miércoles, 27 de julio de 2011

Los Yorks... la Enfermedad Sixties





















Por Arturo Vigil

Un domingo cualquiera del año 1966 en Lima, capital del Perú, específicamente en el distrito del Rimac, muy temprano cinco muchachos se aprestan a dirigirse a iniciar sus presentaciones en las recordadas matinales (circuito de conciertos de conjuntos y solistas llevadas a cabo en los principales cines y teatros del país). Lima se eclipsaba de sonidos beat e instrumental. Los Yorks, grupo conformado por Pablo Luna en la voz, Walter Paz en la guitarra líder, Román Palacios en la segunda guitarra, Jesús Vílchez en el bajo y Pacho Aguilar en la batería, alborotaron el mundo roquero de los sesentas. Con atisbos melancólicos, ritmo furioso, desesperado y de contundente dureza, hicieron de Los Yorks una banda garage – psicodélica con el más grande desparpajo que se recuerde y que sin embargo esa rudeza musical con la que expresaba su arte, es hasta hoy apreciada pues estaba impregnada de una belleza y sonido singular, ritmo furibundo y con letras contestatarias impusieron un estilo y una corriente a la cual se le dominó “Ritmo Enfermedad”…

Consolidados como grupo en el distrito del Rimac, Los Yorks ha sido el único conjunto que tuvo un programa de TV, el cual se llamaba “El Show de Los Yorks” vía Canal 11 de propiedad de la familia Belmont.En este espacio televisivo Los Yorks realizaban sketch y hacían música en vivo. Los textos del programa los realizaba el periodista y actor cómico Ramón Alfaro y en la locución en off, el ya desaparecido DJ, José Nashiro.
La voz de Pablo Luna emergía con incandescente desgarro y el sonido de la banda con claras influencias The Kinks, The Yardbirds, The Troggs y asimismo acogían todo el rock americano y lo recreaban en su estilo descarado y eminentemente provocador.
Alguna vez el recordado DJ de radio Miraflores, Germán Calderón dijo lo siguiente:”En la historia del rock y la música popular, nunca más se podrán juntar cinco tipos con la cara de ustedes”. Es decir, Los Yorks desde sus inicios marcaron una malditez y que a la postre los perfiló, tanto en su música, como en sus performances en el escenario, tenían fama de auténticos rebeldes y de desencadenar en determinados momentos una furia desmedida mucho mas allá de los escenarios.

De esta manera se les dio el status de una verdadera banda de rock, en tiempos en que no se hacía marketing, ni se buscaba el escándalo premeditado, ellos fueron así, genuinos, irrefrenables y verdaderos. Los componentes de esta gran banda peruana eran muchachos de extracción popular, llegando muy lejos y al primer lugar de las preferencias del público juvenil, desplazando a muchos conjuntos de esa época. Es por eso que en esos años se les decía que no había matinal sino estaban Los Yorks.

El conjunto rimense nunca interpretó un tema igual dos veces, siempre recreaban la totalidad de sus canciones en vivo y el efecto fuzztone marca Shuller estaba muy presente y marcaba la pauta sonora de este entrañable grupo sesentero.
Se recuerda que Pablo Luna destrozó alrededor de 48 micrófonos, incontables fluorescentes y tachos de luz en distintas y explosivas presentaciones. Pablo, un pelirrojo de rasgos afroperuanos, cantaba con su voz dulce, cálida y acompasada, pero que abruptamente podía pasar a un catarsico y furibundo paroxismo, con dosis de verdadera rabia y violencia.

El encargado de la primera guitarra y segunda voz, Walter Paz, aportó con su ejecución, un color y un sonido particular, quizás por su formación musical y admiración por Ray Charles, The Animals y en general al sonido Motown.A la par que hacia la mayoría de textos, arreglos y transcripciones musicales.

El complemento guitarristico lo ponía Román Palacios con su marcada fuerza instrumental y escénica.”El flaco”.Así lo llamaban a Jesús Vilchez, bajista del grupo, hacía gala de un marcado feeling y creatividad, el cual le dio al grupo una profundidad armónica muy especial, se recuerda sus movimientos andróginos y provocadores que alocaban y desesperaban en irremediables gritos de tiernas adolescentes. Pacho Aguilar, un baterista dotado de un carisma y un humor especial, ponía en la percusión toda su personalidad proyectada en su maravillosa batería Roxy, dándole el sonido a los “Enfermos” Yorks.

La canción símbolo de esta banda sixties, fue el tema “Abrázame” que en una semana de salir al mercado vendió alrededor de 40,000 copias, caso inusual para un sello como MAG, especializado en folclor y música tropical. “La enfermedad”…ritmo contagiante, versión peruana y limeñisima interpretación del garage norteamericano, lo cual Los Yorks supieron exponer en toda su magnitud, dando lugar a la creación de los llamados “Clanes de Los Yorks” en todo el país.

Ancash, Cuzco, Loreto, Tumbes, Piura, Trujillo, recuerdan aún con carácter histórico para el beat de aquella época las actuaciones que tuvieron en dichas localidades. Eran invitados a ferias departamentales y de obligada presencia en la Feria Internacional del Pacífico. Además de realizar sus interminables fiestas psicodélicas en el Club Tennis de La Victoria, Club Okinawense entre otros. Compartieron escenario con Charles Aznavour en el Salón Chavin del Aeropuerto internacional Jorge Chávez, asimismo tocar en el Paraninfo de la Feria del Pacífico al lado de los Marshmelows Soup Group, con Roberta y también con el afamado trío Los Panchos en una (gira por todo el oriente peruano), etc.

Los Yorks a lo largo de sus cinco años de carrera musical fueron premiados con el NAYLAMP 67(Medalla de la Juventud), cinco Trofeos Guido, otorgados por el emblemático periodista de espectáculo, Guido Monteverde, como “Lo mejor de la semana”. Además se les otorgó un un disco de oro de la CACODISPE (Cadena de comentaristas de discos del Perú). Y en los años noventas fueron condecorados por el Municipio de Huaraz (Ancash), entre otros premios y congratulaciones.

Pero el sueño estaba por terminar. Justo en las postrimerías de la década matinales se prohibieron…de facto había asumido la presidencia de la república el general Velasco y su junta militar. Los Yorks no tuvieron concierto de despedida, se fueron sin dejar rastro, más sus canciones hoy siguen sonando en las emisoras de todo el país.

A esta altura del presente escrito, es justo mencionar a “Puro” Fuentes, baterista de notable trayectoria que integro Los Yorks en las postrimerías de la desintegración del grupo y haciéndolo de una manera muy espectacular. Se puede citar la actuación en el Colegio Ciencias del Cuzco, cuando en momentos que realizaban una interminable improvisación(veinte minutos) del tema “Abrázame”, en que el alocado “Puro” se desplazaba por todo el escenario llevando consigo un platillo y tocándolo incesantemente , mientras Pablo Luna por su lado se solazaba con el bajo eléctrico, Jesús Vilchez cantaba aun cuando le sangraba la mano profusamente pues el pedestal del micrófono casi le había cercenado parte de un dedo y en una especie de danza tribal, salpicaba la sangre a la platea y a sus compañeros de grupo.Esto hizo que el público lleno de estupor y desconcierto se motivara a un más y danzaran extasiados. Realmente fue la actuación más impactante que se recuerde de esos años.
Los Yorks grabaron para el sello MAG dos discos larga duración: “Los Yorks 67”,”Los Yorks 68” y para el sello Virrey “Ritmo y Sentimiento”, además de innumerables 45 rpm.

Cabe resaltar que para la firma de un nuevo contrato en el sello El Virrey, Los Yorks recibieron un pago sin precedentes en el mundo roquero de entonces.Y en esta última etapa del conjunto se grabarían algunos singles con el aporte vocal de Beto Casanova y el extraordinario baterista ya desaparecido Rafael “Pocho” Purizaga.
Los únicos Yorks que seguirían en la música fueron Pablo Luna y su primera guitarra Walter Paz, el cual posteriormente formó el grupo Corpus y Korillacta (Nueva Canción),siguió estudios superiores en el Conservatorio Nacional de Música, haciendo arreglos para el Taller de la Canción Popular(dirigido por Celso Garrido Lecca),ha realizado arreglos para destacados músicos entre ellos Martina Portocarrero, Richard Villalón y ha recorrido escenarios de Sudamérica con el virtuoso guitarrista Félix Casaverde.

Pablo Luna se presenta eventualmente en Lima cantando temas de la mítica banda del Rimac y según cuentan piensa volver…quizás por lares europeos, con nuevos brillos y con la fuerza y extravagancia de siempre.


PD: Hoy recordamos que en una de las tantas conversaciones sostenidas con el emblemático Pablo Luna, la cual contrasta con la imagen rebelde, estrambótica e iconoclasta que proyecto con su arte, nos hizo hincapié su agradecimiento y emoción al recordar a la señora Hilda Rodrigues de Paz que apoyo mucho al grupo y que siempre estuvo en todo momento con ellos. Es decir, Pablo nos dio una muestra de su gratitud y sentimiento.

Publicado en el blog Only Sixties

1 comentario:

Unknown dijo...

Me gustó leer este blog, no sabía que Los Yorks tuvieran un programa. Habrá algún archivo de audio o video de éste? Desearía poder escuchar nuevamente la voz de José Nashiro, mi papá. Gracias!