propio César Ychikawa define:" El alma no tiene edad".
Publicado en Prensa Nikkei
miércoles, 11 de agosto de 2010
El Rock Enfermo de Los Yorks
Foto La República
Por Jona Castro
Cuando estaba en el colegio, una amiga me comentó que su papá había sido guitarrista de “Los Yorks“, la mejor banda de rock peruano entre los años 1968 y 1971 (título otorgado por la Cacodispe, aparte de un disco de oro). Desde aquella vez quise entrevistarlos.
Los Yorks destruían cada cine en el que se presentaban. Impresionaban y daban miedo, hipnotizaban y reventaban tímpanos. Se presentaban en televisión, en canal 4, “El Show de Elena Cortéz”. Una lástima que todas las cintas que se grabaron de ellos fueron reutilizadas, como me lo comentó Rulli Rendo hace poco, durante la dictadura militar. Y las cintas que quedaron fueron llevadas a un almacen en Ancón donde la húmedad hizo lo que mejor sabe hacer: jodernos a los limeños.
Si bien en los últimos años se ha dado un redescubrir del rock peruano de las décadas de 1960 y 1970, dos eventos han revitalizado a los Yorks. El primero es la edición de un compilado de los mejores temas que grabaron entre 1967 y 1974 hecho por Munster Records en España. Y el segundo es la edición del libro “Demoler”, de Carlos Torres Rotondo en la que narra un capítulo sobre la historia de estos 5 tipazos.
A raíz del catastrófico reportaje sobre la historia del rock peruano que hizo Punto Final, contacté con Román Palacios (ex guitarra), y de ahí con Pacho Aguilar (ex batería), Jesús Vílchez (ex bajo) y Walter Paz (ex guitarra). Una lástima que Pablo Luna (ex vocalista) se encuentre en España
Entrevista - Parte 1
Entrevista - Parte 2
Por Jona Castro
Cuando estaba en el colegio, una amiga me comentó que su papá había sido guitarrista de “Los Yorks“, la mejor banda de rock peruano entre los años 1968 y 1971 (título otorgado por la Cacodispe, aparte de un disco de oro). Desde aquella vez quise entrevistarlos.
Los Yorks destruían cada cine en el que se presentaban. Impresionaban y daban miedo, hipnotizaban y reventaban tímpanos. Se presentaban en televisión, en canal 4, “El Show de Elena Cortéz”. Una lástima que todas las cintas que se grabaron de ellos fueron reutilizadas, como me lo comentó Rulli Rendo hace poco, durante la dictadura militar. Y las cintas que quedaron fueron llevadas a un almacen en Ancón donde la húmedad hizo lo que mejor sabe hacer: jodernos a los limeños.
Si bien en los últimos años se ha dado un redescubrir del rock peruano de las décadas de 1960 y 1970, dos eventos han revitalizado a los Yorks. El primero es la edición de un compilado de los mejores temas que grabaron entre 1967 y 1974 hecho por Munster Records en España. Y el segundo es la edición del libro “Demoler”, de Carlos Torres Rotondo en la que narra un capítulo sobre la historia de estos 5 tipazos.
A raíz del catastrófico reportaje sobre la historia del rock peruano que hizo Punto Final, contacté con Román Palacios (ex guitarra), y de ahí con Pacho Aguilar (ex batería), Jesús Vílchez (ex bajo) y Walter Paz (ex guitarra). Una lástima que Pablo Luna (ex vocalista) se encuentre en España
Entrevista - Parte 1
Entrevista - Parte 2
Tocadisco: Los Yorks
En la segunda mitad de los años 60, cinco veinteañeros rompieron la escena local del rock con un estilo eléctrico y contagiante. Una compañía española los ha redescubierto y relanzado a lo grande en Europa y EEUU.
Por Ángel Páez
¿A quién se le ocurriría desempolvar la música de una oscura banda peruana de los años sesenta cuyos ex integrantes están hoy más preocupados por los nietos que por recordar la época de locura, desenfreno y exceso que protagonizaron bajo el nombre de Los York’s?
Pues se le ocurrió a la reconocida disquera española Munster, que ha cumplido un cuarto de siglo publicando exquisiteces. "Qué bendición: todavía salen discos que te abren panoramas desconocidos. Que te cambian la perspectiva que tenías de un país y una época.
Y que son, fuera de toda consideración historicista, puro deleite", escribió Diego A. Manrique, el reportero especializado del diario madrileño "El País", celebrando el lanzamiento por todo lo alto de Los York’s: El Viaje 1966-1974. Munster dio en el blanco. Los York’s ahora son de culto.
No fueron la primera banda de rock en el país pero sí fue la primera que hizo verdadero rock. La policía siempre buscaba un pretexto para penetrar en los locales donde tocaban Los York’s y acabar a empellones con la fiesta.
Uno de las más importantes distribuidores de rock independiente de Europa, la británica Shell Shock, recomienda a Los York’s como "una de las bandas más salvajes de Sudamérica, una de las más famosas y exitosas en el Perú, más que Los Shain’s o Los Saicos". Los 21 cortes de la antología publicada por Munster es solo una pequeña muestra de los tres álbumes y 25 sencillos que editaron en su breve vida. Suficiente para desasnar a quienes creían saberlo todo del rock nacional. Los que remecieron los años 60 ahora frisan los 60 años.
LA VIDA ES HOY
La estrella de la agrupación se llama Pablo Luna Mansilla, nacido en La Victoria, un afroperuano de cabello rojizo, vecino de Ancón, quien luego del fracaso de su restaurante "Pablo’s", el año 2000, viajó a Madrid llamado por su familia. Allá trabaja en seguridad privada. El pasado 27 de febrero cumplió 62 años. Luna era capaz de cantar una balada sensualísima y luego transformarse repentinamente en un poseso. Se contorsionaba mientras interpretaba los números más reclamados por el respetable, a veces reventando a patadas los focos y fluorescentes del escenario, o haciendo añicos los micrófonos. El público saltaba de sus asientos y le seguía la corriente. A ese estado de paroxismo se le conocía como "La enfermedad". Y la contagiaban como nadie Los York’s.
Aunque cambiaron frecuentemente de integrantes, la formación básica del combo, además de Luna, la conformaban los guitarristas Román Palacios Moreno y Walter Paz Rodríguez, el bajista Jesús Vílchez Gárate y el baterista Pablo Aguilar Salazar. Román Palacios, de Pueblo Libre, es promotor educativo y publicista, abuelo de un nieto y cumplirá 60 años el 24 de agosto.
Era el que le hacía los efectos a la guitarra que caracterizaban a Los York’s. "Usaba una moneda de un sol. Dicen que ese sonido era de los Velvet Underground pero jamás los había escuchado", dice. Román es el único que intervino en los tres álbumes oficiales. Si hasta diseñó el logotipo del grupo con gutapercha negra. Palacios es quien promovió que Los York’s rompieran contrato con la disquera MAG y ficharan con El Virrey por la fabulosa suma de 200 mil soles de la época.
Walter Paz, profesor de música y periodista, nacido en el Rímac, el ocho de agosto llegará a los 56 años. "Hasta ahora se sigue diciendo que Los York’s son del Rímac pero yo soy el único de ese distrito", afirma.
Era el más joven de los cuatro y hacía de segunda voz. Uno de los expertos en el rock peruano de los sesenta, Arturo Vigil, quien tuvo el privilegio de escribir el booklet de la antología publicada por Munster, se refiere de Paz así: "Aportó con su ejecución un color y un sonido particular, quizás por su formación musical y admiración hacia la música negra en general y el rhythm and blues en particular".
Pablo "Pacho" Aguilar Salazar, el baterista, también nació en La Victoria. El 15 de enero completó los 61 años. Es uno de los que fundó el grupo en 1965. Cuenta que se equivocan quienes afirman que Los York’s es una alusión a la Gran Manzana, pero lo cierto es que se llamó así porque el cantante original usaba el nombre artístico de Willy York."Debutamos en el cine Venecia el 27 de julio de 1965. El cantante era Meter Ryder, pero fue reemplazado por Pablo Luna, quien era obrero en una fábrica de Vitarte", afirma Pacho Aguilar. Tenía una batería Roxy con la que hacía espectaculares solos en los conciertos en vivo.
A la Residencial Grau de La Victoria la llamaban "Liverpool chico" porque de allí salían varios rockeros como Jesús Vílchez Gárate. El 25 de diciembre cumplirá 60 años. Después del éxito con Los York’s también tuvo suerte como diseñador industrial. Se hizo famoso por la línea de ropa Ayllu y New Ayllu. Palacios, Paz y Aguilar se burlan de la calva de Vílchez porque en los años sesenta lo conocían como "Aceitillo", por su afición a untarse grasa en su profusa cabellera. Vílchez era de la competencia: pertenecía al grupo Los Rattles. Román Palacios lo recomendó para reemplazar a Pepe Olivera. Se bautizó con la grabación del sencillo "Vete al infierno".
Los cuatro coinciden en que uno de los momentos más memorables que vivieron fue en 1968, cuando protagonizaron con Los Shain’s una "batalla de bandas" en el cine Ídolo, de Pueblo Libre. La lucha de dos horas y media parecía que había terminado cuando el presentador Enrique Llamosas anunció que se había producido un empate. La gente rugió descontenta.Llamosas tuvo que corregir y decir que Los York’s eran los vencedores. El local se vino abajo. El grupo ya era leyenda.
Por Ángel Páez
¿A quién se le ocurriría desempolvar la música de una oscura banda peruana de los años sesenta cuyos ex integrantes están hoy más preocupados por los nietos que por recordar la época de locura, desenfreno y exceso que protagonizaron bajo el nombre de Los York’s?
Pues se le ocurrió a la reconocida disquera española Munster, que ha cumplido un cuarto de siglo publicando exquisiteces. "Qué bendición: todavía salen discos que te abren panoramas desconocidos. Que te cambian la perspectiva que tenías de un país y una época.
Y que son, fuera de toda consideración historicista, puro deleite", escribió Diego A. Manrique, el reportero especializado del diario madrileño "El País", celebrando el lanzamiento por todo lo alto de Los York’s: El Viaje 1966-1974. Munster dio en el blanco. Los York’s ahora son de culto.
No fueron la primera banda de rock en el país pero sí fue la primera que hizo verdadero rock. La policía siempre buscaba un pretexto para penetrar en los locales donde tocaban Los York’s y acabar a empellones con la fiesta.
Uno de las más importantes distribuidores de rock independiente de Europa, la británica Shell Shock, recomienda a Los York’s como "una de las bandas más salvajes de Sudamérica, una de las más famosas y exitosas en el Perú, más que Los Shain’s o Los Saicos". Los 21 cortes de la antología publicada por Munster es solo una pequeña muestra de los tres álbumes y 25 sencillos que editaron en su breve vida. Suficiente para desasnar a quienes creían saberlo todo del rock nacional. Los que remecieron los años 60 ahora frisan los 60 años.
LA VIDA ES HOY
La estrella de la agrupación se llama Pablo Luna Mansilla, nacido en La Victoria, un afroperuano de cabello rojizo, vecino de Ancón, quien luego del fracaso de su restaurante "Pablo’s", el año 2000, viajó a Madrid llamado por su familia. Allá trabaja en seguridad privada. El pasado 27 de febrero cumplió 62 años. Luna era capaz de cantar una balada sensualísima y luego transformarse repentinamente en un poseso. Se contorsionaba mientras interpretaba los números más reclamados por el respetable, a veces reventando a patadas los focos y fluorescentes del escenario, o haciendo añicos los micrófonos. El público saltaba de sus asientos y le seguía la corriente. A ese estado de paroxismo se le conocía como "La enfermedad". Y la contagiaban como nadie Los York’s.
Aunque cambiaron frecuentemente de integrantes, la formación básica del combo, además de Luna, la conformaban los guitarristas Román Palacios Moreno y Walter Paz Rodríguez, el bajista Jesús Vílchez Gárate y el baterista Pablo Aguilar Salazar. Román Palacios, de Pueblo Libre, es promotor educativo y publicista, abuelo de un nieto y cumplirá 60 años el 24 de agosto.
Era el que le hacía los efectos a la guitarra que caracterizaban a Los York’s. "Usaba una moneda de un sol. Dicen que ese sonido era de los Velvet Underground pero jamás los había escuchado", dice. Román es el único que intervino en los tres álbumes oficiales. Si hasta diseñó el logotipo del grupo con gutapercha negra. Palacios es quien promovió que Los York’s rompieran contrato con la disquera MAG y ficharan con El Virrey por la fabulosa suma de 200 mil soles de la época.
Walter Paz, profesor de música y periodista, nacido en el Rímac, el ocho de agosto llegará a los 56 años. "Hasta ahora se sigue diciendo que Los York’s son del Rímac pero yo soy el único de ese distrito", afirma.
Era el más joven de los cuatro y hacía de segunda voz. Uno de los expertos en el rock peruano de los sesenta, Arturo Vigil, quien tuvo el privilegio de escribir el booklet de la antología publicada por Munster, se refiere de Paz así: "Aportó con su ejecución un color y un sonido particular, quizás por su formación musical y admiración hacia la música negra en general y el rhythm and blues en particular".
Pablo "Pacho" Aguilar Salazar, el baterista, también nació en La Victoria. El 15 de enero completó los 61 años. Es uno de los que fundó el grupo en 1965. Cuenta que se equivocan quienes afirman que Los York’s es una alusión a la Gran Manzana, pero lo cierto es que se llamó así porque el cantante original usaba el nombre artístico de Willy York."Debutamos en el cine Venecia el 27 de julio de 1965. El cantante era Meter Ryder, pero fue reemplazado por Pablo Luna, quien era obrero en una fábrica de Vitarte", afirma Pacho Aguilar. Tenía una batería Roxy con la que hacía espectaculares solos en los conciertos en vivo.
A la Residencial Grau de La Victoria la llamaban "Liverpool chico" porque de allí salían varios rockeros como Jesús Vílchez Gárate. El 25 de diciembre cumplirá 60 años. Después del éxito con Los York’s también tuvo suerte como diseñador industrial. Se hizo famoso por la línea de ropa Ayllu y New Ayllu. Palacios, Paz y Aguilar se burlan de la calva de Vílchez porque en los años sesenta lo conocían como "Aceitillo", por su afición a untarse grasa en su profusa cabellera. Vílchez era de la competencia: pertenecía al grupo Los Rattles. Román Palacios lo recomendó para reemplazar a Pepe Olivera. Se bautizó con la grabación del sencillo "Vete al infierno".
Los cuatro coinciden en que uno de los momentos más memorables que vivieron fue en 1968, cuando protagonizaron con Los Shain’s una "batalla de bandas" en el cine Ídolo, de Pueblo Libre. La lucha de dos horas y media parecía que había terminado cuando el presentador Enrique Llamosas anunció que se había producido un empate. La gente rugió descontenta.Llamosas tuvo que corregir y decir que Los York’s eran los vencedores. El local se vino abajo. El grupo ya era leyenda.
domingo, 8 de agosto de 2010
Los Datsuns
Ahora vamos hasta Perú. Este grupo, una de mis favoritas, nació entre los años 1964 y 1965 en Huancayo. Lamentablemente no hay muchos datos de ellos. He podido recopilar algo de esa banda y espero satisfacer a los amantes de este grupo y a los que quieran conocerlos. De seguro les gustara esta banda.
Una curiosidad de este tiempo es que muchos grupos decidieron colocar como nombre algo relacionado con los autos, tal es el caso de Los Mustang, Los Impala, y este caso Los Datsun`s.
Por lo que se ve, el rock en el Perú no solo era en Lima, también tuvo mucha fuerza en Huancayo, donde destacan junto a otras bandas. Inicialmente, su nombre fue “Los Landers”. Sus primeros temas fueron “Demolición”· ( Los Saicos) y “La Bamba” (Los Frack’s), allá por los años 1964.
Sus integrantes en ese entonces fueron:
Hualther Huanca - Voz
Ángel Montes Soto José Cartagena – Guitarra
Roque Monte Soto – Guitarra Rítmica
José Cartagena – Bajo
Octavio Cartagena – Batería
Octavio se fue a Huancavelica a seguir con sus estudios. Se hace un cambió al grupo en los integrantes, y se cambia de nombre a “Los Sichers” ( el nombre fue por las iniciales de Santa Isabel Cuna Histórica de Estudiantes Revolucionarios). Los integrantes son los siguientes:
Fredy Rodríguez – Batería
Ángel “Washi” Montes – 1º Guitarra
Lucho Flores – 2º Guitarra
José Cartagena - Bajo
Posteriormente se une, en reemplazo a José Cartagena, Ciro Baquerizo (se dice que éste fue en un tiempo el amigo y bajista de “Los York’s”). José Cartagena conoce a un amigo, que la cual tenia instrumentos y sabia manejar la guitarra. Un día, su profesor le prometió algunos puntos extras si la banda “Los Lander´s” se presentan en la fiesta del colegio. José acepto. Y la nueva banda fue así:
Claudio Huanta - Voz
Jose Cartagena – 1º Guitarra
Maita? - 2º Guitarra
Hualther Huanta – Bajo
Jesús Hurtado – Bateria
Vuelve Octavio a Huancayo. La banda tiene los siguientes cambios:
Claudio Huanca - Voz
José Cartagena - 1ra Guitarra y Coros
Jesús Hurtado - 2da guitarra y Coros
Hualter Huanta - Bajo
Octavio Cartagena - Batería
Ya con esta banda comienzan a participar en concursos de Go go que hacia el Radio Huancayo. Estamos en los inicios de 1967. Claudio y Hualther trabajaban en una distribuidora de maquinarias y que el administrador de dicha empresa quería al grupo para la Exposición de Carros , donde cada uno saldría a tocar encima de un carro. Y dicho y hecho, el concierto se hizo.
Poco a poco el administrador se convirtió en su representante, el fue Luís Makino Cerron. Le gustó tanto la presentación que los habilitó una parte del local. Al poco tiempo, Luís propuso el nombre de “Los Datsun’s”, a cambio de tener algunas presentaciones en Lima y nuevos instrumentos. Se aceptó el nombre.
Tuvieron presentaciones en Jauja, en la cual fueron muy ovacionados. Ganan el Primer Festival Nacional en Arequipa. Viajan a Lima donde tocan junto a varios grupos, pero el mas anecdótico fue con Los York’s , en el Coliseo Cerrado de Puente del Ejercito.
Graban un EP, en cual graban un tema de Los Iracundos y el otro propio(“Te he de encontrar”/ “Triste Adiós”. Años mas tarde, comparten escenario con Los Iracundos.
En 1969 se fueron de gira a Huanuco, Cerro y La Oroya.
En 1970, viaja a EEUU Jesús Hurtado y en su ausencia lo reemplaza Washi Montes.
La banda tuvo un acompañamiento en el órgano, la cual estuvo a cargo de Coco Bentacour y Otto de Rojas, pero en sus inicios estaba a cargo de Beto Mieses, luego Arturo Vildosola. El ultimo es Elvis Bartra.
En el año 1972 el grupo se desintegra. En el 1974 se vuelven a junta, pero con el nombre de “La Gran Familia”, pero el estilo había cambiado, ya no era rock sino cumbia y salsa. (Después de la separación de la banda, en Huancayo se impuso, en vez del rock, la cumbia y salsa.)
José Cartagena se retira por diferencias en el estilo musical, y lo reemplaza Raúl Herrera, de Los Belking’s. José Cartagena se retira a Lima, y allí se reencuentra con Willy Pizarro. De allí se reúnen una o dos veces al año para a recordar esos tiempos.
Actualmente Jesús Hurtado es docente en la UNCP, Claudio Huanta se dedica a la música como solista, Huather Huanta es representante del grupo conformado por dos de sus hijos.
Tomado del blog "Rock en Español"
Los Datsuns (su MySpace)
Los Datsuns tienen sus antecedentes de formación a inicios de la década de 1960, con la inclinación musical de jóvenes que promediaban los 15 a los 20 años de edad, estudiantes de los colegios secundarios: Claretiano y Santa Isabel de Huancayo, que inicialmente formaron los primeros grupos de rock en la Ciudad de Huancayo y el Valle del Mantaro, estos fueron: “Los Deer Boys” y “Los Landers”, formados en el año 1964.
Para 1966 Jesús Hurtado (“Deer Boys”) y José Cartagena (“Los Landers”) deciden reunirse para practicar música, siendo invitados a presentarse en el recital de 1966 por el aniversario del Colegio Nacional Santa Isabel de Huancayo, bajo el nombre “Los Landers”, porque aún no se tenía el nombre para este proyecto que posteriormente con el ingreso de Octavio Cartagena (baterista) y la salida de Rodolfo Mayta (guitarrista), vendrían a denominarse “Los Datsun..s” con su alineación completa, hasta nuestros días.
En 1967, Walter y Claudio Huanca llegan a laborar en la empresa “Maquinarias S.A.”, distribuidora de automóviles “Datsun”, y junto con Jesús, Octavio y José proponen a Luis Makino Cerrón representante del grupo y distribuidor de Maquinarias S.A. tomar el nombre de la firma Datsun a cambio de instrumentos y equipos, tras la aceptación de los propietarios de la firma en Lima, , el grupo que se presentó en 1966 como “Los Landers”, pasó a denominarse “Los Datsun..s” en 1968 con la alineación siguiente: José Cartagena en la primera guitarra, Jesús Hurtado en la guitarra rítmica, Octavio Cartagena en la batería, Walter Huanca en el bajo y Claudio Huanca en la voz.
En los años siguientes se realizaron una serie de presentaciones junto a grupos de rock como: "LosFracks", "los Sichers", "Speed 66, “Scorpions”, “Los Gatos Negros”, “V Rebelión” en Huancayo, “Spiders” en la Ciudad de Jauja, “Extraña Dimensión” en la Ciudad de Tarma, “Volders” en Concepción, y “Los Feos” en la Oroya entre otros. En 1968 Los Datsun..s graban su primer 45 rpm "Triste Adios" composición de Jesús Hurtado y "Te he de encontrar" de Mario Pizurno siendo este la primera grabación de un grupo de rock de provincia a nivel nacional.
En 1968, “Los Datsun..s”, reciben el premio “Disco de Oro”, otorgado por Luis Aguilar de “Radio Callao”, en merito a la popularidad del tema: “has de ser mi mujer”, grabado en 1968. En Marzo de 1969, “Los Datsun..s”, graban su primer Lp, grabado en dos tardes en la Ciudad de Lima bajo el sello LIDER - IEMPSA y editado con el nombre de “Ritmo y movimiento Entre 1970, retorna a Huancayo Jesús Hurtado (guitarrista de los Datsun..s) tras un viaje de estudios hecho a Estados Unidos, trayendo discos de grupos de rock que no llegaban al Perú y mucho menos al Valle del Mantaro (luego vendría una “fiebre” por tocar temas en inglés), además de una guitarra marca: “Gibson” (una de las pocas que hay en el Perú hasta el momento), con su respectivo amplificador, entre otros equipos.
En Agosto de 1971, “Los Datsun..s”, ganan el primer festival de música juvenil en Arequipa, frente a grupos de Lima, Cuzco, Trujillo, Ayacucho y Arequipa. A fines de 1974 deciden hacer un paréntesis en su vida artística. En 1976, “Los Datsun..s”, se reagrupan bajo el nombre “La gran Familia”, sin embargo en 1979 José Cartagena se retira del grupo en su reemplazo, entre otros llega Raúl Herrera, primera guitarra de “Los Belkings” 1983 - 1986.
En 1990, “Los Datsun..s”, se presentan junto al grupo: "Los Doltons" y posteriormente en el año 1992 junto a “La V rebelión” por su aniversario en el Coliseo Huanca. En 1992, la Municipalidad de Huancayo entrega al grupo de rock “nuevaolero” “Los Datsun..s”, un diploma de reconocimiento nombrándolos “Los Caballeros de la Música” y en junio de 1994, la misma Municipalidad los declara como “Patrimonio Cultural de la Ciudad de Huancayo”, por sus triunfos y difusión de la cultura musical llevando el nombre de la Ciudad de Huancayo a sitiales reconocidos a nivel nacional e internacional.
Actualmente, "Los Datsun..s", muy fortalecidos y con mucha más energia que proviene desde la decada de los sesenta y con muchas más pilas se retroalimenta realizando presentaciones con sus integrantes originales. Celebramos la magia y pasion por la musica que cada dia se viene escribiendo manejando los intrumentos como lenguaje para dar a conocer las recientes novedades ...
Tomado del Myspace de Los Datsuns
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