Reseña del sello Munster Records sobre su recopilación de Los Yorks.
Por Munster Records
Nuestra colección, acertadamente titulada El Viaje, reúne sus mejores temas, extraídos de sus cuatro LP y 25 singles, entre 1966 y 1974.
Los York's fueron la banda más famosa y con más éxito en su país (más que Los Shains o Los Saicos), y en esta compilación de lo-mejor-de sin duda descubrirás el porqué.
En su apogeo fueron acusados por abuso de drogas y criticados por lo diabólico de su sonido y letras que elogiaban el ¡amor libre! Oh sí, para compensarlo una de las canciones en su tercer single (1966) se traducía por ¡vete al infierno)!! La muy original interpretación de guitarra feedback de Walter Paz será todo un descubrimiento para los fans del Pete Townshend de los Who e incluso de Sterling Morrison de la Velvet Underground. Por otro lado, el cantante Pablo Luna era una especie de híbrido loco ¡entre Iggy Pop y Reg Presley de los The Troggs! Era todo un personaje, y un animal escénico, que resultaba chocante para un lugar como el Perú de los años sesenta. Años más tarde algún periodista peruano, en un curioso "cómputo de bajas", escribiría que a lo largo de su carrera Pablo había destrozado un total de ¡48 micrófonos! Pero la actitud de Los York's era REAL, y no una pose, a diferencia de en estos tiempos en los que escándalo y barbaridad son una ¡poderosa herramienta de marketing! Los York's eran verdaderas almas rebeldes, imparables y genuinos. Y su comportamiento sobre y fuera del escenario sigue siendo toda una leyenda en Perú. Se hicieron tan famosos que tuvieron incluso su propio programa de TV (El Show de Los York's) que se emitió durante casi un año al mejor estilo de The Monkees' Show.
01.Mira tú; 02.Abrázame; 03.Sólo estoy; 04.No me dejes; 05.Pronto un doctor; 06.Hanky Panky; 07.Egoísmo de la gente; 08.Sin éxito; 09.No puedo amar; 10.Te amo; 11.Amor libre; 12.Justo a mi gusto; 13.Vallery; 14.Caminaremos; 15.Fácil baby; 16.La punta de mi lengua; 17.Sussie Q; 18.La alegría de tu amor; 19.Mi nena; 20.Mi mente en ti; 21.Abrázame baby.
Publicado en la web de Munster Records
"Munster se ganó el cielo hace unos años cuando inició un ciclo de reediciones dedicadas a glosar lo mejor del pop sesentero hecho en Latinoamérica, algo así como un Nuggets apócrifo que todo aficionado al género debería seguir con devoción religiosa. Son muchos los grupos que nos ha descubierto el sello vasco: Los Locos de Ritmo y su rudimentario rock and roll, Los Saicos y ese hit interestelar que es “Demolición”, el pop de aires británicos de Los Mockers… Ahora le toca el turno a Los York’s, peruanos como Los Saicos, y tan o más locos que los autores de “Demolición”. La verdad es que este “El viaje: 1966-1974” deja bien a las claras que Lima era la capital del garage hecho en el Hemisferio Sur en los años sesenta, y que poco tenía que envidiar a los tótems norteamericanos del estilo, bandas coetáneas como The Standells, Count Five o The Remains. Y es que canciones como “Mira tú”, “Pronto un doctor”, “No me dejes”, “Justo a mi gusto” o “No puedo amar”, tienen el punto justo de descaro, de salvajismo y de savoir faire para ser considerados verdaderos clásicos".
(Comentario de Xavi Sánchez Pons de MondoSonoro.com)
sábado, 30 de julio de 2011
miércoles, 27 de julio de 2011
Los Yorks... la Enfermedad Sixties
Por Arturo Vigil
Un domingo cualquiera del año 1966 en Lima, capital del Perú, específicamente en el distrito del Rimac, muy temprano cinco muchachos se aprestan a dirigirse a iniciar sus presentaciones en las recordadas matinales (circuito de conciertos de conjuntos y solistas llevadas a cabo en los principales cines y teatros del país). Lima se eclipsaba de sonidos beat e instrumental. Los Yorks, grupo conformado por Pablo Luna en la voz, Walter Paz en la guitarra líder, Román Palacios en la segunda guitarra, Jesús Vílchez en el bajo y Pacho Aguilar en la batería, alborotaron el mundo roquero de los sesentas. Con atisbos melancólicos, ritmo furioso, desesperado y de contundente dureza, hicieron de Los Yorks una banda garage – psicodélica con el más grande desparpajo que se recuerde y que sin embargo esa rudeza musical con la que expresaba su arte, es hasta hoy apreciada pues estaba impregnada de una belleza y sonido singular, ritmo furibundo y con letras contestatarias impusieron un estilo y una corriente a la cual se le dominó “Ritmo Enfermedad”…
Consolidados como grupo en el distrito del Rimac, Los Yorks ha sido el único conjunto que tuvo un programa de TV, el cual se llamaba “El Show de Los Yorks” vía Canal 11 de propiedad de la familia Belmont.En este espacio televisivo Los Yorks realizaban sketch y hacían música en vivo. Los textos del programa los realizaba el periodista y actor cómico Ramón Alfaro y en la locución en off, el ya desaparecido DJ, José Nashiro.
La voz de Pablo Luna emergía con incandescente desgarro y el sonido de la banda con claras influencias The Kinks, The Yardbirds, The Troggs y asimismo acogían todo el rock americano y lo recreaban en su estilo descarado y eminentemente provocador.
Alguna vez el recordado DJ de radio Miraflores, Germán Calderón dijo lo siguiente:”En la historia del rock y la música popular, nunca más se podrán juntar cinco tipos con la cara de ustedes”. Es decir, Los Yorks desde sus inicios marcaron una malditez y que a la postre los perfiló, tanto en su música, como en sus performances en el escenario, tenían fama de auténticos rebeldes y de desencadenar en determinados momentos una furia desmedida mucho mas allá de los escenarios.
De esta manera se les dio el status de una verdadera banda de rock, en tiempos en que no se hacía marketing, ni se buscaba el escándalo premeditado, ellos fueron así, genuinos, irrefrenables y verdaderos. Los componentes de esta gran banda peruana eran muchachos de extracción popular, llegando muy lejos y al primer lugar de las preferencias del público juvenil, desplazando a muchos conjuntos de esa época. Es por eso que en esos años se les decía que no había matinal sino estaban Los Yorks.
El conjunto rimense nunca interpretó un tema igual dos veces, siempre recreaban la totalidad de sus canciones en vivo y el efecto fuzztone marca Shuller estaba muy presente y marcaba la pauta sonora de este entrañable grupo sesentero.
Se recuerda que Pablo Luna destrozó alrededor de 48 micrófonos, incontables fluorescentes y tachos de luz en distintas y explosivas presentaciones. Pablo, un pelirrojo de rasgos afroperuanos, cantaba con su voz dulce, cálida y acompasada, pero que abruptamente podía pasar a un catarsico y furibundo paroxismo, con dosis de verdadera rabia y violencia.
El encargado de la primera guitarra y segunda voz, Walter Paz, aportó con su ejecución, un color y un sonido particular, quizás por su formación musical y admiración por Ray Charles, The Animals y en general al sonido Motown.A la par que hacia la mayoría de textos, arreglos y transcripciones musicales.
El complemento guitarristico lo ponía Román Palacios con su marcada fuerza instrumental y escénica.”El flaco”.Así lo llamaban a Jesús Vilchez, bajista del grupo, hacía gala de un marcado feeling y creatividad, el cual le dio al grupo una profundidad armónica muy especial, se recuerda sus movimientos andróginos y provocadores que alocaban y desesperaban en irremediables gritos de tiernas adolescentes. Pacho Aguilar, un baterista dotado de un carisma y un humor especial, ponía en la percusión toda su personalidad proyectada en su maravillosa batería Roxy, dándole el sonido a los “Enfermos” Yorks.
La canción símbolo de esta banda sixties, fue el tema “Abrázame” que en una semana de salir al mercado vendió alrededor de 40,000 copias, caso inusual para un sello como MAG, especializado en folclor y música tropical. “La enfermedad”…ritmo contagiante, versión peruana y limeñisima interpretación del garage norteamericano, lo cual Los Yorks supieron exponer en toda su magnitud, dando lugar a la creación de los llamados “Clanes de Los Yorks” en todo el país.
Ancash, Cuzco, Loreto, Tumbes, Piura, Trujillo, recuerdan aún con carácter histórico para el beat de aquella época las actuaciones que tuvieron en dichas localidades. Eran invitados a ferias departamentales y de obligada presencia en la Feria Internacional del Pacífico. Además de realizar sus interminables fiestas psicodélicas en el Club Tennis de La Victoria, Club Okinawense entre otros. Compartieron escenario con Charles Aznavour en el Salón Chavin del Aeropuerto internacional Jorge Chávez, asimismo tocar en el Paraninfo de la Feria del Pacífico al lado de los Marshmelows Soup Group, con Roberta y también con el afamado trío Los Panchos en una (gira por todo el oriente peruano), etc.
Los Yorks a lo largo de sus cinco años de carrera musical fueron premiados con el NAYLAMP 67(Medalla de la Juventud), cinco Trofeos Guido, otorgados por el emblemático periodista de espectáculo, Guido Monteverde, como “Lo mejor de la semana”. Además se les otorgó un un disco de oro de la CACODISPE (Cadena de comentaristas de discos del Perú). Y en los años noventas fueron condecorados por el Municipio de Huaraz (Ancash), entre otros premios y congratulaciones.
Pero el sueño estaba por terminar. Justo en las postrimerías de la década matinales se prohibieron…de facto había asumido la presidencia de la república el general Velasco y su junta militar. Los Yorks no tuvieron concierto de despedida, se fueron sin dejar rastro, más sus canciones hoy siguen sonando en las emisoras de todo el país.
A esta altura del presente escrito, es justo mencionar a “Puro” Fuentes, baterista de notable trayectoria que integro Los Yorks en las postrimerías de la desintegración del grupo y haciéndolo de una manera muy espectacular. Se puede citar la actuación en el Colegio Ciencias del Cuzco, cuando en momentos que realizaban una interminable improvisación(veinte minutos) del tema “Abrázame”, en que el alocado “Puro” se desplazaba por todo el escenario llevando consigo un platillo y tocándolo incesantemente , mientras Pablo Luna por su lado se solazaba con el bajo eléctrico, Jesús Vilchez cantaba aun cuando le sangraba la mano profusamente pues el pedestal del micrófono casi le había cercenado parte de un dedo y en una especie de danza tribal, salpicaba la sangre a la platea y a sus compañeros de grupo.Esto hizo que el público lleno de estupor y desconcierto se motivara a un más y danzaran extasiados. Realmente fue la actuación más impactante que se recuerde de esos años.
Los Yorks grabaron para el sello MAG dos discos larga duración: “Los Yorks 67”,”Los Yorks 68” y para el sello Virrey “Ritmo y Sentimiento”, además de innumerables 45 rpm.
Cabe resaltar que para la firma de un nuevo contrato en el sello El Virrey, Los Yorks recibieron un pago sin precedentes en el mundo roquero de entonces.Y en esta última etapa del conjunto se grabarían algunos singles con el aporte vocal de Beto Casanova y el extraordinario baterista ya desaparecido Rafael “Pocho” Purizaga.
Los únicos Yorks que seguirían en la música fueron Pablo Luna y su primera guitarra Walter Paz, el cual posteriormente formó el grupo Corpus y Korillacta (Nueva Canción),siguió estudios superiores en el Conservatorio Nacional de Música, haciendo arreglos para el Taller de la Canción Popular(dirigido por Celso Garrido Lecca),ha realizado arreglos para destacados músicos entre ellos Martina Portocarrero, Richard Villalón y ha recorrido escenarios de Sudamérica con el virtuoso guitarrista Félix Casaverde.
Pablo Luna se presenta eventualmente en Lima cantando temas de la mítica banda del Rimac y según cuentan piensa volver…quizás por lares europeos, con nuevos brillos y con la fuerza y extravagancia de siempre.
PD: Hoy recordamos que en una de las tantas conversaciones sostenidas con el emblemático Pablo Luna, la cual contrasta con la imagen rebelde, estrambótica e iconoclasta que proyecto con su arte, nos hizo hincapié su agradecimiento y emoción al recordar a la señora Hilda Rodrigues de Paz que apoyo mucho al grupo y que siempre estuvo en todo momento con ellos. Es decir, Pablo nos dio una muestra de su gratitud y sentimiento.
Publicado en el blog Only Sixties
lunes, 25 de julio de 2011
Back to Perú: Los Shain’s (Volumen 3)
Por Mon Falcón
A finales del 2009 veía la luz el segundo volumen del recopilatorio Back to Peru, del sello Vampisoul .Fue precisamente aquel primer volumen el punto inaugural de un sello que hoy en día es toda una referencia en Europa si de arqueología musical hablamos, recuperando siempre lo más oculto de las escenas menos conocidas. “Back to Peru” nos ponía sobre la pista peruana allá por el 2002, reuniendo una excitante colección de bandas que luego iría editando por separado, siempre via Munster Records (o bajo la etiqueta Vampisoul). Ahora llega el esperadísimo Back to Perú Vol.II, en formato doble, que incluye 34 cortes con un sonido impecable que van desde el garage y el rhythm’n’blues más salvajes, hasta el soul y latin rock más elegantes o el funk de ritmos frenéticos, y todos ellos aderezados de las distintas músicas tradicionales de la región.
Así que amigos, hoy volvemos al Perú de los años 60 para recuperar los sonidos de otra de esas bandas que echan por tierra todos los esquemas geográficos previos. Si sois nuevos en el tema podéis repasar las anteriores entregas de esta misma columna dedicadas a la nueva ola peruana de los 60, con Los York’s y Los Saicos como proganistas, y en el futuro seguro que habrá más, pero hoy nos centramos en Los Shain’s, los más precoces y caóticos de la época.
Los Shain’s se formaron en el barrio de Miraflores, en Lima en 1964, cuando todavía eran unos adolescentres de entre 13 y 14 años, el germen era la familia Pereyra, los hermanos Juan Luis y Raúl y su primo Alexei, y su esencia tiene dos polos: The Beatles y The Shadows, pero esa formación será casi efímera, Alexei deja la banda y será sustituido por Enrique ‘Pico’ Ego Aguirre, un hecho fundamental, puesto que los cambios en la formación será una constante de la banda, y la incorporación de Aguirre será fundamental en el futuro sonido del grupo, convirtiéndose en alma mater de Los Shain’s. La familia de Aguirre tenía una profunda tradición musical, su padre era músico de jazz , su tío miembro de Los Morochucos y su tía era soprano, lo que unido a la habilidad del joven Pico, la cantidad de instrumentos que tenía en su casa (y la predisposición familiar) pronto la residencia de los Ego Aguirre se convirtió en local de ensayo de Los Shain’s, y que por los contactos de sus padres era la primera el barrio a la que llegaban los singles estadounidenses de bandas como The Ventures, The Shadows, The Trasmen o Dick Dale, de manera que el rhythm’n’blues instrumental y la música surf se convirtieron en su filón a explotar. Con la incorporación de Quique Rossell a la batería y Nito Muente como vocalista, la banda estaba completa. Solo les hacía falta un nombre, pero sobre el origen de Shain’s hay tantas versiones distintas como respuestas de los protagonistas, así que lo dejaremos al margen.
El caso es que el padre de Pico se interesó desde el primer momento en el grupo de su hijo, y se convirtió en su representante, aprovechando sus contactos consiguió que Los Shain’s comenzasen a salir en televisión al poco tiempo, de una manera continua, por lo que las últimas incorporaciones abandonaron el grupo, siendo sustituidos por Carlos Manuel Barreda en la batería, mientras que la voz sería para Miguel Arista. Ese primer año consiguen un contrato con la discográfica IEMPSA (EMI Perú) (via Los Morochucos) y publican su primer single: Tomahawk/Pretty Girls Everywhere, pero inmediatamente hay nuevas bajas, los hermanos Pereyra, germen de la banda, abandonan por motivos económicos, llevaban casi todo el año tocando en Tv y apenas habían visto el dinero, además de su disconformidad en reducir su repertorio al surf garagero, de modo que ambos forman Los Drag’s, mucho más orientados a los sonidos beat británicos, y posteriormente El Polen de corte mucho más progresivo.
Desde aquel momento, Los Shain’s pasan a convertirse en el grupo de Pico Ego Aguirre, mientras su padre se encarga de convertirlo en una empresa. Debido al continuo cambio de sus miembros, se decidieron por vender al grupo como una especie de super estrellas del rock peruano, entre las que se encontraba en primo Alexei Kotrisky Pereyra (fundador de la banda) y en la que el carismático Gerardo Manuel Rojasó pasó de ser un invitado de lujo a terminar por asentarse como vocalista definitivo de la banda, tras abandonar Los Doltons, y ambos (Rojas y Aguirre) desarrollaron sin ataduras de terceros su pasión por los sonidos más garageros.
Todo esto ha pasado y aún estamos en 1965, año en el que graban su primer Lp “El Ritmo de los Shain’s” (IEMPSA, 1965), que incluía versiones de The Trashmen, The Ventures, Little Willie John (‘Fever’) o Sam The Sham & The Pharoahs (‘Bule Bule’), algunas de ellas traducidas y adaptadas, entre las que destacan El Mounstro (así escrito) que era una adaptación delirante del tema ‘The Crusher’ de The Novas, al que añadían la introducción del ‘Out of Limits’, ¡¡¡y una letra de surrealismo espacial insuperable!!! O las composiciones propias como ‘Hoy’ o ‘Shain’s a Go-gó’. Pero este disco marca un punto de inflexión en el Perú por su sonido rítmico y contundente, pero sobre todo por ser el primero en el que se introducen la distorsión y los efectos de guitarra. Y como curiosidad la descripción de la contraportada en la que a cada tema se asigna un estilo, de manera que el álbum reúne literalmente bule bule, go go, jerk, bird, sloopy, surf, go go show y shake este último curiosamente aplicado a la versión instrumental del She’s Not there de The Zombies. Pero en la contraportada también se presenta a la banda, como os había dicho, unos auténticos All Stars: “Aún no han llegado a los 20 años de edad, y Los Shain’s, verdadero ‘seleccionado nacional’ de la música moderna, ya saben de mil triunfos y aplausos incondicionales de todos, los que por buena suerte, los han visto y escuchado. Y es que Los Shain’s, conocen a fondo su oficio y a pesar de estar actualmente en la cúspide de la fama, con la modestia y dedicación, característica de todo buen artista día a día se esmeran en conseguir su consagración definitiva en esta difícil tarea del arte…“. ¡¡¡Toda una joya por dentro y por fuera!!!
Por aquel momento Los Shain’s estaban en todas partes, programas de Tv casi diarios y giras por todo el país, así que a finales del 66 y con una formación más estable se meten en el estudio para grabar su nuevo álbum “Segundo Voumen” (IEMPSA, 1967) totalmente influenciado por la British Invasion con The Beatles, The Yardbirds o The Kinks como principales referentes, aunque también destacan versiones de bandas de garage norteamericanas como ‘No hay más que dar’ (versión del ‘Pushin’ too hard’ de The Seeds) o el ‘Cara Lin’ de The Strangeloves, pero esta vez con más composiciones propias, como ‘Icaro VIII’, ‘En Lima’, ‘Enfermedades’, o ‘Shain’s a Jazz’ en la que desplegaban todas sus posibilidades rítmicas y como virtuosos, aunque demasiado disperso entre el beat y la psicodelia.
Tras el ‘Segundo Volumen’ su popularidad trasciende las fronteras de Perú, y en 1968 una productora mexicana les contrata para realizar la banda sonora del filme “Las Psicodélicas” y participar en él, mientras grababan su tercer álbum “Docena Tres” (IEMPSA, 1968) que es el más variado y melódico de la banda, aunque contiene elementos fantásticos como la introducción de la cítara en el inicial ‘Tema de los Shain’s’ que sin duda resulta el tema más sorprendente del álbum junto con el final ‘Tres carros, una casa y otras cosas’. Por medio versiones, el arriesgado ‘Algo divertido y loco’ (que incluye el ‘Kicks’ Paul Revere & The Riders en forma de ‘Pesadillas’) que muestra muchos de sus registros en un solo tema. ‘Keep on Runnin’’ (aquí adaptada a ‘Cuando Vuelves’), o la contundente ‘El Tren’ (‘Train Keep-a-Rollin’ de Johnny Burnette vía The Yardbirds una vez más) o los éxitos de ‘Tirando dedo’ (versión del cómico Melcochit) y sobre todo ‘Un Mundo Nuevo’. Como en el anterior, los recursos son mayores y el dominio de la técnica lo es aún más, pero excepto en contados temas se había perdido la frescura de su primer trabajo, cada vez más pulidos y mucho más pop, pero más encorsetados al mismo tiempo.
Con el disco bajo el brazo y tras la grabación de “Las Psicodélicas” se fueron a México para promocionar el filme, para regresar a Perú y morir de éxito. Por obligación de la discográfica grabaron su cuarto álbum “Instrumental’s Shain’s” (IEMPSA, 1969) en el que Gerardo Rojas tocaba el saxo. Al finalizar la grabación la banda se disolvió de inmediato debido a las graves diferencias de todos los miembros con Ego Aguirre y su padre, al igual que acerca del nombre de la banda, hay tantas versiones sobre la ruptura como protagonistas, pero lo cierto es que de un día para otro la banda más exitosa de Perú por aquel entonces dejó de existir. Aguirre no dejó su empeño y montó Los Nuevos Shain’s que durante dos años grabaron varios 7’’ que luego serían recopilados en “Los Nuevos Shain’s. Singles 1969-1970” (Repsychled Records, 2005), mientras que el resto de sus compañeros se refundaron en The (St. Thomas) Pepper Smelter y luego Gerardo Rojas se uniría a El Humo además de trabajar para discos El Virrey.
Una historia que comprobamos como se repite una y otra vez a lo largo del tiempo y el espacio, el vil metal es quien pone fin a las bandas que nos gustan, la avaricia de las compañías, del algún artista y de terceros en discordia, y también ocurrió con Los Shain’s en el Perú de los años 60, y no solo una vez… Pero por supuesto con el auge reivindicativo de joyas arqueológicas como la colección “Back to Perú” que nos ocupaba al principio, se han reunido en 2005 para darse otro homenaje más que merecido(con la edición de su Antología bajo el brazo), el que como otras muchas bandas de su generación no se pudieron dar por culpa del dictador Velasco Albarado. Lo bueno es que podemos volver al Perú de los 60 cuantas veces queramos para hablar de grandes bandas…
Discografía:
El ritmo de los Shain’s (1965)
Segundo Volumen (1967)
Docena Tres (1968)
Intrumental’s Shain’s (1969)
Anthology (2005)
Los Nuevos Shain’s: Singles 1969-1970 (2005)
Publicado en el sitio Libro de Notas
De Los Saicos, los más locos del Perú (volumen 2)
Por Mon Falcón
Han pasado 15 entregas y al fin, a la 16ª, continúo una saga anunciada. Y aún así la satisfacción que me produce poder cumplir esa promesa es menor que la de haber visionado un documento único, una joya de la arqueología que viene para hacer justicia más de cuarenta años después. Saicomanía. The World Should Know es un documental de Héctor Chávez que por fin pone a esta banda legendaria en su sitio; aunque mucho hemos visto ya a través de breves reportajes de diversas televisiones peruanas que documentaban el fenómeno rockanrrolero en el Perú de los años 60 (y verles actualmente a mi me pone los pelos de punta), esta pieza viene a dar el valor necesario a la más salvaje e irreverente de todas las bandas sudamericanas de la época y, posiblemente, la más avanzada a su tiempo: Los Saicos.
Si queréis una introducción sobre el movimiento, los antecedentes, las matinales cinematográficas del fin de semana y demás repasad la columna dedicada a Los York’s en esta misma sección, aunque por supuesto siempre hay más cosas que introducir. Del mismo modo que no podemos pasar por alto el que fue primer gran reconocimiento a Los Saicos, es decir, el álbum Los Saicos “Wild Teen Punk from Perú 1965” editado por el sello madrileño Electro Harmonix de la factoría Munster, que sencillamente recopila a modo de álbum los seis singles editados por la banda entre 1964 y 1966, y conmemoró en el año 2000 el 35º aniversario de la banda. Evidentemente fue esa edición la que a muchos nos puso tras la pista peruana, abriéndonos un universo desconocido que nos haría disfrutar de unas bandas muy particulares, así como hacernos replantear la geografía historiográfica del rock’n’roll.
En la contraportada de aquella edición, Paul Hurtado de Mendoza hace una breve pero fantástica crónica de la llegada del rock’n’roll al Perú, ilustrada con una nota de prensa de 1957: “…La fiebre del rock & roll llegó +a Lima. El jueves 31 alrededor de la medianoche … por las 54 butacas destrozadas del teatro Perricholi, émulos de los nuevos Teddy Boys de Londres, los jóvenes limeños involuntariamente vivieron un instante histórico en la sociología del espectáculo. Reaccionaron idénticamente a sus contemporáneos del Bronx … cuando Anakanoa salió a bailar, los jóvenes reaccionaron airados gritando ‘rock and roll’!!! … Nada de mambo, rumba, guaracha, querían r’n’r, y vino el r’n’r con los bailarines Betty Di Roma y Oscar Neyra, pero tampoco les agradó a los chicos, que lo único que deseaban era que los aficionados o espontáneos bailaran. Los organizadores indudablemente decidieron suspender el espectáculo y entonces, la desatención de la multitudinaria solicitud fue sellada con la destrucción… los trogloditas exacerbadamente afectos al rock and roll, sintiéndose insatisfechos, la emprendieron contra el local. El virus del rock and roll ha llegado a Lima, la policía tiene en sus manos la vacuna contra este mal”. El rock finalmente se asentó por todos los barrios limeños, para finalmente ver nacer a Los Saicos, y todo volvió a descontrolarse. En esa crónica de Hurtado, también hace referencia al nombre de la banda, que originalmente se llamaban Los Sádicos, pero ante los problemas que podrían tener con la censura del gobierno decidieron reducirlo a Los Saicos, en otras muchas entrevistas a los miembros, se dice que como homenaje al Psycho de Hitchcock.
Otra de las muchas curiosidades es la explicación de por qué hoy en día apenas tenemos imágenes de la banda, de sus actuaciones, etc… “Su existencia fue efímera (…) casi no existen datos concretos del grupo (…), los discos de 45 rpm salían sin portada, venían en sobres de papel con los logos y slogans publicitarios de la discográfica que los publicaba, así la única información acerca de los grupos era la que venía en las etiquetas de los discos, ni se conservan imágenes de sus actuaciones, lo que aumentó aún más el halo oscuro y misterioso de la banda. Lo cierto es que fueron los que marcaron la pauta; los grupos que comenzaban ya no imitaban a los grupos extranjeros, imitaban a Los Saicos!!!”. Su sonido crudo y oscuro, su irreverencia y lo provocador de sus letras, surrealistas, violentas, sádicas (por supuesto) y por momentos ininteligibles… pero sobre todo por que fue la única banda de todo aquel movimiento que no hacían versiones, ni adaptaciones, ni traducciones, solo temas propios, salpicados por gritos, berridos y alaridos…
Cuando ya entrado el siglo XXI Los Saicos se dieron a conocer realmente a todo el mundo, el término proto-punk cobró una nueva dimensión, abriendo numerosos debates sobre los trogloditas aventajados en la era moderna de la música, pero eso lo trataremos en otra ocasión. Lo realmente importante, para quién no comprenda el contexto, es que mientras el mundo bailaba el A Hard Day’s Night de The Beatles, en el Perú la juventud se retorcía al ritmo de Salvaje y Demolición, y mientras en medio mundo tarareaban la infantil Love me Do, en Lima se gritaba a pulmón abierto tatatatatata yayayayaya echemos abajo la estación de tren. Resulta evidente que hay muchos aspectos de la historiografía (tanto la seria y social, como la que se ocupa de la evolución artístico-musical y sus fenómenos) que hay que volver a escribir.
En 2005, el gobierno de Lince (Lima) dio el nombre de Los Saicos a la calle donde todo había comenzado, ahora, en 2009, Saicomania da un paso más para reivindicar el legado de una de las bandas más avanzadas a su tiempo, por que muy dentro de nosotros, todos tenemos un sádico con ganas de volar estaciones de tren…
Los Saicos:
Rolando “Chino” Carpio (guitarra)
Erwin Flores (voz y guitarra rítmica)
Pancho Guevara (batería)
César “Papi” Castrillón (bajo)
- Singles:
Come On / Ana (1964, Dis Perú)
Demolición / Lonely Star (1965, Dis Perú)
Camisa de fuerza / Cementerio (1965, Dis Perú)
Te Amo / Fugitivo de Alcatraz (1965, Dis Perú)
Salvaje / El Entierro de Los Gatos (1965, Dis Perú)
Besando a Otra / Intensamente (1966, El Virrey)
- Recopilaciones:
Wild Teen Punk from Perú 1965 (2000, Electro Harmonix)
Saicos (2006, Repsychled Records)
Publicado en el sitio Libro de Notas
Los York’s, de aquellos locos del Perú (volumen 1)
Por Mon Falcón
Una de las muchas alegrías de las que los melómanos podemos disfrutar en los últimos tiempos son las continuas reediciones de álbumes o singles perdidos o la publicación de compilaciones con todas las grabaciones de muchas bandas perdidas, seminales y prácticamente desconocidas fueras de su propio contexto espacio-temporal. Desde hace unos cuantos años se viene reivindicando el papel del rock’n’roll peruano de los 60, especialmente por la disquera madrileña Munster, que sirve de canalizador de toda aquellas locura hacia el mundo. El caso que hoy nos ocupa, el doble lp El Viaje 1966-1974 de Los York’s.
Como muchas veces ocurre, todo aquel movimiento fue casual, espontáneo y efímero, de comienzos poco claros y por motivos que aún nadie puede comprender. Lo ocurrido en Perú desde la segunda mitad de los años 50, al contrario de lo ocurrido en México en la misma época responde a una naturaleza evidentemente similar, pero a través de diferentes canales. México era el otro vértice donde surgió un sub-mundo de rock en castellano, pero allí debido al carácter fronterizo con los USA, era mucho más fácil la importación de vinilos por parte de gente que cruzaba la aduana para trabajar, así como de aquellas élites que podían pagar los estudios de sus hijos en el país vecino. En el caso del Perú, el principal y único canal de influencia de la cultura del rock’n’roll (al igual que lo fue también para México y el resto del mundo) fue el cine, que desde los años cincuenta comenzó a exportar al mundo la imagen de una juventud rebelde, que despreciaba todo lo establecido y escuchaba aquella extraña música que bebía directamente de la música negra. Desde finales de los 50 comenzaron a surgir bandas y conjuntos; Los Millonarios del Swim fueron los primeros y avanzadilla de combos instrumentales, que comenzaron a introducir piezas de rock entre su repertorio, y luego todo se descontroló… Los Doltons y Los Belkings como introductores del clasicismo contenido, y más tarde la sicodelia llegó al país andino mezclando la música tradicional con el rock progresivo, inevitable. Pero antes de eso hubo tres bandas insuperables en actitud, versatilidad en sus adaptaciones y en la creatividad de sus propias composiciones: Los Shain’s, Los Saicos y Los York’s. Los primeros se mantuvieron durante muchos años en la memoria debido a la duradera carrera de sus miembros, mientras que los segundos, Los Saicos han sido recuperados hace años como pioneros desubicados del proto-punk debido a lo pesado de su rítmica y a su denso y oscuro sonido, una auténtica anomalía histórica. Sin embargo fueron Los York’s la banda más popular y exitosa de todo el movimiento rock del Perú.
Los York’s se forman en 1964 con un nombre en el que querían dejar claro que harían música norteamericana (lo que debería entenderse como los neoyorquinos). Como en muchas otras ocasiones, la banda se puso en marcha sin vocalista y con una clara fijación en una banda vecina, Los Saicos; sin embargo con la llegada de Pablo Luna para hacerse cargo de las voces fueron tomando un estilo propio, mucho más beat y psicodélico y mucho más influenciado por el garage de la costa este de los USA. Entonces Pablo Luna se hizo llamar Paul Moon y todo comenzó a funcionar. Sus espectaculares directos, con Luna al frente, hicieron correr la etiqueta de ritmo enfermedad para referirse a su música, para terminar conociéndolos como El Conjunto Enfermedad a modo de apellido de la banda.
Pero volvamos al cine, por que es el hilo conductor de esta historia. Pablo Luna era el vocalista de Los Press, y fue en una actuación de su banda durante una matinal cuando le ficharon. ¿Matinales? Si amigos, todas estas bandas salvajes y trogloditas entraban en acción en las mañanas de los fines de semana. Y así el rock nunca se separó del cine en el Perú, las actuaciones se celebraban sábados y domingos, en largas sesiones matinales, en donde las bandas actuaban antes y después de la proyección cinematográfica. Si el mito de Los Saicos traspasó fronteras después de que sus incondicionales destrozasen la sala de cine al ritmo de Demolición —«me gusta volar estaciones de tren, demoler, demoler, demoler, demoler!!!»—, las actuaciones de Los York’s fueron posteriormente comparadas con las de The Stooges, con Pablo Luna convertido en un espasmódico Iggy Pop, que se retorcía a ritmo frenético durante las canciones y terminaba destrozando los micrófonos, las cajas de sonido y el equipo de luz.
Su debut se produce en 1967, donde tras varios singles lanzaron su primer Lp: Los York’s 67, que incluía temas como Vete al infierno o Abrázame que reflejaban la crudeza y la rítmica de la banda en directo, así como el descaro en sus letras y el apego a lo políticamente incorrecto, pero sin embargo hacía demasiadas concesiones a los intereses comerciales de la discográfica MAG (era obligatorio incluir piezas de música ligera y baladas). A pesar de todo, el éxito fue inmediato, alcanzando el disco de oro en tan solo dos meses y todavía durante ese año protagonizando un programa televisivo, El Show de Los York’s que se prolonga durante casi un año completo. En 1968 lanzan su siguiente álbum, por supuesto titulado Los York’s 68, con menos concesiones comerciales, más rítmico y más duro, y por supuesto de menos éxito que el anterior. Y aquí es donde comienzan los verdaderos problemas. Ante las pretensiones de la compañía, la banda decide abandonar y firma por la disquera El Virrey, pero en MAG no estaba dispuestos a dejar pasar la oportunidad de hacer caja, y con grabaciones descartadas editaron un nuevo álbum de la banda, evidentemente Los York’s 69 del que Pablo Luna y compañía siempre renegaron, puesto que además en varios temas se añade la voz de Pablo Villanueva, un famoso cómico que había colaborado en los coros del primer álbum de la banda, para rellenar las partes incompletas. Todo un despropósito. Y lo que es peor, en esta edición se incluyen El Preso, El Loco y El Sicodélico tres de los mejores temas de Los York’s, que paradójicamente MAG no habían permitido publicar hasta entonces.
En 1970 la auténtica banda publica su nueva álbum Los York’s, Ritmo y Sentimiento, pero la magia se había perdido, Los York’s habían sido estafados, su trabajo manipulado y sus ganas por seguir creando se habían terminado. Es la historia de cientos y miles de bandas a lo largo de la historia, y ¡ojo! a lo ancho del planeta, sino veremos próximamente… Pero en este caso, al estupidismo de las compañías se suma la situación política del país. Toda esta incomprensible escena de rock, protopunk y surf que asoló Perú durante los años 60 pasó a la más absoluta clandestinidad desde el golpe de estado de Juan Velasco Albarado, imponiendo una junta militar especialmente represiva contra todo lo que viniese del enemigo imperialista del norte. Esta situación se prolongó hasta 1980, momento en que estalló el conflicto armado entre gobierno, paramilitares y grupos como Sendero Luminoso y Tupac Amaru. Todo se complicaba demasiado. Hubo más bandas, incluso de éxito como El Polen o Traffic Sound, también Los York’s se permitieron un fugaz retorno en 1974, pero todo fue un espejismo, todo se había terminado, aunque algunos no se enteraban. En otra ocasión volveremos a los Andes, pero al menos ya podéis intuir que la historia terminará exactamente igual que esta.
Discografía
Los York’s 67 (1967, MAG)
Los York’s 68 (1968, MAG)
Los York’s 69 (1969, MAG)
Los York’s, ruido y sentimiento (1970, El Virrey)
El Viaje 1966-1974 (2008, Munster)
Publicado en el sitio Libro de Notas
viernes, 22 de julio de 2011
The Jay Hawks 1961, Los Incas Modernos 1963
Los Incas Modernos, del Callao, fueron el primer grupo de rock en grabar un long play de rock en nuestro país, con temas casi todos compuestos por ellos. Originalmente se llamaron The Jay Hawks y desde 1961 ya participaban en la naciente movida rockera en nuestro primer puerto, pero en 1963 cambiaron su nombre por el de Los Incas Modernos (exigencia del sello Discosol para grabarles su Long Play).
Sus integrantes fueron: Manuel García Quiroga (primera guitarra y principal compositor), Luis Bermudez Molina (segunda guitarra), Hector Wu Geng (bajo) y Hugo Diaz Da Silva (batería). Según el texto de la contratapa del disco, cuando los integrantes de Los Incas Modernos hicieron este LP aún no habían cumplido los 20 años.
La diferente calidad de sonido entre algunos temas en su disco se debe, según refiere Gerardo Manuel, a que fueron grabados una parte en los estudios de Iempsa y otra parte en un estudio casero. El gran Gerardo Manuel los recuerda así en su blog de El Comercio:
“A comienzos de los sesenta surgieron muchas bandas y solistas que cultivaban la nueva música. Muchos ignoran la existencia de esas bandas por falta de referentes fonográficos. El Callao, por ejemplo, era semillero de grupos de rock y en 1963 ya había una buena cantidad de bandas chalacas como “Cocoloco y sus twisteros” o “Los Delfines”, el primer grupo donde cantó el desaparecido Jean Paul “El Troglodita”.
Pero los primeros en grabar un long play fueron Los Incas Modernos, también del Callao. Ubicamos a Héctor Wu Geng, uno de los ex integrantes de la banda, quien recuerda con nostalgia esos momentos. Él era el bajista de la banda y fabricante de la segunda guitarra y el bajo del grupo. Héctor nos cuenta las peripecias que pasaron para grabar su primer LP, el mismo que tenía canciones en su mayoría compuestas por Manolo “Loco” García (primera guitarra), quien hoy vive en Estados Unidos con su familia y está entregado a la religión. La excepción en las composiciones musicales fue el tema “Carnavalito”, originalmente un tema folclórico fusionado con rock. Además de García y Wu, “Los Incas Modernos” estaba formado por Luis Bermúdez Molina en segunda guitarra y Hugo Díaz Da Silva en batería.
La guitarra de Manolo, la única de fabricación no casera, era nada menos que una Hofner, la misma marca que el bajo original de Paul McCartney. El amplificador para las guitarras era un Farfisa, el de bajo también fue fabricado por Héctor y la batería era una Roxy.
En esas circunstancias fue que conocí a Héctor, recomendado por un amigo, en común para que nos fabricara un bajo para Javier Román, nuestro bajista de Los Doltons (el bajo aún existe y está colgado como trofeo en una pared de la casa de Javier). Una parte del álbum de “Los Incas” fue grabado en los estudios de Iempsa y la otra en unos estudios caseros que estaban ubicados en el barrio de Santa Beatriz, a una cuadra de lo que es hoy el canal 7”. (Gerardo Manuel)
jueves, 21 de julio de 2011
Los famosos discos "MAG" de Manuel Guerrero
Por José Carlos Serván
El año 1954, fecha de mis inicios como locutor en Radio Victoria, debía realizar una grabación de un comercial publicitario. Generalmente se hacían en los estudios del Ing. Mirenghi en la Av. Wilson y hoy sólo recuerdos. La realidad es que llegamos a la Plaza Unión en donde funcionaba "Discos MAG". Recuerdo como si fuera ayer la locuacidad de Don Manuel. Nos explicaba la historia de su flamante negocio y de cómo había descubierto el éxito, ya que antes se dedicaba a los juguetes y adornos para el hogar.
Su historia de los discos empezó importando los mismos y agregándolos en su negocio inicial. Sucedió un fenómeno que revelaba la preferencia del público por aquellas grabaciones. Esto lo obligó en cierto modo a pensar de una manera diferente y se las jugó por instalar su primera fábrica, aquella con todavía el sistema existente de discos de 78 RPM, los famosos de carbón y que revolucionaron sus ideas. La mayoría de artistas de esos tiempos, grababan para el sello "MAG". Peruanos e internacionales.
Aquella experiencia en discos "MAG" con el Ing. Guerrero, sirvió para conocer el ímpetu que llevaba con él. Hizo imposible que estos recuerdos afloraran, la maravillosa ocasión de charlar con un pianista muy popular, el famoso "pato" Alejandro Villalobos y Aída Valencia, una cancionista criolla con la que ensayaban. Se tuvo que interrumpir para darnos exactamente 10 minutos que duró nuestra intervención. Debido a estos hechos es que siempre tengo presente esas mis primeras experiencias de locutor.
Vendrían después las grabaciones de Xiomara Alfaro cantando "Luna Rossa", una canción clásica italiana y la rumba "Sube Espuma" con el acompañamiento de la Orquesta de Eulogio Molina. Un disco "MAG" que en cierto modo catapultó al éxito a la cancionista cubana. Vendrían los de larga duración y conservo el disco con "Carlos Berscia", gran acordeonista y hermosos temas para los aficionados a este estilo. Lucho Macedo y su Sonora, capitalizó buenos éxitos en su época de apogéo de los discos "MAG".
La soprano coloratura "Suray Surita" y "Los Hermanos Gamarra", son otra muestra de que acertaron en grabar para este sello inolvidable. La gran mayoría de famosos, dejó sus voces y todavía podemos oírlos en las viejas colecciones. Poseemos muchos discos de carbón y de los otros y cada vez que los hacemos girar, evocamos al Ing. Manuel Antonio Guerrero, cuyas siglas se hicieron famosas con el sello "MAG". Por ese entonces nació en nosotros la idea de que, algún día, ingresaríamos a este fascinante mundo.
Por otro lado y viendo entrevistas en un programa de televisión, advertí a Carlos Guerrero, el vocalista de la famosa agrupación "We All Together" y cuyos éxitos hemos anunciado en cientos de oportunidades. Diría de él, otro triunfador para orgullo de su padre. Creo que Don Manuel no lo llegó a apreciar en toda su magnitud de artista. Habrá ocasión de reseñarlo, aunque para ello tendríamos que pedirle su autorización. Aquí sólo cumplimos una meta: sacar del olvido a los talentos peruanos que son nuestro patrimonio. Gracias.
Publicado en el blog Artistas en el Perú
miércoles, 13 de julio de 2011
Duraznito y sus Twisters
Por Cuadernos de Rock en Español
Pioneros del rock en Perú, este conjunto musical se fundó en 1961 por el chileno LUIS DURAND, quién modificó su apellido por DURAZNITO para dar nombre artístico al grupo.
La voz cantante estaba a cargo de JORGE BOTTERI el cual ya llevaba unos años dedicándose a la música. Acompañado por la Orquesta de Lucho Macedo, su debut discográfico fué en 1959 para Discos MAG, con una versión del éxito de Neil Sedaka "Pequeño diablo".
A finales de 1961 comienzan a grabar los 12 cortes que forman este LP pero, por discrepancias económicas, JORGE decide abandonar el proyecto quedando una pista sin incluir la voz. De esta forma la discográfica decide que sea CESAR ALTAMIRANO quien ponga voz al tema "Bailando el twist".
En las grabaciones intervinieron:
- "CHATÓN" ALCÁZAR en el piano;
- GERMAN NECIOSUP en el saxofón;
- JOE DI ROMA en el contrabajo;
- PACO ZAMBRANO en la percusión;
- VICTOR DURAND en la trompeta;
- ROBERTO VALDEZ en la guitarra; y
- PABLO VILLANUEVA "MELCOCHITA" como músico de apoyo.
Los coros estuvieron a cargo del trío 'Los Gorrioncitos'. Por su parte, LUIS DURAND se encargó de escribir los arreglos y las partituras.
El LP fué un éxito de ventas y el single "El twist" / "Twist en U.S.A." consagró a JORGE a la fama, cuya voz parecía nacida especialmente para interpretar el twist, según las notas de contraportada del disco.
Animado por el éxito JORGE decide volver a Discos MAG y lanza más de veinte títulos, todos bajo el nombre de "DURAZNITO, canta JORGE BOTTERI".
A pesar de las buenas ventas tanto en Perú como en otros paises (Venezuela ó Mexico), DURAZNITO duró un par de años más, hasta que JORGE decide retirarse para terminar sus estudios de Ingenieria.
Volvió a la música años después como productor y cantante.
PERU, 1961
Mag LPN-2050
- Twist En U.S.A.
- Twist Mexicano
- El Twist
- Twist Otra Vez
- Pude Bailar Toda La Noche
- Twist Around The Clock
- The Peppermint Twist
- Amorcito (Lovey Dovey)
- Pobre Fannie
- Bailando El Twist
- Multiplicación
- Presumida
Publicado el 21/2/2010 en el blog Cuadernos de Rock en Español
Duraznito (Lima, 1960 - 1963)
Por Jesus el Rocker
El rock and roll también llegó al Perú a finales de los años 50 y legiones de adolescentes pasaban sus horas libres escuchando los escasos discos que del género ponían en la radio y bailando al son del nuevo ritmo. Uno de ellos, aparte de bien parecido, tenía una buena voz y un gran oido para interpretar aquellos temas norteamericanos. Se llamaba Jorge Botteri y era siempre invitado a cantar por cualquier proyecto de conjunto musical rocanrolero que surgiese en la zona para actuar en fiestas escolares. Tenía tan buena acogida que, cuando terminó el instituto, se presentó en discos MAG para una audición, siendo contratado como solista de la orquesta de Lucho Macedo, en aquel entonces con un puesto vacante. Fue suya la voz del single de esta formación "Pequeño diablo" (1959), una versión tropical de un éxito de Neil Sedaka, pero no era esto lo que quería Botteri y la empresa le presentó al músico chileno Luis Durand (ambos en la foto), con unas inquietudes musicales rockeras más cercanas a las de él. Decidieron formar un grupo de rock and roll con el ridículo nombre de Duraznito, por los arreglos de Durand evidentemente, que cuando empezaron a decantarse por el twist tan de moda pasó a llamarse Duraznito & sus Twisters, contando entre sus miembros con el prometedor multi-instrumentista y cómico Pacocha, el cual ya había tenido un conjunto, Son Cubillas, junto a sus hermanos y que pronto se cambiaría el nombre artístico a Melcochita. Empezaron a grabar una serie de temas para editar primeramente un álbum, pero antes de acabar Botteri ya se había enfadado por discrepancias económicas y abandonó el proyecto (en este LP aparecerían grandes temas como "Presumida" o "Peppermint twist"). Para completarlo se recurrió a su antiguo colega de colegio César Altamirano, pero fue la magnífica voz de Botteri en el single "El twist" la que les catapultó a la fama. Este inesperado éxito animó a Botteri a regresar a MAG y comenzó a grabar una serie de singles, acreditado ahora el grupo como Duraznito canta Jorge Botteri, que se vendieron muy bien, no solo en el Perú sino también en Méjico y Venezuela. A pesar de lo bien que les fue durante un par de años, Botteri, un tipo serio, prefirió dejar la carrera musical para terminar los estudios de ingeniería que ya había comenzado, sin que ofertas millonarias de empresarios mejicanos para que siguiera pudieran convencerle. El grupo no pudo sobrevivir a su marcha y se disolvieron poco despúes. Botteri volvería a la música en los años 70 al formar el dúo de rock tropical Los Blancagüays (junto a Kroffer Jiménez V, que había tenido la banda Popy & sus Pirañas), que cosechó un tremendo éxito con el tonto tema "La palmadita". Luego se pasó a la producción, fundando su propio sello que apoyó a muchos grupos horrendos aunque de geniales nombres, como Los Engreidos del Mantaró, que con su tema "Rompeponchos" fueron los que más dinero le dieron, aunque también siguió apoyando el rock & roll de la mano de nuevas bandas como Laos Cuatro Gatos o Los Dakotas. Fue Botteri también un innovador del diseño discográfico mundial gracias a sus conocimientos de ingeniería indsutrial, siendo el primero en editar vinilos de caña de azucar y coloreados en diversos tonos, invento que con la llegada de la psicodelia no le fue dificil exportar con éxito. Apoyando la música en todos sus frentes siguió este gran hombre hasta practicamente el día de su fallecimiento en el año 2009. Por su parte Durand siguió como arreglista de diversas agrupaciones musicales, principalmente de cumbia, bandas en las que muchas veces también estaba su hermano Víctor y otros integrantes de Duraznito. el contrabajista Joe di Roma se dedicó a la composición unos años hasta que decidió pasarse a la música clásica en su faceta comercial de los años 80, primero formando Joe di Roma y sus Violines de Ensueño y más tarde un dúo de valses con Aida Valencia. El batería se pasó a la cumbia sin muchos escrúpulos y lideró Paco Zambrano & sus Ratones, agrupación que también contó entre sus filas con el saxo de Duraznito Germán Neciosup, músico que también tuvo su propia orquesta de salsa y que luego formaría la olvidable banda Los Tiples Peruanos. Melcochita, por su parte, se dedicó al humor televisivo con gran éxito convirtiéndose en uno de los personajes más populares de Perú. Grabó varios discos más en solitario o con agrupaciones con nombres tales como Karamanduka with Mag Peruvian All Stars, Las Estrellas del Son (con Johnny Pacheco) o Los Hermanos de la Salsa (con Lita Branda), ninguno de los cuales la guerra me ha hecho tan cruel como para recomendaros.
Músicos: Jorge Botteri y César Altamirano (voz), Roberto Váldez (guitarra), Joe di Roma (contrabajo), Chatón Alcazar (piano), Paco Zambrano (batería), Germán Neciosup (saxo), Víctor Durand (trompeta), Pablo "Melcochita" Villanueva (guitarra y piano) y Los Gorrioncitos (coros).
Publicado el 31/3/2011 en el blog Diccionario Rockabilly
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Duraznito y sus Twisters,
Jorge Botteri
Pancho Guevara: El sonido de Los Saicos se creó por nuestra ignorancia
Pancho Guevara, baterista de Los Saicos (Foto: Low Fi Woman)
Entrevista por Gonzalo Pajares Cruzado
“Ofertas para volver sobraban. Cuando apareció lo de España vimos que era tiempo de regresar”, nos dice el gran ‘Pancho’ Guevara, el baterista de Los Saicos, banda que mañana, después de 44 años, alégrese, reaparece en un escenario. Apénese, lo hará en España y no en Lima.
"En mi casa se escuchaba mucha ópera, mucha zarzuela, mucho tango; pero en la calle, mucha guaracha. Yo era pésimo bailando. Cuando aparece Elvis, en el 56, yo trataba de imitar sus pasos, pero no me salía”. Así empieza nuestra charla musical con Francisco ‘Pancho’ Guevara, el baterista de la más legendaria y entrañable banda que ha producido el rock peruano. Tan grande y universal es su leyenda –y su legado– que mañana, después de 44 años, sus integrantes vuelven a reunirse para ofrecer un concierto de verdad (no como las tocaditas puro feeling que dieron en 2006 en Mochileros y hace unos meses en el Británico) en el Funtastic Dracula Fest (Valencia, España). Vendería mi alma al diablo por estar allí.
¿Ver a Elvis también significó el inicio de su etapa como músico?
Siempre he sido melómano. Empecé en la percusión imitando a los vendedores de humitas, quienes las ofrecían tocando una tumba. Los escuchaba y salía disparado a verlos.
Dicen que los percusionistas son los menos músicos de una banda…
(Ríe). Al contrario. Yo tengo buen oído. Eso sí, yo me he vuelto sordo de tanto tocar, el volumen que usan estos compadres (y señala a sus músicos) es impresionante (ríe).
¿Cuál era su estilo en la batería?
No tenía (risas). Intentaba tocarla como el bongó, como la tumba, pero la agarraba a palazos (risas). Traté de ingresar al Conservatorio y me botaron (risas). Yo agarré la batería y me dediqué a darle, nada más.
¿Cómo conoció a Rolando Carpio (guitarrista), a ‘Papi’ Castrillón (bajista) y Erwin Flores (cantante)?
Todos vivíamos en Lince. Tuve la desgracia de ser vecino de Erwin en Breña. Felizmente no lo conocí (ríe). Ellos eran unas bestias, unos salvajes, yo era el sano, el tranquilo al lado de esos animales (ríe). Eran inquietos, movidos, avezados, muy intrépidos: caminaban por los precipicios, arriesgaban la vida por cualquier motivo. Y mire que no tomaban (ríe).
Sin alcohol, ¿cómo se salvajeaban?
La salvajada estaba en nuestros genes (ríe). Admirábamos a James Dean. Nosotros éramos unos rebeldes sin causa, pero tratábamos de encontrar una para justificar nuestra rebeldía (ríe).
¿Cogió alguna vez una guitarra?
Siempre hice percusión. Castrillón tenía un rondín y cantaba. Erwin era un cero, un negado, no tocaba ni cantaba. Pero en Brasil aprendió a tocar guitarra. A su regreso, según ‘Papi’, Erwin y yo nos acercamos a él y le dijimos: “Papi, estamos haciendo una banda. ¿Quieres tocar?”. “Ya”. “¿Quieres cantar?”. “Ya”. “¿Quieres tocar el bajo?”. “Ya”. No lo recuerdo, pero si ‘Papi’ lo dice debe ser cierto.
Así armaron la banda…
No sé cómo la armamos. ‘Papi’ y yo parábamos juntos. Erwin era un nerd (ríe), no jugaba fútbol, cometa, bolitas; no paraba trompo; todo el día leía. Más que inteligente era chancón (ríe). Pero si ha llegado a la Nasa y a ser físico, algún talento debe tener. Que haya chocado un satélite en Saturno no es su culpa (ríe).
¿Cómo nació el sonido ‘Saicos’?
Por ignorancia. La música bacán, la música linda no nos salía. Lo que nos salió fue ruido, fuerza... algo que es muy bacán. El papá de Erwin tenía un negocio de transmisores. En su taller había un par de amplificadores botados, de perifoneo; los tomamos, les dimos un poco de potencia y listo. Es más, la primera guitarra de Rolando, siendo ingeniero mecánico, solito se la fabricó. Debió estar mal hecha porque nuestra música tiene notas raras, que inventó Rolando. Años después, cuando el Chino (Rolando) veía tocar a su hijo ‘Rolo’, le decía: “¿Qué nota estás haciendo?”. Rolando se había olvidado de tocar (risas).
¿Y eran una banda ‘disciplinada’?
Durante un año ensayamos todos los días. Aprendimos a tocar ensayando. Así fueron apareciendo nuestras canciones; en ellas metíamos lo vivido: el Chino metía un par de notas y Erwin le ponía alguna vivencia. Demolición nace de su bronca por la estación del tren de Matucana. Yo me había mudado por allí y siempre les hablaba de lo bacán que era el tren. Al ‘Loco’ (Erwin) le jodían estas historias y puso la letra. En Camisa de fuerza hay locura y romance, es un zafarrancho, nuestro lado salvaje.
¿Los Saicos es una deformación de Los Sádicos?
Esa es una leyenda que se le ocurrió a un periodista. ¿Rolando dijo que el nombre venía de ‘sádicos’? Yo no la tengo clara. Yo creo que viene más de ‘Psycho’. Erwin y Castrillón están equivocados cuando hablan del nombre de la banda. Todos tenemos una versión rara, propia (ríe).
¿Alguna vez le dijeron a Erwin “canta bien”?
No, más bien le dijimos “no cantes” (risas). El cantante era Castrillón, quien tenía una voz melodiosa, pero cuando agarró el bajo se cruzó: no podía cantar y tocar. Y como Erwin era el inútil, ya, pues, cantó. Al inicio le dijimos: “Mientras aprendemos a tocar, tú gritas” (risas). No teníamos idea de lo que hacíamos. Nuestra inutilidad y nuestro talento nos llevaron a hacer lo que hacíamos. Grabamos 12 canciones, pero nuestro repertorio era de 25. Hemos rescatados tres –Mercenario, Poquito de pena y Viejo y enfermo– para tocarlas en España.
Guido Monteverde los eligió el Mejor Grupo de Nueva Ola…
¿Qué es eso? Oiga, eso es un insulto (ríe), se siente extraño.
¿Por qué se separaron?
Es que los otros tres eran insoportables (risas). Durante varios años vivimos casi juntos y era muy complicado soportarnos. Nuestro ego creció mucho. Llegamos a ganar unos siete mil soles por día, que hoy serían unos 20 mil soles. ¿Qué hacíamos con la plata? Ni idea. Además, siempre supimos que la música era nuestro hobby.
Publicado el 9/10/2010 en Perú 21
Entrevista por Gonzalo Pajares Cruzado
“Ofertas para volver sobraban. Cuando apareció lo de España vimos que era tiempo de regresar”, nos dice el gran ‘Pancho’ Guevara, el baterista de Los Saicos, banda que mañana, después de 44 años, alégrese, reaparece en un escenario. Apénese, lo hará en España y no en Lima.
"En mi casa se escuchaba mucha ópera, mucha zarzuela, mucho tango; pero en la calle, mucha guaracha. Yo era pésimo bailando. Cuando aparece Elvis, en el 56, yo trataba de imitar sus pasos, pero no me salía”. Así empieza nuestra charla musical con Francisco ‘Pancho’ Guevara, el baterista de la más legendaria y entrañable banda que ha producido el rock peruano. Tan grande y universal es su leyenda –y su legado– que mañana, después de 44 años, sus integrantes vuelven a reunirse para ofrecer un concierto de verdad (no como las tocaditas puro feeling que dieron en 2006 en Mochileros y hace unos meses en el Británico) en el Funtastic Dracula Fest (Valencia, España). Vendería mi alma al diablo por estar allí.
¿Ver a Elvis también significó el inicio de su etapa como músico?
Siempre he sido melómano. Empecé en la percusión imitando a los vendedores de humitas, quienes las ofrecían tocando una tumba. Los escuchaba y salía disparado a verlos.
Dicen que los percusionistas son los menos músicos de una banda…
(Ríe). Al contrario. Yo tengo buen oído. Eso sí, yo me he vuelto sordo de tanto tocar, el volumen que usan estos compadres (y señala a sus músicos) es impresionante (ríe).
¿Cuál era su estilo en la batería?
No tenía (risas). Intentaba tocarla como el bongó, como la tumba, pero la agarraba a palazos (risas). Traté de ingresar al Conservatorio y me botaron (risas). Yo agarré la batería y me dediqué a darle, nada más.
¿Cómo conoció a Rolando Carpio (guitarrista), a ‘Papi’ Castrillón (bajista) y Erwin Flores (cantante)?
Todos vivíamos en Lince. Tuve la desgracia de ser vecino de Erwin en Breña. Felizmente no lo conocí (ríe). Ellos eran unas bestias, unos salvajes, yo era el sano, el tranquilo al lado de esos animales (ríe). Eran inquietos, movidos, avezados, muy intrépidos: caminaban por los precipicios, arriesgaban la vida por cualquier motivo. Y mire que no tomaban (ríe).
Sin alcohol, ¿cómo se salvajeaban?
La salvajada estaba en nuestros genes (ríe). Admirábamos a James Dean. Nosotros éramos unos rebeldes sin causa, pero tratábamos de encontrar una para justificar nuestra rebeldía (ríe).
¿Cogió alguna vez una guitarra?
Siempre hice percusión. Castrillón tenía un rondín y cantaba. Erwin era un cero, un negado, no tocaba ni cantaba. Pero en Brasil aprendió a tocar guitarra. A su regreso, según ‘Papi’, Erwin y yo nos acercamos a él y le dijimos: “Papi, estamos haciendo una banda. ¿Quieres tocar?”. “Ya”. “¿Quieres cantar?”. “Ya”. “¿Quieres tocar el bajo?”. “Ya”. No lo recuerdo, pero si ‘Papi’ lo dice debe ser cierto.
Así armaron la banda…
No sé cómo la armamos. ‘Papi’ y yo parábamos juntos. Erwin era un nerd (ríe), no jugaba fútbol, cometa, bolitas; no paraba trompo; todo el día leía. Más que inteligente era chancón (ríe). Pero si ha llegado a la Nasa y a ser físico, algún talento debe tener. Que haya chocado un satélite en Saturno no es su culpa (ríe).
¿Cómo nació el sonido ‘Saicos’?
Por ignorancia. La música bacán, la música linda no nos salía. Lo que nos salió fue ruido, fuerza... algo que es muy bacán. El papá de Erwin tenía un negocio de transmisores. En su taller había un par de amplificadores botados, de perifoneo; los tomamos, les dimos un poco de potencia y listo. Es más, la primera guitarra de Rolando, siendo ingeniero mecánico, solito se la fabricó. Debió estar mal hecha porque nuestra música tiene notas raras, que inventó Rolando. Años después, cuando el Chino (Rolando) veía tocar a su hijo ‘Rolo’, le decía: “¿Qué nota estás haciendo?”. Rolando se había olvidado de tocar (risas).
¿Y eran una banda ‘disciplinada’?
Durante un año ensayamos todos los días. Aprendimos a tocar ensayando. Así fueron apareciendo nuestras canciones; en ellas metíamos lo vivido: el Chino metía un par de notas y Erwin le ponía alguna vivencia. Demolición nace de su bronca por la estación del tren de Matucana. Yo me había mudado por allí y siempre les hablaba de lo bacán que era el tren. Al ‘Loco’ (Erwin) le jodían estas historias y puso la letra. En Camisa de fuerza hay locura y romance, es un zafarrancho, nuestro lado salvaje.
¿Los Saicos es una deformación de Los Sádicos?
Esa es una leyenda que se le ocurrió a un periodista. ¿Rolando dijo que el nombre venía de ‘sádicos’? Yo no la tengo clara. Yo creo que viene más de ‘Psycho’. Erwin y Castrillón están equivocados cuando hablan del nombre de la banda. Todos tenemos una versión rara, propia (ríe).
¿Alguna vez le dijeron a Erwin “canta bien”?
No, más bien le dijimos “no cantes” (risas). El cantante era Castrillón, quien tenía una voz melodiosa, pero cuando agarró el bajo se cruzó: no podía cantar y tocar. Y como Erwin era el inútil, ya, pues, cantó. Al inicio le dijimos: “Mientras aprendemos a tocar, tú gritas” (risas). No teníamos idea de lo que hacíamos. Nuestra inutilidad y nuestro talento nos llevaron a hacer lo que hacíamos. Grabamos 12 canciones, pero nuestro repertorio era de 25. Hemos rescatados tres –Mercenario, Poquito de pena y Viejo y enfermo– para tocarlas en España.
Guido Monteverde los eligió el Mejor Grupo de Nueva Ola…
¿Qué es eso? Oiga, eso es un insulto (ríe), se siente extraño.
¿Por qué se separaron?
Es que los otros tres eran insoportables (risas). Durante varios años vivimos casi juntos y era muy complicado soportarnos. Nuestro ego creció mucho. Llegamos a ganar unos siete mil soles por día, que hoy serían unos 20 mil soles. ¿Qué hacíamos con la plata? Ni idea. Además, siempre supimos que la música era nuestro hobby.
Publicado el 9/10/2010 en Perú 21
martes, 12 de julio de 2011
Reencuentro de Los Spiders de Jauja
El grupo Los Spiders se formó en 1968 o 1969 y estuvo integrado por Victor Máximo Minaya Rivera, Carlos Antonio Gamarra Meza, Efrain Moises Bernedo Chavez y Oscar Armando Rodriguez León. El blog regional Jauja, Primera Capital del Perú da cuenta del reencuentro del grupo Los Spiders. Cuarenta años después, este grupo de fines de los años sesenta se presentó en el local jaujino llamado "La Tinya Cantos Bar". De ese evento hemos obtenido el audio que ahora podemos escuchar. No sé si dejaron discos, pero cuentan los que comentan este reencuentro que Los Spiders llegaron a alternar con grupos tan populares como Los Datsuns de Huancayo y que en esa época habían otros grupos jaujinos como Los Spark's, Los Lasser's y Los Primos.
Transcribo dos de estas reseñas sobre Los Spiders:
Darío Núñez S. escribió:
Soy apenas un poco mayor que los integrantes de esta afamada agrupación jaujina que dejó honda huella en el sentimiento de la juventud de las dos últimas décadas del siglo pasado. Todavía recuerdo cuando debutaron en la desaparecida Radio Jauja que funcionaba en la Cda 5 del Jr. Bolognesi. Entonces algunas personas de mucha identicación con la música como el Prof. Luis Rivera Lizárraga quién prestaba su guitarra eléctrica y Neri Orihuela quién facilitaba otra guitarra y su amplificador fueron puntos capitales para el despegue de esta novísima (entonces) institución.Eran tan jóvenes, casi púberes, que el finado Luis Ramírez Chamorro los llamaba Los Pichis.Interpretaban magistralmente los temas de Santana, Los Beatles, Los Iracundos, Los Galos, entre otros. Del rock de aquel tiempo pasaron a interpretar música variada como la balada y la tropical, ganando tal popularidad que pronto empezaron a tener innumerables contratos. Su manager, hoy desaparecido, don Francisco Gamarra Silva le dio gran impulso. Cuando la fama les sonreía, un buen (o mal) día cuando se dirigían a cumplir con un contrato en el asiento minero de Yauricocha a bordo del carro de "gotitas" Chuquín Zavala, el vehículo se desbarrancó cayendo en las frígidas aguas del rio Cunas en la hoy provincia de Chupaca, con el resultado de la pérdidad de la totalidad de los instrumentos pero, felizmente, sin ningún costo humano. Ese fatal día significó el fin de los Spider's.
Además de los integrantes que aparecen en la foto ví a otros de renombrado arte como Edgar "mono" Miranda, Raúl "viejo" Herrero y como cantante "cóngoro" Aliaga Salazar. Entonces era alentador ver como los Spider's representaban a Jauja en eventos donde por Huancayo alternaban "Los Gatos Negros" y "Los Datsun's". Lo saltante es que a raíz de este éxito efímero en nuestra Jauja empezaron a aparecer conjuntos similares como "Los Spark's" y luego "Los Lasser's" y "Los primos", entre otros. ¡Ah!, aquellos tiempos.
Darío A. escribió:
Acabo de tener una conversación con Carlos "Checho" Gamarra, quién además de confirmar mis apreciaciones anteriores me menciona algunas más. El accidente al que hice referencia y que fue el final de esta agrupación jaujina fue el segundo y último. Anteriormente tuvieron uno más fatídico cuando se dirigían a cumplir con una presentación en Huarón-Pasco, en aquella oportunidad sólo se perdió el contrato. La nota dramática es el final de los miembros de esta agrupación. Si bien algunos como Carlos Gamarra quién radica en España, otros como Oscar Rodríguez tienen un final desconocido, pues aunque parezca increíble desapareció por completo. Ni sus familiares saben donde está. Efraín Bernedo trabaja en Huancayo y a Víctor "Macchi" Minaya lo pueden ubicar en La Tinya en Jauja. Es bueno decir, igual, que su primer vocalista fue Carlos Hurtado Castro y que la batería, inicialmente, la tocaba el tío de Víctor a quién llamaban cariñosamente "montañita" por el moño llamativo que usaba en la cabellera.
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